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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO
domingo, 24 de enero de 2016
El viejo escritor y el "experto" zote
En uno de sus relatos Azorín narra la historia de un viejo escritor afincado en una ciudad de provincias. Un día ordena a su secretario que no le traiga más el periódico local. Extrañado, el secretario le pregunta la razón, dado que habitualmente lo leía con agrado. Entonces el prestigioso escritor le explica que hay un articulista al que no puede aguantar. Basta con que no lo lea, sugiere el secretario, pero el anciano le dice que si lo ve lo lee y ya le pone de mal humor para todo el día.
El secretario decide solventar el problema, así que cada mañana recorta el periódico y se lo entrega a su jefe libre del enojoso artículo. El gran escritor alaba su inteligencia pues le permite volver a leerlo sin enojo.
Al cabo del tiempo el vetusto autor muere, y sucede que en una universidad extranjera un joven doctorando está preparando una tesis doctoral sobre él. El universitario viene a España y acude a la casa del escritor para conocerla de primera mano. Sube al desván y encuentra una colección de carpetas que contienen recortados todos los escritos del articulista incómodo. Entonces incorpora a su tesis un estudio en el cual explica la enorme influencia que aquel autor tuvo en la obra del escritor hasta el punto de que había guardado los artículos que había escrito durante años.
Traigo a colación esta entrañable historia de nuestro entrañable Azorín porque con demasiada frecuencia se pueden uno topar con estudios, trabajos y artículos que parecen seguir el patrón de esta historia. A uno le sale decir: al revés para que me entiendas. ¡Dios mío, qué atrevida es la ignorancia, y no digamos los prejuicios!
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Uno de los males de nuestro tiempo son los Prejuicios; no es que no hayan existido Prejuzgantes en otros tiempos, pero en este son muy notorios.
ResponderEliminarEn nombre de la libertad de prejuicios nos cargamos de ellos; como en los fanáticos tiempos de la revolución francesa, en que los religiosos eran pasados por la guillotina como cruzada contra el fanatismo. Ironías de la vida.
EliminarSin duda, la ignorancia es muy osada. Y, lamentablemente, somos muy aficionados a juzgar sin tener el debido conocimiento.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael. Feliz semana
Amalia, los que amáis más que juzgáis nos lleváis la delantera.
EliminarUn abrazo grande.