Lo mejor que puede tener un alumno es un profesor con vocación docente y gusto por su asignatura.
La mayor fortuna para un profesor es contar con un alumno trabajador con ganas de aprender.
Estanislao Martín es lo primero y Nuria Bravo lo segundo, ambos comparten aula. ¿Qué más se puede pedir?
Pues lo que se puede pedir es que a uno le metan en esta fecunda dinámica, y es precisamente lo que han hecho ya que Nuria ha presentado un trabajo sobre un libro mío: "Julián Marías, retrato de un filósofo enamorado".
Así que donde antes eran dos ahora somos tres, y como me gusta compartir las cosas buenas pues pongo este trabajo a vuestro alcance, de modo que ahora ya somos unos cuantos más afortunados.
Espero que os guste.