Algunos llamados "nostálgicos" gritaban en los ochenta aquello de "¡Franco, resucita, España te necesita!". España no, pero el partido hoy en el poder y sus palmeros está claro que sí lo necesitan, por eso lo conjuran en cuanto se presenta la ocasión. Titular de El Español: "Pedro Sánchez anuncia un centenar de actos en 2025 para conmemorar los 25 años de la muerte de Franco". Ojo, no de la Constitución, que es del 78, sino de la muerte de Franco.
Escribe Ortega en ¿Qué es filosofía? que el espíritu tiene que asesinar a su propio pasado para vivir, pero no hacerlo del todo, pues "si lo mata de una vez para siempre, no podrá seguir negándolo". Ahí está el secreto, en mantenerlo redivivo para erigirse en adalid de la lucha antifranquista, con un franquismo a la carta, claro está. Da igual que el paladín que encabeza la ceremonia tuviera tres años por aquel entonces. Hoy se yergue valeroso para conseguir... mover la opinión pública a su favor a costa de lo que sea. Llevamos medio siglo de reescritura del pasado colectivo y personal; hay que adaptarse a los nuevos vientos y crear al gusto eso que llaman... el relato. Enric Marco es el paradigma del fenómeno general. (Por cierto, a quien no haya visto la película "Marco" se la recomiendo desde ya).
Explica la noticia de El Español que se convocarán actos "para poner en valor la gran transformación vivida en este medio siglo de democracia" (y como siga la cosa al paso que va habrá que añadir: "y ni un minuto más").
Pero volviendo a Ortega, en sus Meditaciones del Quijote se lamenta de que España sea la tierra de los antepasados, donde éstos, lejos de estar en su lugar, en la historia, cumpliendo el papel que les corresponde como lo que son, son traídos a la actualidad en calidad de contemporáneos. "Esto es lo que no puede el reaccionario: tratar el pasado como un modo de vida. Lo arranca de la esfera de la vitalidad y, bien muerto, lo sienta en su trono para que rija las almas". Parece que Ortega nos viera por el ojo de una cerradura. ¡Marchando una de memoria histórica para la mesa del fondo!
El fenómeno no es únicamente local. Aquí el que puede desentierra a sus muertos para sacarles las muelas. Por eso un periodista francés de la talla de Jean Sévillia ha podido lanzarnos esta advertencia en su Históricamente Incorrecto: "Mientras el historiador debe medir el peso sutil de los matices y las circunstancias (...), lo políticamente correcto borra la complejidad de la historia. Todo lo reduce al enfrentamiento binario del Bien y del Mal, pero un Bien y un Mal interpretados según la moral de hoy en día. Así, la historia se convierte en un campo de exorcismo permanente: cuanto más se anatemizan las fuertas oscuras del pasado, más debe uno justificarse de no mantener con ellas ninguna solidaridad. Se demonizan así personajes, sociedades y épocas enteras. Sin embargo no es más que una engañifa. En realidad no se apunta hacia ellos: a través de ellos somos nosotros los que estamos en el punto de mira". La negrita es mía, y una parte del presupuesto que se empleará para estos actos de autobombo y propaganda, también.