Filosofía para náufragos regresa de su prolongado naufragio con un nuevo video.
En esta ocasión desvelaremos un secreto oculto en la noche de los tiempos... ¡¡el secreto de los Pitagóricos!!
"Porque, en efecto, se da la paradoja de que la Edad Media, que una estúpida historiografía nos ha pintado como un tiempo tenebroso y lleno de angustia, ha sido la sazón de las filosofías optimistas, al paso que en nuestra Edad Moderna apenas sí han resonado más que voces de pesimismo. ¿Es que el espíritu guerrero confía en sí por ignorar los males del mundo? De ninguna manera: conoce tan bien como Schopenhauer todo el dolor cósmico, prevé el riesgo y subraya la angustia de vivir. Pero ¡ahí está!... Ante el mismo hecho, ante la misma realidad del dolor y el peligro, la actitud espontánea es opuesta. (...) Son éstos reconocidos de tal suerte como esenciales a la vida, que no se ve en ellos la menor objeción contra ésta, y, en consecuencia, se cuenta con ellos y, en vez de organizar las cosas con la casi exclusiva mira de evitarlos, se los acepta. (...)
Es curioso que quien siente menos apetitos vitales y percibe la existencia como una angustia omnímoda, según suele acaecer al hombre moderno, supedita todo a no perder la vida. (...) el valor supremo de la vida -como el valor de la moneda consiste en gastarla- está en perderla a tiempo y con gracia. De otro modo, la vida no se pone a carta ninguna y meramente se arrastra y se prolonga en el vacío de sí misma, ¿qué puede valer? ¿Va a ser nuestro ideal la organización del planeta como un inmenso hospital y una gigantesca clínica?
Esta es la manera de sentir propia del espíritu industrial, del ánimo burgués. Quiere a toda costa vivir, y no se resigna a reconocer en la muerte el atributo más esencial de la vida. A este fin emplea el único procedimiento hábil para alargarla, que es reducirla a su mínima expresión, como hacen ciertas especies animales al sumirse en el sueño invernal. Los biólogos han dado a éste el nombre de vita minima."
"En un siglo o dos los españoles se van a quedar asombrados, pasmados, al darse cuenta de que han producido a los máximo pensadores de nuestra época. Una vez más le ha tocado a España descubrir un nuevo mundo. Me honro, por tanto, en asociar modestamente mi nombre con ellos. Mi deseo ulterior es que esta filosofía se arraigue en suelo americano. Porque esa filosofía también es nuestra por ser de pura cepa occidental".