El libro del profesor Rémi Brage recoge varios artículos en
torno al tema de su especialidad: el pensamiento en la Edad Media.
Para empezar hay que decir que se tiene que enfrentar a los
tópicos que en torno a dicha época (bastante larga, por cierto) se han asentado
en la mente de los hombres. Pese a ello la obra no destila ningún afán
polemista, sino clarificador.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la
comprensión con que analiza a los filósofos musulmanes desde su circunstancia
histórica, y ello sin caer en el multiculturalismo actualmente dominante. Se
percibe que mantiene con ellos una notable cordialidad (aclaro que Brange es católico).
Por cierto, pensadores tan populares en nuestros días como
Averroes proponían (en el marco de su tiempo) la muerte del disidente. Lo digo para los beatificadores de un presunto multiculturalismo medieval.
Algunos aspectos que me vienen ahora mismo a la mente y que han
llamado mi atención son los siguientes:
1 1. A lo largo de la Edad Media se produjeron varios
renacimientos. De hecho el pasado clásico jamás se abandonó sino que siempre se
tuvo como referente especialmente en ciertos periodos en función de necesidades
políticas e intelectuales del momento. Por ello la pretendida innovación del
Renacimiento como vuelta a las fuentes clásicas no es tal, dicha mirada a la
herencia griega y romana existía y no sólo en el ámbito cristiano, sino también
en el musulmán y el judío.
2. Sólo en la Europa medieval la filosofía se “profesionalizó”
hasta convertirse en materia universitaria. Los filósofos musulmanes y judíos
la tenían como actividad complementaria a sus compromisos profesionales y no
como disciplina docente.
3 3. “La “teología” como proyecto de exploración de
lo divino, según el programa de Anselmo, no existe más que en el cristianismo”.
No es un tema baladí, pues se puede ser un buen rabio o imán sin la menor
formación filosófica mientras desde el Concilio de Letrán (año 1215) es
obligada para el estudiante de la doctrina sagrada. Esto va ligado a la
concepción racional de Dios, fundamental en el cristianismo (“En el principio
era el Logos”) y no en las otras religiones monoteístas. Además, explica porqué
se colapsó la investigación filosófica en el mundo musulmán y en el judío y no
lo hizo en el mundo cristiano occidental.
4. Europa se conformó desde el cristianismo. Esto
es un hecho ineludible independiente de que haya quien desee que en el futuro se
desligue de dicha religión.
5 5. Los cristianos no pretendían fundar “la
civilización cristiana”, sino que lo que “les interesaba era Cristo y las
repercusiones de su venida en la existencia humana en su conjunto”.
(A este respecto me parece muy sugerente el
siguiente párrafo del libro –página 42-: “¿Quién podría decir que el cristianismo
ha tenido tiempo de traducir en instituciones su contenido? Tengo más bien la
impresión de que aún estamos en el inicio del cristianismo”. Me da la sensación
de que al actual Papa no le desagradaría este planteamiento).
6 6. El supuesto vacío intelectual de la Edad Media
es falso. (Para ver la justificación de esta afirmación hay que leer el libro
entero). Durante mil años Europa no estuvo de brazos cruzados o reingresando en
las cavernas, sino muy activa.
7 7. El pensamiento islámico reinterpretó a los
filósofos para incorporarlos y acomodarlos a su credo (los digirió), mientras
el pensamiento cristiano ha conservado el legado clásico que ha tenido a su
alcance en su estado originario manteniéndolo hasta cierto punto como un cuerpo
extraño pero útil.
8 8. La defensa de la carnalidad del hombre (es
decir, de la bondad de esta carnalidad) surge en el ámbito cristiano ya desde
los primeros padres, que se enfrentan al dualismo platónico. Es más, frente al
pensamiento judío, que cree en la superioridad angélica, el cristianismo otorga
“cierta ventaja del hombre” porque “puede caer, pero también puede ser
rescatado”. Tanto es así que el mismo Dios se hizo carne.
9 9. El geocentrismo de Copérnico no supuso una
degradación de la posición del hombre en la creación, sino más bien al
contrario, un escape del punto ínfimo del universo. Este tema está muy bien
expuesto en el libro y a él me remito.
B Bueno, hay más cuestiones muy
interesantes, como el distinto papel que juegan el Corán o la Biblia para sus
respectivos seguidores, la guerra santa, las traducciones de los clásicos, etc.
En definitiva, se trata de un
libro la mar de interesante muy recomendable para todas aquellas personas que
quieran saber más del pensamiento en ese periodo de la historia que tan oculto
nos ha sido y que tan luminoso es cuando uno se acerca a él.