En El día de los tramposos Kirk Douglas interpreta a un delincuente que va cautivo a una prisión en Arizona. Ha robado medio millón de dólares que ha enterrado en el desierto y para conseguir escapar entabla amistad con otros cautivos a los que promete compartir parte del botín. Se trata de un tipo listo, con indudables habilidades sociales y, por lo que se descubre más tarde, carente de escrúpulos.
Cuando ponga en marcha el plan de fuga irá sacrificando uno a uno a sus secuaces para obtener su objetivo final, escapar él mismo. Quienes se creían sus amigos quedarán convertidos en instrumentos desechables.
En política hay pocos amigos, a no ser que entendamos por amigos eso que se llama amigos de conveniencia, que son amigos que más que valor tienen precio.
Hace un tiempo decía Pérez Reverte en El Hormiguero que el actual presidente del gobierno de España es un killer, que se va a cargar a todo el que estorbe o no le sirva y que si no lo ha hecho todavía con el rey es porque no le ha hecho falta, y ahí tenemos el reguero de cadáveres políticos que deja a sus espaldas mientras él permanece arropado por su comparsa, que ejerce de eco. A distinguir me paro las voces de los ecos, decía Antonio Machado. En un partido no hay más que una voz, la voz de mando, todo lo demás son ecos.
En fin, que Kirk Douglas hacía un gran papel y “el otro” hace un papelón. "¿Qué dirá de mí la historia?", dijo a Máximo Huerta cuando éste presentaba su dimisión.
En derecho se usa un aforismo y es que de un árbol envenenado salen manzanas envenenadas. La política parece atraer a personas ruines que por algún motivo medran y se erigen en lideres. Sin embargo cuando un millón MÁS de personas vota a quien sabe que miente, traiciona y se desdice sin rubor dan ganas de coger la maleta. Y lo peor es que quien tiene memoria sabe que no hay nada nuevo bajo el sol
ResponderEliminarDicen que "los jóvenes" se dejan arrastrar por las marcas. Si sólo fueran los jóvenes. Aquí pesa más quién lo hizo que qué hizo. Están los míos y los otros, y así lo han entendido bien los políticos, que en cuanto sufren algún reproche responden con el "los otros más", como si los sufridos ciudadanos tuviéramos que engrosar las filas de uno u otro partido.
EliminarUn saludo, Joaquín.
Muy bien expuesto, Rafael!!.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas gracias, Amalia. Otro para ti
Eliminar