Madurar es elegir, y eligiendo elegir en qué tipo de persona se quiere uno convertir. Ello exige decir no más de una vez, de lo contrario te vuelves un pánfilo (pan: "todo; filo: "amigo o amante de"), esto es, alguien sin personalidad, sin criterio, que igual le da Ana que su hermana.
No me gustan los sectarismos ni rodearme de idénticos, al revés, me gusta tener amigos en todas partes; los puntos de vista distintos a menudo me ayudan a entender como mínimo que otros no piensan como yo, lo cual no es poco. Como decía Magris, "la endogamia conduce al raquitismo y al bocio"; a este respecto es mejor un poco de sobrepeso que ser un esqueleto.
Pero eso es una cosa y otra la falta de respeto, la blasfemia (que es esa forma de escupir al de al lado señalando al cielo), el insulto gratuito. Me da igual en lo que crea cada cual, pero pienso que unos mínimos son exigibles. Escribo esto a modo de desahogo porque me gusta más decir hola que adiós, pero a veces parece que no hay manera.
Y con esto y un bizcocho, me voy a entrenar que ya han dado las ocho...
Me he reido con tu final...jajajaja
ResponderEliminarPero sip, el NO es importante decirlo y poder decirlo!Desde chiquitillo tienen que enseñartelo...Ay, es tanta la esclavitud que impide que lo digamos....pero nunca es tarde si tenemos buenas referencias....Creo que en la Fe tenemos un buen campo de ellas...y adquirimos "ojos" para ver por donde vayamos lo Esencial.
Hay personas a las que nos cuesta más decir no. Supongo que rehuimos el conflicto. Sin embargo una señal de maduración es decirlo cuando hay que decirlo, y en eso estamos.
EliminarMuchas gracias, Gosspi. (Por cierto, es verdad que me fui al gimnasio... ;))
A mí me costaba mucho trabajo decir NO pero, con los años, he aprendido a hacerlo y, aunque todavía me cuesta, creo que es muy importante asumirlo.
ResponderEliminarUna cosa es la generosidad y otra decir SI cuando realmente quieres un NO.
Un abrazo.
Ya somos dos, Amalia. Esa es nuestra lucha ;)
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