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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

viernes, 25 de septiembre de 2015

Manifiesto



Muy breve. Casi a golpe de titular. Lo que ha pasado en Cataluña (y pasado mañana puede suceder en el País Vasco, en Galicia, o por un efecto contagio en cualquier parte de España), creo que debería llevarnos a sacar alguna lección. De lo contrario mereceremos lo que nos venga, es decir, nuestra disolución como sociedad y, por tanto, nuestro encanijamiento como individuos:

1) Urge cambiar el sistema electoral. No puede ser que partidos nacionalistas con aspiraciones secesionistas se conviertan en partidos bisagra a los que hay que hacer concesiones cada vez mayores tras cada proceso electoral.

2) Urge una reforma en la educación consensuada por los grandes partidos pero no al servicio de los mismos, sino de la nación. No puede entregarse la educación en manos a quienes se han propuesto romper la nación desde posiciones particularistas, igual que nadie en su sano juicio delega la instrucción de un ejército a la oficialidad del enemigo.

3) El fundamental, sin el cual todo lo anterior carece de sentido. No existe nación sin un proyecto nacional. Habrá estado, habrá administración, pero no será sino un mecanismo ciego en manos del mejor postor o del más hábil manipulador.

Por tanto, urge un proyecto nacional ambicioso, aglutinante y con sentido histórico, que tenga en cuenta la realidad española (desde su génesis) y posea el afán necesario para llevarnos a la mayor plenitud como sociedad. Esto pasa por renunciar al halago, las excusas, la mentira y la comodidad. No valen los lamentos y echar la culpa a unos o a otros. Debemos ponernos a la faena de exigirnos más, o somos los dueños de nuestro destino y lo tomamos en nuestras manos, o renunciamos a nuestra libertad.



Apostilla: Cataluña no es un apéndice de España que se puede amputar sin mayores consecuencias. Cataluña es una de las piezas constituyentes y constitutivas de la Nación Española. Además, posee una sexta parte de la población del país.

El problema del nacionalismo no quedaría resuelto con la secesión, sino consagrado y, por tanto, impulsado a cotas todavía mayores.

Llegados al punto en que estamos, un cierre en falso sería nefasto.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo.
    Para mí, la culpa es del Gobierno por permitir llegar hasta este punto a los nacionalistas.
    Un abrazo, Rafael

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  2. Totalmente de acuerdo contigo.
    Para mí, la culpa es del Gobierno por permitir llegar hasta este punto a los nacionalistas.
    Un abrazo, Rafael

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    Respuestas
    1. Cuando algo eclosiona es que llevaba tiempo incubándose. Me temo que aquí hay responsabilidades compartidas e irresponsabilidades abundantes.

      Muchas gracias, Amalia; eres un lujazo.

      Un abrazo para ti.

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