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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO
jueves, 23 de mayo de 2019
La patria que habita en mí
Soñaba con tantas cosas para hacer cuando fuera mayor. La edad adulta era la patria prometida de la libertad. En ella nadie decidiría por mí. Yo, con pulso alegre, tomaría el timón de mi vida y la llevaría por los más hermosos parajes.
Aquel niño que fui no murió, sino que habita en mí, apesadumbrado a veces, nostálgico casi siempre del reino de libertad que habitaba sin saberlo, donde los sueños abrían horizontes infinitos y un día era una vida entera. La mayor ingenuidad era no darme cuenta de eso.
Ahora vive solo, entre las paredes de mi alma, sin escapatoria posible, pues cuando intenta trepar al exterior se desvanece entre el absurdo y la vergüenza.
A veces me gustaría pedirle perdón por no haber estado a la altura de sus sueños, por no haber llevado a cabo las aventuras prometidas ni haberle dado el hogar feliz y perfecto que imaginaba. Siento haberte fallado.
Pero ahora duerme, pequeño, duerme, no sea que olvides tus sueños y desaparezcas, porque el día que no estés seré una estatua de piedra.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaránimo
ResponderEliminarGracias ;)
EliminarTambién soñé hacer muchas cosas y se han quedado en el camino.
ResponderEliminarTú aún puedes hacer mucho.
Siempre adelante...
Un fuerte abrazo.
La vida va al revés que uno. De niño se demora y con los años cabalga. No hay manera de sostener las bridas con vigor. ¿No te sucede algo parecido?
EliminarUn abrazo, Amalia