Decía Julián Marías, un señor tirando a bajito que escribía "terceras" en el ABC, que entre las máximas que deberíamos aplicarnos a nuestra vida está la de no intentar contentar a quien no se va a contentar.
¡Cuántos males se habrían evitado aplicando tan sencillo principio!
Pero aquel hombrecillo murió un mes de diciembre de hace trece años, y así se apagó aquella voz que repetía tantas veces lo mismo porque parecía que clamaba en el desierto, y él deseaba remover tierra fértil para que germinaran hermosas praderas.
Hoy vemos cómo se intenta contentar a los incontentables, y a aquellos que dieron un golpe de estado para romper España aprovechando los resortes institucionales les otorgan todavía mayores poderes y esperanzas en la impunidad. Pan para hoy, dolor para mañana.
Creo que son oportunas unas palabras infinitamente más sabias que las que yo pueda manifestar. Son las que dan término al libro "Consideración de Cataluña". Fueron escritas por el filósofo en 1966 pero gozan de una actualidad pavorosa. Dicen así:
"Cuando en sus conversaciones con otros españoles, encuentren en estos una ilimitada «comprensión», cuando todo lo que dicen les parezca bien y no encuentren objeciones que hacer, cuando todas las reivindicaciones les parezcan pocas, cuando escuchen sin pestañear y complacidos formulaciones extremadas que pongan en tela de juicio la unidad española o admitan la posibilidad de que Cataluña dejara de ser un miembro vivo de España, desconfíen. Porque a esos españoles no les importa Cataluña, y sólo quieren tener, para algún propósito menor e inmediato, la aquiescencia de algunos grupos catalanes a los que se proponen utilizar de alguna manera. El español a quien le importa Cataluña quiere su perfección, quiere su plenitud, quiere que sea fiel a su destino, y que lo tenga henchido y lleno de futuro. Y, además, está dispuesto a todo menos a una cosa: a renunciar a ella, a despedirse con indiferencia de lo que siente como su propia carne, fundida en un milenio de altas empresas y crueles fracasos, de amistad y desvío, de ternura e injusticia, de admiración y rivalidad, de amor y dolor".
Grande Julián Marías!!!!.
ResponderEliminarUn abrazo de año nuevo.
En este año, mis mejores deseos para ti y los tuyos, Amalia.
ResponderEliminarFaltan Julianes marias en España!!! buenisimo articulo. Feliz año!!
ResponderEliminarPerdona, Gosspi, no lo había leído hasta ahora. Feliz año para ti también.
EliminarMira a ver si se lo pasas al "doctor" Sánchez y un tal Iceta entre otros ...
ResponderEliminar¿Le interesará?
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