La probabilidad de que cualquiera de nosotros exista es prácticamente nula. Estadísticamente sería un factor tan despreciable que se asimilaría a cero.
Que la materia del cosmos se haya organizado como lo ha hecho. Que exista nuestra galaxia, nuestro sistema y nuestro planeta. Que la vida se haya producido, primero en forma de bacterias, luego como organismos más complejos. Que esa vida precaria no haya desaparecido de ese extraño planeta con agua líquida en cualquiera de los mil envites que ha sufrido. Que haya habido una evolución hacia seres más complejos hasta llegar precisamente a los mamíferos, luego a los antropoides. Que el hombre, en su gesta histórica, no se haya extinguido con cualquiera de los contratiempos que se han producido. Que mi tatatatatarabuelo conociera precisamente a mi tatatatatarabuela y se unieran cierto día dentro de los ciclos de mi antepasada, y que saliera triunfante un espermatozoide concreto con una información genética única entre las miles de posibilidades existentes. Que otro tanto sucediera con cada uno de mis antepasados. Uno nació en otro lugar y conoció en un viaje a su mujer. Otra enviudó y casó en segundas nupcias con quien estaba destinado a vestir santos. Otro sobrevivió a una epidemia, o a una batalla, o no cogió el barco que se hundió, o le dio calabazas una y se fue con otra.
Que al final tú y yo nos estemos comunicando aquí y ahora es un imposible estadístico. Y sin embargo, está sucediendo.
Que bueno!, Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo
Chus, ¡qué alegría! Otro abrazo bien fuerte para ti.
ResponderEliminarBuenos días Rafael. Sin embargo es una cadena de aciertos, fruto de una voluntad hábil, diestra y artista del que tiene por oficio ser creador y lo realiza con suma perfección y belleza, y lo veo con claridad gracias a que mi fe es amiga de mi razón. sí amigo, una vez más mi fe me ha salvado y permitido saber ver. Un abrazo.
ResponderEliminarXtobefree, pensar en una cadena de casualidades sería mucha casualidad. ¿No te parece?
ResponderEliminarMe lo apropio para mis charlas afectivo-sexuales: somos, cada uno, todos, un imposible estadístico, único e irrepetible, un misterio, un milagro...
ResponderEliminarPreciso y precioso texto, Rafa.
El caso es estadísticamente imposible y anti-científico.
ResponderEliminarLa realidad es muy científica y muy mística....
El otro día una encuesta decía que el 95 % de las mujeres ucranianas iban con Portugal por Cristiano Ronaldo...será posible??? teniendo a Sergio "Panenka" Ramos...más chulo que un ocho.
ResponderEliminarRezo por ellas...
Abrazos incandescentes.
Pues a mí una de las casualidades más buenas que me han ocurrido, es poder leer tus escritos porque,sinceramente, siempre aprendo algo. Un beso,Rafael.
ResponderEliminarPepe, aprópiate de todo lo que quieras, que no estoy en la SGAE y para mí es un honor que lo hagas. Un abrazo.
ResponderEliminarMartina, la realidad es maravillosamente sorprendente.
JA Manonegra, eso es porque no les han llegado fotos tuyas.
Amalia, desde hoy eres oficialmente mi representante.
Un poco tarde, pero no me resisto a comentar otro imposible pseudo-estadístico, que esta mesa tan dura como para romperme la crisma, esté hecha (o quizá mejor no-hecha)en una elevadísima proporción de vacío.
ResponderEliminarPaco Principiante, nunca es tarde si la dicha es buena. Es verdad, de hecho uno de los problemas actuales de la física es definir qué es la materia.
ResponderEliminar¡Qué dirían si levantaran la cabeza los padres del materialismo-histórico!
Gracias.
Me recuerda ese poema de Borges titulado Las Causas, en el que va desgranando la Historia de la Humanidad, y que finaliza así: Se precisaron todas esas cosas para que nuestras manos se encontraran.
ResponderEliminarMerry, me encanta el planteamiento. Me recuerda a un poema que escribió Chesterton a quien acabaría siendo su mujer. Gracias.
ResponderEliminarBorges, Chesterton...ambos geniales.
ResponderEliminarGracias a ti