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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

jueves, 28 de octubre de 2010

¡No pasa nada!



¡Qué lista es mi chica!

Mi hija pequeña se ha echado todo el yogurt líquido por encima. Le había advertido varias veces que dejara de enredar, pero no ha hecho caso y ha pasado lo que tenía que pasar. Se declara culpable pero inmediatamente se absuelve:

- Papá, se me ha caído el actimel, pero no pasa nada.

Lo cierto es que la coletilla final acompaña todas sus “hazañas”. Igual da que rompa un vaso, se le escape el pipí o meta las manos en la nocilla. Tras reconocer el desaguisado añade un sereno: “pero no pasa nada”.

Desde luego promete, ha venido al país adecuado. Aquí uno roba un furgón con tropecientos millones de euros, se fuga a otro país con el dinero para gastarlo en prostitutas y drogas, y cuando lo detienen se convierte en una celebridad. Graba discos, firma libros, concede entrevistas, y es que “no pasa nada”.

Al político de turno lo pillan en una vil mentira, y no sólo permanede en su cargo, sino que se crece, se vuelve más “mediático” y es una referencia de primer orden dedicada a acusar de falsedad a todo bicho viviente. ¿Cómo no va a ser así, si aquí “no pasa nada”?

O a los responsables locales del partido político naranja, amarillo limón o violeta, tanto da, los cazan cobrando sobornos y no sólo no sufren el vilipendio público, sino que son jaleados por sus húestes y respaldados electoralmente. ¡Adelante muchachos, “no pasa nada”, esto es España!

Ya cantaba Loquillo aquello de: “si todos somos ladrones, el delito sólo puede ser que te pillen con la mano en el pastel”.

Hija mía, si sigues así, te auguro un futuro prometedor.

3 comentarios:

  1. Hola Rafael, que graciosa la foto, menuda lió tu hija... pero lo veo normal en una niña de su edad. Lo que no es normal, como tu dices, es lo que ocurre en nuestro país. No me gustaría que llegara a ser tan estricto y severo como otros países pero si considero que habría que revisar y mejorar algunas cosas.
    Un saludo!

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  2. Muchas gracias, Ana Belén. La verdad es que en el momento del "desastre" te dan ganas de explotar, sobre todo si te coje en un día especialmente ajetreado; pero pasados unos minutos lo que te entran son carcajadas.

    Respecto a la cosa pública. A mí tampoco me gustaría que esto fuera Finlandia, pero sí que hubiera más decencia y la capacidad de sonrojo. A ver si entre todos cambiamos esto un poco.

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  3. Hola Rafael, por favor mándame la dirección de tu correo.
    La mía es realgracia@yahoo.es


    Un saludo
    Manuel Real Gracia

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