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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

jueves, 21 de julio de 2011

Unas palabras antes del silencio


Por razones de fuerza mayor, voy a estar unos cuantos días fuera de circulación. Como me voy a quedar mudito, como el enanito de Blancanieves, he pensado que lo mejor es despedirme “hablando”, literalmente. Así que aquí os dejo una entrevista que me hicieron en Radio Zaragoza (Cadena Ser) el pasado 5 de junio a raíz de la publicación de Julián Marías. Retrato de un filósofo enamorado. La realizó el periodista Miguel Mena, y compartí micrófono con Pablo Lorente, quien ha escrito un libro con muy buena pinta titulado Relatos desde ninguna parte.

No sé en qué minuto del programa entro (bueno, en realidad entro y salgo varias veces, como un niño en una puerta giratoria), así que un poco de paciencia, que tampoco es muy largo.

Apto para incondicionales y entusiastas de los libros (todavía quedan uno o dos): pinchar AQUÍ.

Un abrazo, y espero que hasta la vista.


PD. Localizado entre los minutos 27 a 38, 48 a 49, y 50 a 52 (Gracias Rick (Manuel)).

lunes, 18 de julio de 2011

Arrebatos místicos con 4 años


La peduga de cuatro años berrea en pijama, plantada en medio del pasillo. Entre sollozos repite una y otra vez: “quiero las florecillas del campo”. Debería estar durmiendo hace rato, pero se ha declarado en rebeldía. ¿La razón? Un acendrado espíritu de contradicción y la firme resolución de que nadie pegue ojo hasta que se haga lo que ella quiere (Doctor Estivill, perdónala porque no sabe lo que hace).

Para entender mejor lo sucedido, he de dar alguna explicación previa.

En casa la palabra “acostarse” lleva implícito un elaborado y larguísimo ritual del que no nos dejan obviar ninguna de sus partes. Todo lo que sea dilatarlo es un triunfo para las afectadas.

Una de las actividades que más se prolonga es la de los rezos. Cada nueva oración aprendida, se incorpora al repertorio, sin abandonar ninguna de las anteriores, con lo cual la práctica está alcanzando dimensiones de Vía Crucis. (En la imagen superior, las dos artísticas láminas objeto de devoción doméstica).

Casi todas son colectivas, pero, además, cada partícipe tiene la exclusiva sobre una oración que recita en solitario. La de la más pequeña es Las florecillas del campo, y la noche de marras se había puesto a enredar y saltar, pasando de las florecillas, del campo, y de su santa madre (en realidad, de las dos, de la terrena y de la celestial). Así que al toque de silencio se quedó sin rezarla. Fue entonces cuando se desató en ella un fervor religioso irrefrenable que la llevó a la situación que he descrito al principio de este escrito.

Finalmente hubo que claudicar (Estivill, perdónanos porque tampoco sabemos lo que hacemos), y su madre se la llevó al cuarto de estar para hacer cierta la bienaventuranza de los pacíficos y rezar juntas lo que sigue:

“Las florecillas del campo
las cogí con alegría,
mi mamá me hizo un ramo
para ti Virgen María.
Como soy tan pequeñita
y tengo tan poquita voz,
sólo me atrevo a decir:
¡Viva la Madre de Dios!”

jueves, 14 de julio de 2011

Una música por descubrir


El tazón que tiene frente a ella parece descomunal. Sus manitas de cinco años no son capaces de abarcarlo. Estamos desayunando los dos solos, somos los rezagados. Entonces, se me ocurre indagar sobre sus gustos musicales:

- Y a ti, ¿qué música te gusta más? ¿De baile, romántica, marchosa, danza...?

Ella me mira con serenidad y responde:

- De pensamiento.

Me lo ha dicho con tanta convicción, que pongo cara de pócker para que no se me escape una gran sonrisa. Es la última respuesta que me habría esperado. Música de pensamiento. No se me pasa por la imaginación en qué puede consistir, pero dicho por ella y con tanta seguridad, ya me está apeteciendo escucharla.

domingo, 10 de julio de 2011

Luces, cámaras... ¡humor!


Creo que el humor es un bien tan precioso como el aire. Es más, ahora que está tan de moda, igual deberían declararlo “Patrimonio de la Humanidad”. Cuando llevo una temporada sin reírme a gusto, lo echo de menos y me digo: “algo está fallando en mi vida”. No me parece un mal termómetro.

En esto el cine puede ser un gran aliado. Todos tenemos algunas películas capaces de arrancarnos algo más que una sonrisa, porque está claro que a cada cual nos hacen gracia cosas distintas. Todavía recuerdo una película a la que acudí con mi hermana hace un par de eras glaciares (creo que donde estaba el cine ahora hay un volcán). Estaríamos unos ocho espectadores y, según qué broma aparecía en la pantalla, la risa emergía de un lugar distinto de la sala. Naturalmente, a mi hermana le hacían reír los golpes médicos; me parece recordar que era la única.


Hay algunas películas que han estimulado mis músculos risorios de una forma más vivaz; por ejemplo, Los visitantes no nacieron ayer. Se trata de una cinta francesa que, pese a ello, no consiste en una sucesión interminable de diálogos existenciales entre personajes asqueados de la vida; ya sólo por esto, merecería una mención especial. Siempre he dicho que esta película no podrían haberla hecho en Estados Unidos, porque el acierto está en traer a nuestro tiempo a dos hombres medievales con mentalidad medieval (y aire cómico, claro está). Es decir, lo contrario a Kate & Leopold y similares, en las que el hombre del pasado lo es porque va disfrazado y emplea el presente de subjuntivo.

Uno de los mecanismos del humor es introducir un elemento disparatado en una situación cotidiana, del contraste entre lo “natural” y lo descabellado surge la comedia. En esto los hermanos Marx eran unos genios. Si los personajes que los rodeaban hubieran sido tan excéntricos como ellos, no se habría producido esa tensión cómica y aquello habría derivado en un absurdo sin chispa. Pero ver cómo escandalizan, incomodan o ponen en apuro a personas “normales” es lo que dispara nuestra carcajada. Precisamente ese contraste es el que se da en Los visitantes no nacieron ayer (1993).


También vemos esa oposición en ¿Qué pasa con Bob?(1991), en la que un enfermo mental se cuela en la vida familiar de su psiquiatra. He de confesar que, en general, Billy Murray me hace mucha gracia. Vi la mencionada película cuando se estrenó, debido a la insistencia del amigo con el que había quedado. El título ni me sonaba, y entré al cine a regañadientes convencido de que no me iba a gustar. Al cabo de media hora sólo se me oía a mí.


Por último, algo de cine español: Se infiel y no mires con quién (1985). Comedia de enredo, de esas que se nos dan tan bien. Con un Resines en el papel de Resines, que es el que borda. También Ana Belén guapísima; Verónica Forqué simpatiquísima y muy atractiva; y Guillermo Montesinos, salado como él solo. La comedia es picante y de Fernando Trueba, pero en ningún momento cae en la chabacanería. En el embrollo de la trama hay momentos antológicos.

Bien, y hasta aquí llegan las recomendaciones. Les deseo que ustedes lo pasen bien.

jueves, 7 de julio de 2011

Lo que no le dije



Se había divorciado hacía poco. En esa quiebra quedaban atrapados sus hijos y su esposa. Ahora otra mujer ocupaba el centro de su vida.

Varios amigos habíamos quedado a comer. Inevitablemente, salieron a colación distintas batallitas de nuestra juventud. A raíz de alguna de aquellas aventuras, mi amigo recién separado comentó que a fin de cuentas la vida consistía en quemar etapas. No sé si fue por respetos humanos o simplemente la conversación cambió de rumbo, pero el caso es que me quedé con ganas de decirle algo que me parecía importante, máxime conociendo alguna de las “etapas” de su vida.

Quería haberle dicho que no estaba de acuerdo, que la vida no consiste en quemar etapas, sino en elegir quién queremos ser, decidir en qué clase de persona nos vamos a convertir. Lógicamente esto se va configurando en diversos periodos, pero no se agota en ellos, sino que se suman para llegar a ser quienes somos.

No es extraño ver cómo se justifican ciertos excesos porque sus protagonistas son niños, o jóvenes, o ancianos, o picapedreros, tanto da. Dicen: si se emborracha y se acuesta con catorce es que tiene que aprovechar la juventud, que son cuatro días; ojalá tuviera yo su edad. Y yo pregunto: ¿aunque se degraden como personas? ¿Qué importa más, una juerga pasajera y etílica con la sensación de vacío que la sigue o la felicidad real de las personas? ¿Acaso la vida ha perdido su sentido y sólo importa “quemar” el instante presente? ¿En qué mundo despierta uno cuando se han “quemado” las etapas del todo vale y al mirar atrás sólo se ven vidrios rotos?


Estamos rodeados por gente muy bulliciosa pero que, en el fondo, es profundamente infeliz. Un dato: en España el suicidio es la principal causa de muerte externa, superando los fallecidos en accidente de tráfico. Son varios miles cada año ¿No da que pensar a nadie?

Acabamos la comida. Cada uno nos fuimos por nuestro lado y yo me quedé con mala conciencia. Mi silencio me pesaba como una losa.


miércoles, 6 de julio de 2011

Indignados con el aborto, defensores de la vida


Mientras la gente hace planes para el verano que se nos ha echado encima de forma inmisericorde, un grupo de personas ha decidido dejar oír su voz para pedir que se detenga la muerte de bebés a escala industrial que se está produciendo en España.

Se trata de miembros de la plataforma “Derecho a Vivir”, los cuales han acampado en la Puerta del Sol de Madrid junto con los llamados Indignados.

Según aparece en diversas informaciones, han repartido miles de folletos explicando el drama del aborto y proponiendo vías de solución. Asimismo, grupos de proabortistas los han hostigado en reiteradas ocasiones.

¿Acaso hay algo más indignante que saber que en España matar bebés es un “derecho”?, ¿Puede dejarnos indiferentes el hecho de que se asesinen más de 100.000 criaturas cada año, según las cifras reconocidas oficialmente (en realidad hay muchas que no figuran ni siquiera en las estadísticas)? Si esto no nos indigna es que hemos dejado de ser humanos.

Desde este humilde rincón de la Red quiero mostrar mi simpatía por su causa, porque es justa, porque es necesaria, porque defiende al más débil.

Y también recordar que no se trata de derogar la actual ley, la anterior era igualmente nefasta. Lo que se precisa es reconocer el carácter inviolable de cada vida, y tomar las medidas precisas para su salvaguarda, sin excepción.

lunes, 4 de julio de 2011

Lecciones de historia para la España de hoy



Últimamente cobra intensidad el rumor de que el grupo terrorista ETA podría anunciar algo parecido a su disolución, materializándose una negociación soterrada. A la par, la agrupación política más afín a su ideario gana peso, en la actualidad bajo las siglas de Bildu.

Mi conocimiento del tema es el de cualquier ciudadano preocupado por lo que pasa en su país, aunque creo que la historia nos puede dar algunas claves que no deberíamos menospreciar.

Me voy a referir al puch de Munich, golpe de estado protagonizado por los nazis que fracasó en menos de 24 horas gracias a la enérgica acción de la policía.

Los hechos se desarrollaron los días 8 y 9 de noviembre de 1923, y a punto estuvieron de concluir con el suicidio de Hitler, quien temió acabar frente a un pelotón de fusilamiento. Sin embargo las cosas iban a discurrir de forma bien distinta: condenado a cinco años de prisión, sólo cumpliría nueve meses en una confortable celda, lo cual le proporcionaría mayor proyección pública y la oportunidad de escribir su conocido libro Mi lucha.

Hitler aprendió la lección, y decidió dar un giro estratégico. En adelante usaría los cauces legales que le otorgaba la democracia para hacerse con el poder e implantar su régimen totalitario.

En este contexto, su sagaz propagandista Joseph Goebbels escribía en 1928 en el periódico Der Angriff:


“Entramos en el Reichstag para aprovisionarnos de armas en el mismo arsenal de la democracia. Nos presentamos a diputados para paralizar a la democracia de Weimar con su propia ayuda. Si la democracia es tan estúpida que nos concede dietas y viajes pagados para nuestra labor carnicera, allá ella... Cualquier medio legal de revolucionar la situación presente nos es bienvenido. Si en estas elecciones logramos introducir de 60 a 70 agitadores de nuestro partido en los distintos parlamentos, el Estado mismo montará y financiará nuestro propio equipo de combate. También Mussolini entró en el Parlamento, pese a lo cual no tardó mucho en desfilar con sus camisas negras en Roma... No hay que creer que el parlamentarismo es nuestra Meca... ¡Venimos como enemigos! Venimos cual lobo que invade el rebaño. Ahora no estáis a solas.”

Goebbels dejaba bien a las claras que su sujeción a la legalidad nada tenía que ver con convicciones democráticas, sino que únicamente formaba parte de su estrategia de toma del poder.

Cuando fue preciso hicieron alianzas con otros partidos; pero obtenido el poder, prescindieron de ellos, contando con el respaldo entusiasta de una enorme porción del pueblo alemán.

Siempre me ha llamado la atención que una de las franquicias políticas de ETA se denominara Sozialista Abertzaleak, es decir, Patriotas Socialistas. Con todas las connotaciones nacional-socialistas que tiene el término, aunque se dedicaran a tachar de "fascistas" a todos los demás; como por otra parte hacen todos los extremismos.



Es posible que llegue el día en que los batasunos reclamen la desaparición de ETA, eso sí, sin cambiar un ápice de su discurso. Los incautos afirmarán emocionados que es la prueba de que los antes díscolos filoterroristas han optado por la vía democrática. Olvidan que el propio Hitler pasó a cuchillo a sus mamporreros de las S.A. cuando, alcanzado el poder, los vio como un estorbo, pues ya no servían para sus fines y sólo despertaban la inquietud de sus nuevos aliados. También aquello cosechó grandes aplausos y pareció demostrar la razonabilidad del Führer. En adelante la revolución sería ordenada, sistemática y plenamente “legal”. Incluso democrática cuando convenía (que no liberal).

El resto de la historia es bien conocido: persecución a los adversarios, discursos “buenistas” (véase la película documental El triunfo de la voluntad de Leni Riefenstahl con las proclamas pacifistas de Hitler) mientras se seguía una política de hechos consumados, y al final, la tiranía.

ETA no es sino el instrumento criminal de un movimiento totalitario que tiene un proyecto bien definido y que actúan con distintos órganos en los más diversos ámbitos de la sociedad. Mientras no se entienda esto, su veneno se irá inoculando en el cuerpo social hasta acabar con nuestras defensas morales y legales.