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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

viernes, 25 de diciembre de 2015

Marcando la presa



La fórmula es sencilla. Se busca una frase, un gesto, una expresión llamativa, si es preciso, se puede tomar lo metafórico como literal para sacarlo de su quicio. Entonces se encienden los focos alumbrando dicha expresión para convertirla en el centro de atención; todo lo demás queda en la penumbra. Por arte de magia (la magia de la distracción) lo adjetivo se ha transformado en sustantivo.

Ahora la frase, despojada de su contexto, se ve tan fuera de lugar como un barco en el desierto. Ya sólo falta agitar la carnaza, estimular los bajos instintos del público para que se arroje sobre quien osó proferir un discurso ajeno a las consignas de la corrección política. Adjetivar a la futura presa puede ayudar. Por ejemplo: "el polémico obispo de Córdoba ha dicho esto o lo otro".

Si uno se informa bien, lo que convierte en polémico al susodicho obispo es defender lo que señala la doctrina de la Iglesia, que es lo que se debería esperar de un obispo; pero en este caso tachar a la propia Iglesia de polémica podría despertar la adhesión de muchos católicos, y lo que se pretende es justo lo contrario, aislar a nuestra víctima, convertirla en un caso estrafalario y repulsivo con el que nadie desee tener que ver.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

¡Feliz Navidad!



Queridos náufragos:

Os deseo una feliz Navidad y que encontremos pronto el camino de vuelta a casa.

Atentamente.
Un polizón y náufrago.

lunes, 14 de diciembre de 2015

El votante invisible



Veo en las redes sociales a amigos, conocidos y extraños apoyando a unos y otros partidos. Derrochan entusiasmo, anatemas, advertencias a veces. Y yo lo contemplo con un punto de tristeza; no por su apasionamiento, sino por mi destierro. Es una fiesta a la que me invitan a pasar, pero en cuanto me asomo me siento un extraño.

No es la primera vez que me sucede, ni la segunda, ni será la última, me temo.

Quizá haya quien piense que es por cinismo o desengaño. Tal vez por ser muy puntilloso y pretender que un programa consiga el imposible de recoger fielmente mis ideas (como si estas fueran totems de una nitidez meridiana). Nada de eso.

Lo cierto es que ya pido muy poco a alguien que se presenta a unas elecciones (y no porque no ansíe muchas más cosas): que defienda la vida humana, toda vida humana. Que respete la libertad y no juegue a aprendiz de mago con las vidas ajenas.

Miro, escucho, y se me cae el alma a los pies. Hay que cambiar, para llegar más lejos. Nosotros o el desastre. Votanos que ahora sí que sí.

Más de cien mil abortos anuales reconocidos en España (con factura e IVA, para que nos entendamos. Los pagados en B no salen en las estadísticas) me pesan como una losa. Aquí ha gobernado derecha e izquierda (términos que, por cierto, me resultan particularmente antipáticos), y los aires nuevos que han llegado a la política han dejado claro que no tienen intención de frenar la escabechina. Matar bebés es un derecho consagrado, casi una obligación moral en según qué casos. Y los ancianos y enfermos graves pueden ir haciendo cola, que pronto les darán la vez. Y si no, al tiempo.

Queda la opción de los partidos testimoniales. El llamado voto ético. Sí, alguna vez lo he ejercido cuando no me abstenía; y me siento como el niño apartado en un rincón al que se da un juguetito para que no moleste mientras los adultos organizan su fiesta. Tú estate aquí calladito, mirando lo bien que se lo pasan los mayores. Es un voto invisible, inútil (sí, inútil), tan inútil como un cuerpo intangible. La expresión de una opción política que en ningún lugar queda manifiesta.


No sé en qué casilla me encuadrarán las estadísticas. ¿Indecisos? Más bien fantasmales.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Maratón de Cuentos



El sábado 12-12-15 fue el Día Mundial de la Discapacidad. Yo me lo pasé en grande en un Maratón de Cuentos organizado por la Asociación Utrillo y la Fundación Lacus.

Nos juntamos unos cuantos cuentistas para narrar nuestras historias fantásticas que han quedado recogidas en un libro titulado "Déjame que te cuente".

domingo, 6 de diciembre de 2015

Algunas reflexiones (al menos sobre España)




1. Si la malvada Europa no nos hubiera salvado de nosotros mismos, la solución que se aplicaba a una crisis provocada fundamentalmente por un exceso endeudamiento habría sido... ¡endeudarnos más! (de hecho se animó a ello invitando a las familias a gastar más comiéndose sus ahorros en los albores de una crisis brutal. De paso se decidió rebañar las extenuadas arcas públicas con planes E dignos de estudio).

2. En España lo que se ha rescatado no han sido "los bancos", sino "las cajas de ahorro", entidades en cuya gestión intervenían las administraciones públicas. Por cierto, gracias a esta "gestión política" las cajas de ahorro como entidades orientadas a fines sociales prácticamente han desaparecido.


3. La organización más solidaria que conozco se llama "familia". No entiendo políticas "sociales" que no la pongan en el centro. Por cierto, toda familia sabe que no se debe gastar más de lo que se ingresa, cuando uno ocupa un cargo público tiende rápidamente a olvidarlo.

4. Financiar con dinero público la ineficiencia lo que consigue es perpetuarla. No hablo de necesidades sociales fundamentales, como disponer de atención sanitaria, por ejemplo; pero sí de cosas como que un señor haga una película y haya que pagársela porque no interesa ni al vendedor de palomitas.

5. A mi entender, la mayor estafa que sufrimos es la degradación de la educación, una estafa perpetrada principalmente contra las personas más desfavorecidas que tienen en ella el único recurso para promocionar. La exigencia educativa no es un ataque contra los alumnos, sino una oportunidad de llegar a más. Por favor, dejen de jugar con ella.