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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

martes, 10 de febrero de 2015

Nicolás Gómez Dávila o el pensamiento disparando a ráfaga



Hace poco una persona me decía que no se puede hacer una tortilla sin romper un huevo, y es verdad. Yo creo que la persona que quiera vivir con autenticidad (y con ello pintar, escribir, componer, hablar… con autenticidad) tiene que estar dispuesta a romper huevos (y a que se los rompan). Por eso me ha llamado la atención un autor a quien yo desconocía. Me refiero al colombiano Nicolás Gómez Dávila (1913-1994). El libro que he leído está compuesto de una sucesión estimulante y prolongada de aforismos con una carga de profundidad impresionante, y una independencia que lo colocan contracorriente del discurso dominante. Por eso retan, provocan… como un tábano junto a un caballo grande y noble, pero lento por su tamaño, que necesita ser aguijoneado.

Aquí pongo una pequeña muestra, aunque merecen la pena ser leídos y pensados todos y cada uno de los recogidos en el libro Escolios Escogidos; a veces para contento, otras como reto, jamás como analgésico.

* EL diablo patrocina el arte abstracto porque representar es someterse.

* EL que no busca a Dios en el fondo de su alma, no encuentra allí sino fango.

* EL hombre no crea sus dioses a su imagen y semejanza, sino se concibe
a la imagen y semejanza de los dioses en que cree.

* PREDICAR el cristianismo no consiste en hablar de él, sino en hablar
desde él.

* EL mundo sólo respeta al cristiano que no se excusa.

* LO que distingue la frase sublime de la ridícula es su autor.

* DOS condiciones son necesarias para que una aristocracia nazca: que las leyes no lo impidan y que no lo faciliten.

* EN tiempos aristocráticos lo que tiene valor no tiene precio; en tiempos democráticos lo que no tiene precio no tiene valor.

* ASÍ como no hay tragedia sino entre príncipes y entre dioses, así no hay arquitectura sino para dioses y para príncipes.
La arquitectura moderna es un melodrama burgués.

* EL mensaje del arte no está en lo que dice sino en lo que es.

* ARTISTA clásico es el que prefiere la perfección a la originalidad.

* EL artista no compite con sus congéneres, batalla con su ángel.

* EL ateo nunca le perdona a Dios su inexistencia.

* BURGUESÍA es todo conjunto de individuos inconformes con lo que tienen y satisfechos de lo que son.

* LOS marxistas definen económicamente a la burguesía para ocultarnos que pertenecen a ella.

* HACE rato que el capitalismo sepultó a sus enemigos. Hoy muere rodeado de herederos.

* NOBLE es la sociedad que no espera para disciplinarse que la disciplinen las catástrofes.

* SÓLO debemos consagrarnos a causas que la derrota dejaría intactas.

* UNA obra es literaria cuando autor y obra son inseparables, científica cuando cualquiera puede haberla escrito.

* LO grave de las ciencias naturales sería que se perdieran las respuestas, en filosofía que se olvidaran las preguntas.

* CIVILIZACIÓN es lo que logran salvar los viejos de la embestida de los idealistas jóvenes.

* LA violencia no basta para destruir una civilización. Cada civilización muere de la indiferencia ante los valores peculiares que la fundan.

* LOS reformadores de la sociedad actual se empeñan en decorar los camarotes de un barco que naufraga.

* LA civilización se derrumba cuando su éxito insinúa que sobran las virtudes que la afianzan.

* ÚNICA alternativa en este fin de siglo: cuartel oriental–burdel occidental.

* PARA escandalizar a cualquiera basta hoy proponerle que renuncie a algo.

* EL charlatanismo de grandes cautivó al siglo XIX; al XX lo cautivan charlatanes pequeños.

* EL clero progresista no decepciona nunca al aficionado a lo ridículo.

* SOBRE el campanario de la iglesia moderna, el clero progresista, en vez de cruz, coloca una veleta.

* LA iglesia absolvía antes a los pecadores, hoy ha resuelto absolver a los Pecados.

* EL hombre desata catástrofes cuando se empeña en volver coherentes las evidencias contradictorias entre las cuales vive.

* CUANDO se deje de luchar por la posesión de la propiedad privada se luchará por el usufructo de la propiedad colectiva.

* EL diálogo entre comunistas y católicos se ha vuelto posible desde que los comunistas falsifican a Marx y los católicos a Cristo.

* EL diálogo sincero acaba en pelotera.

* A LA mayoría de las personas no les debemos pedir que sean sinceras, sino mudas.

* EL hombre puede mantener la página limpia, pero sólo Dios puede escribir en ella.

* SE acostumbra pregonar derechos para poder violar deberes.

* NADA es más irritante que la seguridad con que opina sobre todo el que ha tenido éxito en algo.

* EL vulgo admira más lo confuso que lo complejo.

* LAS ideas confusas y los estanques turbios parecen profundos.

* QUE rutinario sea hoy insulto comprueba nuestra ignorancia en el arte
de vivir.

* EL cristianismo contraría las triviales exigencias de la razón del hombre, para colmar mejor los hondos anhelos de su esencia.

* EL catolicismo no resuelve todos los problemas pero es la única doctrina que los plantea todos.

* VIVAMOS la milicia del cristianismo con buen humor de guerrillero, no con hosquedad de guarnición sitiada.


* CRISTIANA no es la sociedad donde nadie peca, sino aquella donde muchos se arrepienten.

sábado, 7 de febrero de 2015

La enfermedad infantil del izquierdismo... ya tiene cura



“La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo” es el peculiar título de un opúsculo escrito por Lenin en 1920. En él ofrecía las claves del éxito comunista en Rusia con la intención de exportarlas al resto del mundo.

¿Y cuál es el fundamento último de ese triunfo? ¿Las asambleas participativas en las que se apoyaba la revolución en su etapa germinal? ¿Algún tipo de prosperidad alcanzada por el socialismo? ¿El reparto equitativo de la riqueza? No. La respuesta es más sencilla y tan antigua como el mundo: “la disciplina más severa”. Por eso la vanguardia proletaria, es decir, el Partido, es decir, sus dirigentes, establecen una organización firmemente jerárquica y es ella la encargada de llevar a las masas hacia un proyecto político determinado, siempre mediante una “disciplina severísma”. Los dirigentes no son meros espectadores del cambio político, sino activos protagonistas, ¡la vanguardia!

Dicho en plata, para Lenin se debe superar la etapa infantil de purismo político con el fin de alcanzar la eficacia política basada en la obediencia. De este modo se lleva a cabo una limpieza en la que algunos de los partícipes en aquella revolución son apartados por no atenerse a las directrices marcadas.

Continúan los soviets (asambleas), pero existen otros soviets intermedios e incluso un Soviet Supremo.


"... los bolcheviques no se hubieran mantenido en el poder, no dos años y medio, sino ni siquiera dos meses y medio, sin la disciplina severísima, verdaderamente férrea, dentro de nuestro Partido, sin el apoyo más completo y abnegado prestado a éste por toda la masa de la clase trabajadora..."

Esta concepción de metamorfosis y concentración del poder no es exclusiva de los bolcheviques, ni mucho menos, aunque fueran éstos quienes más claramente la dibujaran.


 En fin, hace casi un siglo de aquellas tesis. ¿O no…?

jueves, 5 de febrero de 2015

Lo que me ha enseñado Brahms



Arrancan los instrumentos de cuerda; suaves, dramáticos, profundos. Los arcos navegan sobre los violonchelos mientras los fornidos hilos de los contrabajos son pulsados por ágiles dedos. Los violines, como caballitos de mar, cabalgan en las aguas de la melancolía. Trompetas y oboes duermen arrullados por una música que eleva el alma por encima de los cuerpos. El tercer movimiento de la sinfonía número 3 de Brahms hace vibrar las más íntimas fibras del espíritu.

Entran los fagots, clarinetes y flautas destilando invisibles lágrimas. Sus notas se entrecruzan componiendo una melodía única. Es la agonía sublimada en arte.

Los violines callan, para asomar después anunciando la llegada de las violas; mas apenas han arribado vuelven a alejarse como olas que vienen y huyen para regresar de nuevo. Al fin, aquietadas, ofrendan al aire sus suaves caricias.

Ahora son los clarinetes los que tímidos se intercalan con las flautas.

Se hace el silencio, leve y eterno. Un silencio que lo llena todo, y tensa la emoción suspendiéndola de la nada para dejarla arrebatada como una hoja mecida por el viento con la oscilante nota de una trompa solitaria y límpida.

Tornan los oboes y fagots a mecer el alma, mientras los contrabajos laten cordiales y violines, violas y violonchelos navegan cual barquitos de papel sobre las aguas de un arroyo.

Los vientos, serpenteantes, hipnotizan la mente para que el corazón no se desboque, acallando las cuerdas, deteniendo los arcos. Pero pronto una pasión arrebatadora emerge de nuevo y todos los instrumentos arrojan notas dispares que se conjugan en una armonía única y embriagadora.

El alma toda padece, pero ama ese sufrimiento porque es vida, y verdad, y locura que estalla en las entrañas. Y cuando parece que un éxtasis nos va a arrancar de la carne, de nuevo se aquietan las notas, casi fúnebres, dejando oír tan sólo un suave palpitar.

Al fin quedan todas flotando en un aliento que acaba por extinguirse. La sinfonía número 3 ha concluido.

La belleza no es igualitaria, sino armónica. Cada instrumento cumple su papel y sólo alcanza su plenitud cuando coopera. No es más la trompa por usurpar las notas de la viola, o la flauta por intensificar su sonido por encima de los demás. Sólo sosteniéndose unos a otros, buscando no pisarse ni esconderse, compartiendo una misma meta en la diferencia se puede alcanzar la perfección.

El ritmo único, monótono, igualitario, es el que marca el tambor en las galeras. Pero eso no es música, ni eleva, ni engrandece, sino que es disciplina tiránica y ciega, como la que el martillo impone sobre el clavo.

Tampoco la estridencia desacompasada ensancha el alma, muy al contrario la arrastra hacia la locura, y de un tipo tal que puede llevar a implorar la dictadura del golpe monótono e implacable para liberarse de perder la cordura.

Quizá deberíamos volver a los primeros principios. La parte no es el todo, el todo no es la parte. Todos los hombres no somos iguales, pero cada uno de nosotros somos necesarios. Se es más cuando se sirve más. Sólo se avanza si compartimos metas y éstas son constructivas y claras.


Eso me ha enseñado Brahms, el hijo de un contrabajista que compuso conmovedoras sonatas.