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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

martes, 28 de mayo de 2013

"Mabel, la princesa de Íncaput", el trailer

¡Ya está aquí! El trailer del nuevo libro "Mabel, la princesa de Íncaput". (PINCHA EN LA IMAGEN)






Las fantásticas ilustraciones son de Elia Fernández Mazariegos.

Y la acertada música de Teodoro Gan.

Espero que os guste.

lunes, 27 de mayo de 2013

Educando en egoísmo



A mi compañera de trabajo a menudo le dicen que tiene unas hijas muy majas. Ella me comenta que sí, que es verdad y que eso está muy bien, pero que no le cae del cielo. Pienso que tiene toda la razón.

En gran medida los niños son un reflejo del modo de obrar de sus progenitores. Supernnany es la prueba palpable. Cuando empleaba ese aparato llamado tele vi alguno de sus programas y era capaz de encauzar casos que parecían irrecuperables educando... ¡a los padres!

No entiendo que unos niños estén haciendo el bestia y los papás miren para otro lado porque están repantingados en una terraza y no tienen ganas complicarse la vida. ¿Es que ejercen la paternidad "por horas"? ¿Existe un horario para educar a sus hijos fuera del cual todo vale?

El niño monta un numerito porque quiere una bolsa de patatas fritas. La mamá cede inmendiatamente para tener la fiesta en paz. Por supuesto, a los diez minutos al nene se le antoja otra cosa y la vuelve a armar. Si el método le funciona, ¿para qué cambiar?

Comida de familias. Todos a la mesa y la niña jugando con la consola. El papaíto no dice ni mu ya que así está tranquila y se come todo. Podría montar una granja de cría de ocas y no cambiaría demasiado su filosofía, seguro que hacía muy buenos patés.

¿"Mala suerte" con los hijos o padres egoístas?

Luego está la versión tipo crema solar: "máxima protección". Que el nene no haga nada, no se nos vaya a traumatizar.

Es el caso del hijo de Pilar, a la que me encontré un día cargada de bolsas a la puerta del supermercado. Antes de salir de casa había tenido una bronca con su vástago. La criatura, de veinticinco añazos, permanecía en la cama a las doce del mediodía, por eso de evitar el estrés, supongo. Eso sí, Mister Antiestrés llevaba un racimo de suspensos al fin de cada curso.

"Yo le evito cualquier faena para que pueda estudiar -me decía compungida Pilar-. Pero luego ya ves, ni busca trabajo ni aprueba nada".

"¿Y no será ese el problema? -le respondí con afectuosa sinceridad-. Cuantas menos responsabilidades tenga, menos capaz será de asumirlas".


Sembramos cardos y esperamos que broten margaritas. Si a alguno le funciona que explique cómo a los demás, yo todavía no lo he visto.

viernes, 24 de mayo de 2013

La "normalidad" de lo asombroso




Hace unos días acudí a una exposición de papiroflexia en el Centro Histórico de Zaragoza. Las figuras se han de realizar a base de pliegues a partir de un único pedazo papel; es decir, ni tijeras ni cola ni emplear varios papelitos. Lo que se podía contemplar era una maravilla. Parecía imposible conseguir algo semejante con un simple folio. Al cabo de una hora, superada la impresión inicial, lo extraordinario empezó a adquirir aires de “normalidad”; la sucesión de figuritas multiformes iba haciendo olvidar la genialidad precisa para realizarlas.
 
Al darme cuenta de esto empecé a pensar que algo parecido es lo que nos sucede con nuestro universo, esa realidad que comienza en lo infinitamente pequeño, se despliega en la danza de las galaxias y exulta en el hecho extraordinario de lo que llamamos vida.



A fuer de ver el mundo, nos parece “obvio”. ¿Obvio? ¿Una hormiga, una gota de agua cristalina, el baile de las llamas alterando la composición de la materia son cosas obvias? Si fuéramos realmente conscientes de lo que nos rodea deberíamos vivir en estado de shock. Esto es una maravilla incesante, acongojante, inabarcable, deslumbradora, gloriosa…

 
 


viernes, 17 de mayo de 2013

La oveja negra y el ojo del filósofo

 

Decía Julián Marías que el filósofo sólo puede hablar de lo que ve, por eso definía la Filosofía como "visión responsable". Responsable porque puede responder de aquello que afirma.

Y aquí, un chiste al respecto (apto sólo para metafísicos y frikis de otras obediencias parejas):


«Un ingeniero, un físico experimental, un físico teórico y un filósofo están paseando en las montañas de Escocia. Cuando llegan a lo alto de la cima, ven en otra cima una oveja negra. El ingeniero dice: “está visto que las ovejas en Escocia son negras”. “Mejor sería decir que ‘algunas’ ovejas escocesas son negras”, responde el físico experimental. El físico teórico piensa un momento y exclama: “es más correcto decir que al menos una de las ovejas escocesas es negra”. Por fin el filósofo responde: “al menos por uno de sus lados”»

 
Platón y un ornitorrinco entran en un bar. Thomas Cathcart y Daniel Klein        

miércoles, 15 de mayo de 2013

Parecidos ¿razonables?



Cartel de las Fiestas de San Fermín 2013






Portada de "Crónica del gheto de Varsovia". (Editorial Alba, 2003)

lunes, 13 de mayo de 2013

El ring-ring impertinente




Jesús se está dirigiendo a sus discípulos. Sabiendo que está a punto de ser entregado para sufrir una muerte ominosa, pronuncia unas palabras que traspasarán la historia y conmoverán los cimientos del alma humana. El sacerdote las está leyendo como ha venido haciendo la Iglesia desde hace dos mil años, en las catacumbas y en las catedrales, en Bizancio y en las Islas Salomón, entre mendigos o ante reyes; cuando, de repente, un móvil lanza su impertinente timbrazo. Suena y suena, sin que su propietaria reaccione. Ante el incesante ring-ring algunas caras comienzan a girarse hacia la señora. Finalmente, la mujer se pone a hurgar en el bolso. Remueve, agita, abre cremalleras varias. ¡Eureka, lo ha encontrado! Toquitea y cesa la cascada de timbrazos. ¿Definitivamente? No, basta que pase un minuto para que retornen con la misma estridencia que al principio. La mujer vuelve al bolso, pesca el móvil y se digna responder desde su sitio para aclarar a la persona que está al otro lado que ahora no puede. Y uno, que de los buenos propósitos ha pasado a las puertas del averno gracias a una desconocida, se pregunta por qué si “ahora no puede” es incapaz de desconectar el dichoso aparatito.

No será la última. En otros momentos de la celebración suenan otros móviles. ¡Cómo pasar un minuto sin ellos! Un señor, con cara de póquer, ni se inmuta, a ver si así pensamos que el pedo telecomunicativo se lo está echando otro.

Esta falta de respecto no es exclusiva de los lugares sacros. La puede encontrar uno sin dificultad en una conferencia, en la proyección de una película, en un concierto o en una representación de teatro; como ha sucedido en “A cielo abierto” en Valladolid, donde su protagonista, el actor José María Pou, ha tenido que llamar la atención desde el escenario a causa de la reiterada interrupción de melodías “movilísticas”. El ABC se hahecho eco de este hecho, aunque dada su frecuencia, casi lo que choca es que sea noticia.

Ahora llegan las gafas de Google que nos van a grabar querámoslo o no y sin nuestro conocimiento. De la invasión de los pitidos a la privación de la intimidad. Al final ha venido a resultar que el Gran Hermano son los otros.

viernes, 10 de mayo de 2013

El desasosiego de algunas columnas




Hay algunos escritores –pocos, la verdad- de los que leo sus artículos siempre que tengo ocasión. No sólo porque me parezca que poseen cualidades como escritores, sino, principalmente, porque entiendo que tienen agudeza, dotes de análisis y capacidad de penetración.

Sin embargo, algunos de ellos me producen una decepción recurrente. Cuando eso sucede llego a sentirme masoquista. Igual publican un artículo ponderado, cargado de buen juicio, que arrojan un destilado de rencor y sectarismo con regusto a bilis. Es como si hubiera “temas” en los sintieran que se puede abrir la veda al insulto, el mal estilo y la chabacanería y quisieran expulsar a los lectores que no somos de su cuerda o camarilla.

Por supuesto, no se trata de que su punto de vista coincida con el mío. Hay con quienes discrepo en temas importantes, pero se puede entablar un contraste, dan razones de sus posiciones, argumentan, respetan. Con ellos se puede discrepar y, con todo, tener un interés sincero por su punto de vista.

Lo desasosegante es comprobar como otros, dotados de cualidades para alumbrar la realidad y cultivar la convivencia, las arrojan por la borda dejando entrever, tal vez, la insatisfacción en que viven consigo mismos.

martes, 7 de mayo de 2013

"Crispín y el dragón Agamenón"... ¡la película!

¡"Crispín y el dragón Agamenón" ya tiene su trailer!

Las aventuras del pastorcillo y el dragón miedoso anunciadas en un video de Youtube.

Gracias a Marta Boza por las entrañables y hermosas ilustraciones, y a Teodoro Gan por una música infantil tan animada y bonita. Estar acompañado de artistas siempre es un lujo.



lunes, 6 de mayo de 2013

El derecho a matar




Los argumentos en favor del aborto me parecen falaces, pero algunos lo son de una forma particular, por ejemplo, el que hace referencia a un pretendido "derecho de la mujer" sobre el que los varones nada podríamos decir pues no nos afectaría.



Es como si alguien afirmara que no se puede condenar ni opiniar sobre el genocidio llevado a cabo por los nazis salvo que se sea judío.



La dignidad humana es cosa de todos. Además, que yo sepa, para concebir es preciso un varón y una mujer. Vamos, que acostumbra a ser cosa de dos.



Si una mujer fuera a caer por un precipicio, ¿quién justificaría que me negara a ayudarla arguyendo que yo soy hombre? Sería la coartada perfecta para mi inacción. ¡Allá ella!, podría decir, yo soy varón. En en fondo es lo que pasa con los embarazos inesperados, con estos fundamentos, el padre de la criatura se siente legitimado para decir: "no es cosa mía. Allá tú!"



Pero es que, además, la falacia del "derecho" exclusivo y excluyente de "la mujer" oculta un elemento fundamental: más de la mitad de los bebés asesinados mediante el aborto son mujeres. ¿Dónde queda su pretendido "derecho" femenino? ¿Qué derecho ampara que acaben sus vidas descuartizadas o sumergidas en una solución corrosiva? ¿En eso consiste la liberación de la mujer?



No me resisto a señalar algo que me llama la atención. Algunos de los defensores del aborto, queriendo mostrar sensibilidad, afirman que "bastante duro es hacerlo para la mujer que "tiene que" abortar". No me cabe duda de que por lo general así es. Es más, con la cantidad de presiones sociales que se ejercen sobre tantas mujeres tengo clarísimo que muchas abortan muy a su pesar. Pero mi pregunta para quienes a la par que se conmiseran defienden el aborto en esta: ¿por qué? ¿Por qué es tan duro para quien aborta? Que me aclaren por qué ejercitar un "derecho" "liberador" es tan duro.



Ya contesto yo, ellos no lo harán, sería confesar lo inconfesable: porque matan al hijo que llevan en sus entrañas. ¡Acabáramos! Entonces estamos hablando de matar a alguien, no de quitar un quiste. Quizá deberíamos haber comenzado por ahí para afrontar la cuestión. ¿O no?

 
 
 
 
Añadido de última hora: Dice el ABC de hoy que el portavoz adjunto del PP en el Congreso propone que, a la hora de reformar la ley del aborto de 2010, se mantengan al menos los supuestos de la ley de 1985 "porque funcionó razonablemente bien". ¡Y tanto! A causa de dicha ley España es un destino abortista mundial pues, de facto, el aborto es libre. El mencionado portavoz recuerda que el gobierno de Aznar (1996-2004) no reformo esta ley. ¡Menudo timbre!
 


jueves, 2 de mayo de 2013

Una pena en observación


El escritor C.S. Lewis contrajo matrimonio con Joy Davidman en 1956. Él tenía cincuenta y ocho años, ella cuarenta y uno. Cuatro años después Joy fallecería a causa de un cáncer de huesos. El escritor, desolado, comenzó a tomar notas en unos cuadernos. Acabó publicándolos bajo pseudónimo, con la intención de preservar su autoría. El libro se titula "Una pena en observación" y en él entra en últimas cuentas consigo mismo. A Joy la llama H., de Helen que era el primer nombre de su esposa.

Recojo algunas citas sacadas de este libro. Con una sinceridad inusual muestran cómo frente a la muerte de alguien que nos resulta irrenunciable no caben las componendas.





- “Nunca sabe uno hasta qué punto cree en algo, mientras su verdad o su falsedad no se convierten en asunto de vida o muerte. Es muy fácil decir que confías en la solidez y fuerza de una cuerda cuando la estás usando simplemente para atar una caja. Pero imagínate que te ves obligado a agarrarte a esa cuerda suspendido sobre un precipicio. Lo primero que descubrirás es que confiabas demasiado en ella”.


 



- “Si H. no existe, entonces es que nunca existió. Confundí una nube de átomos con una persona. No existe nadie, nunca existió nadie. Solamente la muerte revela una vacuidad que siempre estuvo ahí. Lo que llamamos seres vivientes son sencillamente aquellos que todavía no han sido desenmascarados. Todos en idéntica bancarrota, sólo que aún no declarada en algunos casos.


Pero esto puede que sea una tontería. ¿Vacuidad revelada a quién?, ¿bancarrota declarada a quién? A otras cajas de fuegos artificiales o nubes de átomos. Nunca creeré –mejor dicho, no lo puedo creer- que una serie de elementos físicos pueda acarrear el error a otros de otro tipo”.



 
- “Los jugadores de bridge me dicen que tiene que haber algún dinero circulando en juego porque si no «la gente no se lo toma en serio». Parece que esto también es algo así. Se puede apostar por Dios o por la negación de Dios, por un Dios bueno o por el Sádico del Cosmos, por la vida eterna o por la nada, pero depende de lo que se haya expuesto en el envite el que éste sea serio o no lo sea. Y nunca se entera uno de lo serio que era hasta que las apuestas se disparan a una altura horrible; hasta que se da uno cuenta de que no está jugando con fichas o calderilla, sino que lo que está en juego es hasta el último penique que puede llegar a adquirirse en el mundo”.