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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

jueves, 30 de agosto de 2018

Reseña sin censura: "El Banquete" de Platón






Platón, el filósofo que lo dijo todo, o casi. "El Banquete", su obra maestra. La presente reseña, mucho trabajo, disfrute y ganas de compartir. Con todos ustedes: El Banquete de Platón sin censura.

martes, 21 de agosto de 2018

Donde más duele



Sigo con los "daños colaterales" en la lectura del Banquete de Platón. Ahora he ido a parar a Aristófanes y su comedia Lisístrata. En la misma, para oponerse a la guerra, las mujeres se declaran en una suerte de huelga por la que decretan la abstinencia sexual. Tras una serie de avatares los hombres se avienen a buscar un acuerdo de paz porque ya no aguantan más.
El heraldo lacedemonio que acude a negociar con los atenienses es confundido por el delegado ateniense con Conísalo, una divinidad fálica, debido a la apariencia de mástil de su entrepierna. La erección es tal que el ateniense quiere saber si ha venido con una lanza bajo la axila o tiene una inflamación en la ingle, a lo que el espartano acaba respondiendo, con no poca retranca, que porta un escítala laconia, esto es, un bastón al que se enrollaban los mensajes.
Naturalmente, al "confluir los intereses" de ambos ejércitos masculinos se firma la paz...

lunes, 20 de agosto de 2018

En boca cerrada...



Como suele suceder, una cosa te lleva a la otra. Empiezas indagando en un tema, y ese tiene un asunto que te pone en relación con otro, que a su vez conecta con no sé qué. Total, que del Banquete de Platón he ido a parar a Arquíloco. Un singular poeta griego, hijo de un noble y una esclava -bastardo, para entendernos-, que osó escribir poesía en la cual es él, ¡él! ¡un hombre! quien cae presa del amor de una mujer. Algo impensable en la Hélade donde sólo las féminas sufrían esa pérdida de autodominio. ¡Por los dioses!

Arquíloco, poeta y mercenario, cuenta en uno de sus versos cómo combatiendo a los bárbaros arrojó su escudo para salvar la vida, con cuya obtención se estará jactando alguno de sus enemigos:
"Algún saiano se ufana con mi escudo, arma excelente que abandoné a pesar mío junto a un matorral. Pero salvé la vida. ¿Qué me importa aquel escudo? Váyase enhoramala: ya me procuraré otro que no sea peor".
Sin duda su acción puede ser práctica, pero para un griego la huida, y más abandonando su escudo, era un acto cobarde. ¡Y lo dice un hombre que aún encima se declara enamorado de Neóbula, cuyo padre no permitió que se casara con él! Ver para creer.
Así que no es de extrañar que Critias lo pusiera a caer de un burro por deslenguado, procaz, adúltero, y lo peor de todo, por haber "arrojado su escudo" y aún encima contarlo.
En boca cerrada no entran moscas (ni nace la poesía, ¡shhhh!)

miércoles, 15 de agosto de 2018

A moro muerto gran lanzada





Hay un personaje, que cunde por doquier, dedicado a la labor de enarbolar banderas cuando éstas ya han triunfado. Es su ideal apuntarse a caballo ganador con pose de luchador, de resistente, de revolucionario. Siempre acude al campo de batalla con el único propósito de rematar heridos y pasear en el desfile de la victoria proclamando que ha ganado una guerra librada por otros.

Es el que con más convicción habla, con más aplomo sentencia, con mayor indignación apunta con dedo acusador. Abandera una causa, sí, la de ser el abanderado.

Cuando veo a ese tipo humano que cunde por doquier recuerdo aquellas palabras de Stefan Zweig en "El mundo de ayer":


"Había estudiado demasiada historia, y escrito sobre ella, como para no saber que la gran masa siempre se inclina hacia el lado donde se halla el centro de gravedad en cada momento".

domingo, 12 de agosto de 2018

"Querido Caín" o el origen del Mal

Ignacio García-Valiño, fue compañero mío en el colegio, donde no lo pasó bien. La experiencia del mal en la infancia lo marcó, tanto, que años más tarde indagaría en el origen del mal a través de una novela magnífica: "Querido Caín".

De sus muchos libros, personalmente es el que más me gusta. Es un thriller psicológico brillante, escrito con una destreza y riqueza muy difíciles de encontrar, y aquí no habla el amigo, sino el lector.

A Nacho ya no lo tenemos, pero sus libros sí. Sin temor a errar hoy me atrevo a recomendar esta historia de un niño malvado.



miércoles, 8 de agosto de 2018

¿Existe la verdad?



Continuamente oímos denuncias de las mentiras que cunden por doquier, pero ¿existe la verdad?

martes, 7 de agosto de 2018

Tenemos que hablar de muchas cosas, compañero

Hace poco, ayer sin ir más lejos, hablé por teléfono con el hermano de un amigo que se nos fue un día para no retornar.
Lo llamé para decirle que estaba releyendo un libro de ese hermano suyo, amigo mío, y que no me resistía a manifestarle el don magistral que poseía con las palabras. Que su hermano era capaz de encarnar las contradicciones y temores del alma humana en trazos sonoros. Que movía el paisaje en torno a los personajes de manera magistral.
Mi amigo y su hermano se querían, y sin embargo navegaban en la distancia que creaban sus más hondas convicciones.

En la presentación de un libro, invitado su hermano por mi amigo, el primero dijo estas palabras: "Mi hermano y yo coincidimos en todo menos en lo fundamental".
Hay quien no ha sabido entenderlo, yo sí. Es ese querer quererse a pesar de todo. Saltar por encima de lo humano y lo divino para no separar lo que nació para permanecer junto.
En un escrito de despedida, el hermano de mi amigo recogía las palabras ya irrenunciables que dirigiera Miguel Hernández al perdido para siempre Ramón Sijé. Son las que cierran su Elegía y rezan así: "que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero".
Hoy yo habría querido hablar con él. No sé si de muchas cosas o de algunas, pero lo hubiera deseado muy de veras.
Aquí dejo el poema entero de Miguel Hernández en la voz de Julio Núñez:


sábado, 4 de agosto de 2018

Una foto andaluza en Madrid



27 de noviembre de 1929.
Con motivo de las cien representaciones de la obra "La Lola se va a los puertos" se rindió un homenaje en el Hotel Ritz a sus autores, los hermanos Antonio y Manuel Machado.
El evento tuvo indudable sabor andaluz, pues contó con la actuación del guitarrista Ramón Montoya, las bailaoras La Trigueñita y Ramoncita Rovira, y los cantaores El Niño del Museo, Guerrita, Angelillo, Mojaina, Isabelita, la Requejo y Martel.

El acto de reconocimiento fue promovido por el presidente del Consejo de Ministros, Miguel Primo de Rivera, y su hijo José Antonio. Este último entregó a los hermanos Machado un álbum firmado por todos los asistentes.
Antes de dos meses Miguel Primo de Rivera moriría exiliado en Francia. Trágicas serían las muertes de José Antonio y Antonio Machado desencadenada la guerra civil. No obstante, más allá de cualquier análisis histórico, aquí me gustaría quedarme con esta imagen de amor al teatro, deseo de concordia, de posibilidades abiertas, de celebración.
PACO: ¿La señorita Rosario qué le dijo?
MERCEDES: Preguntaba por su novio. Ella creía que la juerga y la algazara de esta noche...
PACO: ¿Sí?
MERCEDES: Eran cosas del señorito.
PACO: Me extraña. Será el cariño, los celos. Ya sabe que en esta casa la cabeza más alegre es la que peina más canas. Así va el mundo...

viernes, 3 de agosto de 2018



Gustan de repetir periodistas y asimilados que el Estado posee "el monopolio de la violencia". Es una de esas expresiones que han caído en gracia y salen a relucir como amapolas en primavera, aunque quienes las prodiguen no hayan visto un libro de Max Weber ni en pintura.

Personalmente me parece que se violenta el significado de la palabra violencia de forma innecesaria.
Echemos un vistazo a la RAE.
Violencia:


1. f. Cualidad de violento.
2. f. Acción y efecto de violentar o violentarse.
3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.
4. f. Acción de violar a una persona.
¿Es deseable un Estado violento o que obre contra el natural modo de proceder? (Lo de violar a una persona ya no lo planteamos ni como pregunta retórica).
El Estado puede en determinados casos ejercer legítimamente la "fuerza"; de ahí a ejercer violencia media un trecho.
Por cierto, existe el uso lícito de la fuerza en determinadas situaciones, como por ejemplo ante una agresión; es lo que se llama legítima defensa
¿No sería entonces más correcto decir que el Estado puede en determinados casos usar legítimamente el empleo de la fuerza? Igual no queda más comercial pero, al menos a mí, me resulta más reconfortante.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Pregunta molto difficile



En un futuro no demasiado lejano, el vicecomandante de la Guardia Suiza Wetter y el alabardero Frei se encuentran frente a frente con el hombre que va a designarles la misión más importante de sus vidas:

"El Cardenal Carlos Escribano era un hombre de cara bondadosa y prominentes mofletes mitigados por una vigorosa barba cana. Tenía la espalda algo cargada, quizá por el peso de las muchas responsabilidades que recaían sobre él. Como secretario de Estado del Vaticano, después del Papa era la persona con mayor poder dentro de la Iglesia. Tenía una voz vibrante, con un hablar pausado, pero sin caer en ese tono afectado que desplegaban algunos eclesiásticos".
(Del libro "Bresca. El guardia suizo").



ATENCIÓN, PREGUNTA: ¿Cómo se llama el obispo que acompaña en la fotografía al autor de dicho texto?

Pista: El clérigo de la fotografía no tuvo noticia de la existencia del libro ni de su contenido hasta que éste vio la luz (como San Pablo después de lavarse, que también vio mucha luz). Pese a ello, todavía no ha iniciado acciones penales contra el artífice de dicha obrita, lo cual demuestra que la santidad está también al alcance de los prelados.