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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

domingo, 28 de diciembre de 2014

Parte 2: Roma para náufragos



Llega la segunda parte de nuestro desembarco romano. En esta ocasión nos adentramos en la Universidad Gregoriana con alevosía y nocturnidad, descubrimos con sorpresa la fuente que engalana la entrada del Panteón y contemplamos Roma desde el techo de la curia de los Jesuitas (y es que no se podía subir más alto).

¡Bienvenidos a una nueva entrega de Roma para náufragos!

miércoles, 24 de diciembre de 2014

La gloria de mi padre... y de la escuela pública



Acabo de leer "La gloria de mi padre", de Marcel Pagnol, y he de decir que me he ha hecho pasar un rato muy grato con sus andanzas infantiles.

Los hechos acaecen a principios del siglo XX, cuando el agua corriente era un bien escaso y la luz eléctrica un sueño al alcance de unos pocos.

Quiero traer aquí una cita que muestra lo que era la escuela pública en Francia, patria del autor, una escuela que buscaba la excelencia y la redención social de los alumnos a un alto precio, el del sacrificio personal. Ahí no valía el halago al alumno ni su disculpa victimista, sólo la exigencia. Y el maestro sabía que el logro de su misión pasaba por la acrisolada ejemplaridad.

«He conocido gran número de estos maestros de antaño.
Tenían una fe absoluta en la belleza de su misión, una confianza radiante en el porvenir de la raza humana. Despreciaban el dinero y el lujo; rechazaban un ascenso para que se le concediera a otro, o sólo por continuar su tarea en una aldea abandonada.
Un viejo amigo de mi padre, que obtuvo el número uno en la Escuela Normal, debido a esta hazaña inició su tarea en un barrio de Marsella. Era una barriada piojosa, habitada por maleantes y por la que nadie se arriesgaba a transitar de noche. Allí estuvo desde el principio hasta que se retiró. Cuarenta años en la misma escuela, cuarenta años en la misma silla. Mi padre le preguntó un día:
-¿No has tenido nunca ambiciones?
-Claro que las he tenido –le contestó-. Y creo que he triunfado. En veinte años, mi predecesor vio guillotinar a seis de sus alumnos. Yo, en cuarenta, no he visto cortar la cabeza más que a dos. Tuve otro que fue indultado justamente. ¡Valía la pena mantenerse allí!
Porque lo más notable es que aquellos anticlericales tenían alma de misioneros. Para llevar la contraria al señor cura (cuya virtud se suponía falsa), vivían como santos y su moral era tan inflexible como la de los primeros puritanos. El inspector de la Academia era su obispo; el rector, arzobispo, y su ministro un papa al que había que escribir en papel sellado y con las fórmulas de rigor.
“A semejanza de los sacerdotes –comentaba mi padre-, trabajamos para la vida futura; sólo que en nuestro caso se trata de la vida futura de los demás”.»

domingo, 21 de diciembre de 2014

Roma para náufragos. Parte 1



En sus marcas, listos... ¡ROMA!

Por fin el vídeo de la llegada a "nuestra ROMA", madre de Occidente. Salimos de la Zaragoza de Palafox, pasamos por la Barcelona de Joan Manuel Serrat y ponemos pie en Roma... y en algún que otro enclave extraterritorial.

¡Bienvenidos a ROMA para náufragos!

jueves, 18 de diciembre de 2014

235, mi turno. ¡Me ahogo!



Acudo a la oficina principal de Correos para recoger un envío. Pulso el botón del expendedor y cojo mi número. Veo que tengo para un rato, así que me siento en uno de los bancos. En la amplia sala hay tres grandes paneles llenos de dibujos infantiles. La verdad es que nadie les hace caso. Supongo que formarán parte de alguna campaña organizada por la RENFE o como quiera se llame ahora.

De repente una voz recia rompe la desidia ambiente: “¡Señora!, ¡señora! Está prohibido hacer fotos”. Levanto la cabeza sorprendido y veo cómo el guarda jurado, en el que hasta entonces no había reparado, se acerca enérgico hasta una pobre mujer que estaba a punto de hacer una foto a alguno de aquellos dibujos ignorados. Con gesto hosco el vigilante insiste en su apercibimiento y la mujer balbucea avergonzada una disculpa: "yo no sabía..."

¿Prohibido hacer unas fotos a unos dibujos infantiles? ¿Y para qué los tienen expuestos en un lugar público? ¿Qué son, obras inmortales realizadas con materiales fotosensibles?

Me invade una ola de indignación y me acuerdo de algo que hace unos días comentaba mi amigo Pepe. “¡Esto es asfixiante!”, se lamentaba. “Todo está prohibido. Veo a un padre en bici con su hijo de ocho años jugándose el tipo por la calzada porque por muy ancha que sea la acera un niño no puede ya ir por ella. Y si un niño en bici no lleva casco, multa, y así con todo”. En aquella tertulia otros discrepaban: “Es que puede atropellar a alguien. Es que puede pasar algo…” Pero Pepe, el más maduro del grupo, se reafirmaba: “Yo de niño jugaba en la calle, y nuestros padres sabían que nos podía pasar algo, pero asumíamos riesgos. Ahora todo está controlado y cuando pasa cualquier cosa lo primero que se hace es buscar un culpable. ¡Esto es asfixiante!" -insistía.

Sí, Pepe, estoy contigo, aunque igual sólo seamos dos. Los dos últimos. Esto es asfixiante. Todo normalizado, todo bajo control. No se puede. Prohibido. Normas, normas y más normas. Y luego dos crías de quince años se pegan un lote ostentoso en mitad de la calle buscando hacerse ver y todos tenemos que callar, hacer como que no pasa nada, y yo con mis hijas hacerme el tonto y buscar otro camino para evitar chocarnos de frente con esa exhibición de impudicia impuesta como otra norma. Bien saben las protagonistas que no hay autoridad ninguna, sólo norma, potestas, coacción. Se lo repiten a diario en el cine, la radio, la escuela, la televisión..., imponte sobre los demás al amparo de la norma. Por eso su gesto proclama un dogma inapelable: no hay virtud, sólo ley coactiva. No discrepar, no hablar, obedecer, aguantarse, mimetizarse con el rebaño.

Miro la pantalla digital y luego el papelito que sostengo entre mis dedos. Va a ser mi turno. No te des mal. Coge el sobre que has venido a buscar y vete. Olvida lo sucedido con los dibujos de los niños. Seguro que ellos se habrían sentido orgullosos de saber que hay quien ha querido fotografiarlos, pero alguien estúpido ha dictado una norma tan estúpida como él, otra más, y aquí el capricho se hace ley mientras sobre el sentido común pesa la sospecha de fascismo.


“235”, mi turno. Firmo, recojo mi sobre y salgo a la calle. Necesito respirar. Esto es asfixiante.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Presentación de "Roma para náufragos"



"Polizón y Náufrago" ha desembarcado en Roma, corazón de la Historia y de la Iglesia, para descubrir algunos de los secretos de esta ciudad única.

Embárcate con nosotros y disfruta de este singular viaje.

¡Bienvenidos a ROMA PARA NÁUFRAGOS!

jueves, 11 de diciembre de 2014

La nueva docencia y la vieja indecencia



Dice Ortega y Gasset, creo recordar que en La deshumanización del arte, que cada época guarda una sorprendente fidelidad consigo misma. Idéntico espíritu anima el arte, el pensamiento y la vida ordinaria de los pueblos en cada periodo de la Historia.

Nuestra época no es una excepción. Sólo si reparamos en ello comprenderemos lo que nos sucede.

Recientemente leía en el estimulante blog El café de Ocata de Gregorio Luri una entrada en la que se mostraba un anuncio que proponía el arquetipo del “nuevo docente del siglo XXI”. La característica primera de este nuevo(?) docente era que “no explica, enseña destrezas y habilidades”. A partir de ahí don Gregorio ponía cabalmente al descubierto el oxímoron que supone enseñar sin enseñar. Todos los supuestos sobre los que se asienta ese nuevo docente(?) son, a lo que parece, verdades de fe inexplicables, o a lo menos inexplicadas.

Resulta que el modelo educativo del siglo XXI (largo lo fían) aspira a hacer desaparecer los contenidos en pos de unas herramientas que permitan al alumno hallarlos. Claro que como no se indica qué han de encontrar difícilmente pueden saber qué buscar. La educación desprovista de una meta, de un fin extrínseco a la propia metodología, lo único que ofrece es un camino a ninguna parte. No hay verdad, no hay fin, no hay nada que aportar. Es como si a Viernes le entregáramos los restos del naufragio sin la asistencia de Robinson Crusoe. "Toma Viernes, aquí unas vergas, un calcetín del revés, una especie de tierra llamada pólvora, un tubo de hierro anclado a un trozo de madera, un barril donde pone ron con un líquido dentro, una caja con unas cosas que igual son galletas que comida para perros..., sé innovador, progresa hasta el infinito y más allá".

Si nos fijamos bien esto mismo sucede en el campo político. La democracia ha dejado de presentarse como una fórmula instrumental de gobierno para transformarse en un fin en sí misma. "Nosotros los demócratas". ¿Qué fin debe perseguir la sociedad? Ser cada día más democrática, nos responden.  Eso está muy bien, pero para ir a dónde. "Ser más abierta, más plural, bla, bla, bla, bla..." Qué sí, que está muy bien, pero para ir a dónde, en torno a qué proyecto estamos toda esta panda juntos. Una pluralidad infinita aniquila la sustancia de la que forma parte, hará falta un elemento aglutinante.


Así que visto lo visto, los distintos grupos de intereses particulares se ponen en marcha en forma de lobby tratando de llevar el ascua a su terreno, pues ellos sí tienen claro a dónde nos quieren llevar. Faltos de metas que nos ayuden a trascendernos nos proponen una: la suya. Y en nombre de una libertad carente de brújula acabamos arrastrados por la marea de los demagogos que prometen libertad sin responsabilidad, vamos, la cuadratura del círculo.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Algunas breves reflexiones en torno a la creencia en Dios



1) Comprendo perfectamente que haya gente que crea en Dios o que no crea en Él. Sé que la vigencia social en Europa y en nuestro tiempo se alinea con el ateísmo (desconozco lo que sucede en otras partes del planeta). Lo que me parece necio es que quien lo niega ningunee a quien lo afirma, como si la posición de este último fuera mera superstición sin base real.

Efectivamente la afirmación de Dios puede presentar ciertos problemas de orden teórico y práctico (no confundir “problema” con imposibilidad), pero no es menos cierto que su negación presenta asimismo enormes inconvenientes, tales como la existencia y consistencia del mundo, la libertad, el sentido, etcétera.

Aquí el que no ha conocido la duda que tire la primera piedra (abstenerse hinchas de cualquier signo, este texto no va dirigido a quien ignora el término “diálogo”).


2) Repito, entiendo que haya personas que no creen en Dios, lo que no comprendo es la satisfacción que tantos de ellos muestran en que esto pueda ser así.

La inexistencia de al menos una expectativa remota de trascendencia (y con ella de sentido) me parece una verdadera tragedia. Desde una posición de increencia me parece mucho más razonable la actitud desesperada e irracionalista de Unamuno que la autosatisfecha de, pongamos por caso, Fernando Savater (a quien reconozco, dicho sea de paso, no pocos méritos en otras facetas del conocimiento y la divulgación filosófica, aunque claramente no comparto su celebración del ateísmo).


3) La actitud de la inmensa mayoría del género humano a lo largo de su historia ha sido la creencia en algún tipo de divinidad, y esto desde Atapuerca a Jérôme Lejeune. De hecho una enorme porción del pensamiento filosófico desde sus orígenes ha pivotado en torno a esta cuestión. ¿Por qué entonces pretender que a quien cree en una trascendencia no le asiste el más mínimo atisbo de racionalidad?

A este respecto alguna vez he puesto el ejemplo de un diálogo de La princesa prometida que mantiene el héroe Westley con el malvado Vizzini:

-          ¿Tan sabio sois?
-          ¿Habéis oído hablar de Platón, de Aristóteles, de Sócrates?
-          Sí.
-          Unos incultos.


Pues bien, debían serlo, pues hablan de Dios y no poco. Como también lo hicieron San Agustín, Leibniz, Kant, Zubiri y tantísimos más.

domingo, 16 de noviembre de 2014

La gran desilusión



En 1910 salía de las imprentas un libro de Norman Angell titulado La gran ilusión. En el mismo el escritor y político (que obtendría el Nobel de la Paz dos décadas después) “demostraba” la imposibilidad de una guerra en Europa, basándose en unos argumentos y ejemplos que pretendían ser irrefutables. Sostenía que “en la presente interdependencia financiera y económica de las naciones, el vencedor sufriría tanto como el vencido” por lo que ningún país cometería la locura de iniciar una guerra. Tal como recordaba Barbara W. Tuchman en Los cañones de agosto, la obra fue traducida a once idiomas y se convirtió en libro de culto hasta el punto de crearse grupos de estudio del mismo por todo el mundo.

Ese mismo año el general alemán Von Bernhardi ultimaba un libro que saldría publicado poco después bajo el título Alemania y la próxima guerra, el cual contenía capítulos con epígrafes tan expresivos como “El derecho a hacer la guerra”, “El deber de hacer la guerra” o “Potencia mundial o hundimiento”.

Como es bien sabido, en 1914 se desataba la mayor catástrofe bélica europea conocida hasta aquel entonces, tal como había anunciado sin tapujos Von Bernhardi.

A menudo olvidamos que la voluntad de los hombres no siempre va ligada al sentido común. La ambición, el sectarismo, los prejucios y los particularismos de toda índole son capaces de llevarse por delante cualquier cosa, aún a riesgo de un perjuicio propio.

En nuestro país estamos viendo cómo desde las más altas instancias del poder político (y mediático) en Cataluña, con la complicidad de amplios sectores, se está desarrollando un proyecto que tiene como fin manifiesto su secesión del resto de España. Ello pone en cuestión la misma existencia de la nación española. Ni más ni menos.

Esto se realiza a ojos vista, sin pudor ni disimulo, envalentonados sus promotores por el pasmo y pasividad de aquellos que tienen mayor responsabilidad en velar por la integridad y prosperidad del país. Hemos recibido un legado que debemos transmitir a los que vienen detrás lo más enriquecido posible, no despilfarrado, pero esto parece no importar a nadie.

“Una Cataluña independiente no es viable económicamente”, se dice. Al igual que Angell en su gran ilusión se cree que a los hombres los moviliza únicamente el bienestar y la sensatez, como si la historia no hubiera demostrado sobradamente cuán poderosos son otros resortes.

Y mientras esto sucede el gobierno del país se muestra incapaz de iniciativa alguna, echando balones a la fiscalía para ver si mágicamente le arregla un problema que lleva lustros incubándose y que cada vez eclosiona con mayor vigor.

Tampoco anda muy lúcida la oposición que con su pose de buenrollismo pretende hacernos creer que a ellos no les pasaría, cuando han participado de la claudicación ante el nacionalismo como el primero.

Urge un proyecto de vida común integrador. No basta con negar, es preciso afirmar, mostrar un programa nacional atrayente, constructivo, aunador de voluntades. Además, no se puede dejar abandonada a esa gran masa de catalanes que se retraen de la cosa pública porque se sienten excluidos por el discurso nacionalista dominante e incontestado o, lo que no se sabe si es peor, respondido con tan fría solemnidad como embarazo.

Se ha perdido la iniciativa y lo peor es que todo apunta a que no se sabe qué hacer, no ya mañana o pasado mañana, sino hoy mismo. No podemos dejar pasar, no abordar los problemas en su raíz equivale a alimentarlos.

Stefan Zweig escribía en El mundo de ayer que “había estudiado demasiada historia, y escrito sobre ella, como para no saber que la gran masa siempre se inclina hacia el lado donde se halla el centro de gravedad en cada momento”. Pues bien, hoy la fuerza dominante es centrífuga y lo que está en juego es la existencia misma de la nación más antigua de Europa, la misma que extendió y hermanó un continente allende los mares. Y esta fuerza disgregadora ha calado no sólo entre los habitantes de la regiones tradicionalmente más nacionalistas, sino en amplios sectores del resto de España que creen ver en los festejos disgregadores el signo de los tiempos.


Como planteaba Ortega y Gasset, necesitamos un proyecto sugerente que nos permitan poner a salvo lo valioso e integrar lo plural en la unidad, ir a las raíces, y ello sin olvidar un principio que enarboló su discípulo Julián Marías: “no intentar contentar a los que no se van a contentar”.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Stefan Zweig, la construcción de Europa y el nacionalismo



Estoy leyendo un libro tan fascinante como en ocasiones doloroso. Me refiero a El mundo de ayer de Stefan Zweig. El autor va desplegando la biografía de Europa desde su propia peripecia vital, comenzando en el final del siglo XIX y llegando hasta la segunda guerra mundial.

Zweig, austriaco de origen judío, describe con vivo entusiasmo lo que era Europa antes de la primera guerra mundial, su desarrollo cultural y, con él, las inmensas posibilidades de progreso y unidad que se presentaban ante ella.

Pero el egoísmo y la miopía dieron al traste con aquel horizonte desencadenándose un conflicto absurdo y fatal que llevaría a la muerte a millones de seres humanos y que acabaría por descuartizar su amada Austria.

Antes de aquello el imperio Austrohúngaro contenía en sí una gran diversidad bajo la monarquía varias veces centenaria de los Habsburgo. La propia capital era un reflejo de todo aquello:

"Por aquí habían pasado los Nibelungos, desde aquí iluminó al mundo la constelación de los siete astros inmortales de la música: Gluck, Haydn y Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms y Johann Strauss, aquí confluyeron todas las corrientes de la cultura europea: en la corte, entre la nobleza y el pueblo, lo alemán se unía con alianzas de sangre con lo eslavo, lo húngaro, lo español, lo italiano, lo francés o lo flamenco, y el verdadero genio de esta ciudad de la música consistió en refundir armónicamente todos esos contrastes en un elemento nuevo y peculiar: el austriaco, el vienés".

Checos, alemanes, húngaros, eslovenos, rumanos, croatas… en una comunidad de naciones compleja y diversa. Y esa pluralidad organizada (obviamente con sus limitaciones y necesidad de adaptación, ¿pero alguna empresa humana no las tiene?) permitía la coexistencia de más de cincuenta millones de almas.

La derrota austriaca en la primera guerra mundial llevaría a los vencedores, en su afán revanchista, a despedazar aquella formidable construcción histórica. ¿Para disgusto de todos? No. Los nacionalistas, los sectarios, los propagandistas de las identidades idénticas a sí mismas celebraron el fin de aquella diversidad unida. Así Adolf Hitler en su obra Mi lucha escribiría:

“La antigua Austria era un Estado compuesto de muchas nacionalidades.
Siendo relativamente joven tuve la oportunidad de participar en una lucha de nacionalidades en la antigua Austria. Teníamos una sociedad escolar y expresábamos nuestros sentir por medio de ramas de aciano de los colores negro, rojo y oro; había vítores y cantábamos el Deutschland über Alles con preferencia al Kaiserlied austriaco (…) Pronto me transformé en un fanático nacionalista alemán (…).
Nuestros conocimientos históricos de los métodos de la Casa de Habsburgo estaban corroborados por lo que veíamos todos los días. En el norte y en el sur la ponzoña de extrañas razas roía el cuerpo de nuestra nacionalidad y hasta la misma Viena se convertía en una ciudad cada vez menos alemana. La Casa Real se hacía checa por donde se la mirase; y fue la mano de la deidad, de la justicia eterna y del castigo inexorable quien decretó que el más sañudo enemigo del germanismo en Austria, el archiduque Francisco Fernando, cayera víctima del plomo que él mismo había ayudado a moldear. ¡Y era él quien con más ahínco trabajaba desde arriba para transformar Austria en un estado eslavo! (…)
Basta con decir aquí que desde mi más temprana juventud, estuve convencido de que la destrucción de Austria era una condición indispensable para la seguridad de la raza alemana y, por lo demás, que el sentimiento de nacionalidad no se identificaba en modo alguno con el patriotismo dinástico y, también, que la Casa de Habsburgo se hallaba entregada a la tarea de perjudicar a la germana estirpe.”


"El triunfo de la voluntad" se titularía la película de Leni Refienstahl que recogería aquel espíritu de las esencias puras asumidas por las masas. Lo que vino después es de sobras conocido. No sólo en Alemania o Austria, sino en Hungría, Rumanía, las repúblicas balcánicas...

Tras la segunda guerra mundial Europa ha ido edificando una comunidad, imperfecta, sí, pero comunidad. La pregunta que queda en el aire es: ¿de verdad cree alguien que desde el nacionalismo disgregador -si se me permite el pleonasmo- se puede sostener algo así?

lunes, 3 de noviembre de 2014

Hegel, el idealismo alemán explicado para hispanos



El más difícil todavía. En esta ocasión en "Filosofía para náufragos" nos hemos atrevido con Hegel.

Abróchense los cinturones que hay curvas. Dificultad máxima. ¡A por ello!

lunes, 27 de octubre de 2014

Zenón de Elea: vida, tortuga y muerte



Zenón de Elea, el filósofo vencido por una tortuga.

En este nuevo vídeo de "Filosofía para náufragos" conoceremos su vida y, sobre todo, su pavorosa muerte. 

También nos acercaremos a su pensamiento e, incluso, pondremos a prueba una de sus paradojas con la ayuda de un experto atleta y una gentil damisela.

¡Bienvenidos de nuevo a bordo, polizones!

lunes, 20 de octubre de 2014

David Hume, ¿causalidad o casualidad?



Un nuevo vídeo de "Filosofía para náufragos" en el que conoceremos a David Hume, el pensador que dijo aquello de "cada solución da pie a una nueva pregunta". Y preguntando preguntando cayó en el escepticismo.

¡Bienvenidos a bordo una vez más, polizones!

lunes, 13 de octubre de 2014

Heráclito de Éfeso. Todo cambia...




"Todo cambia, nada permanece".

¡Bienvenido amigo Heráclito a "Filosofía para náufragos"!

En este nuevo vídeo conoceremos a un gran pensador apodado El Oscuro de Éfeso.

Espero que os guste.

lunes, 6 de octubre de 2014

¿Marx era marxista?



¿Marx era marxista? No es un juego de palabras sino algo con mucha más miga de la que pudiera parecer.

Pero, ¿qué es el marxismo? ¿Qué pensaba Marx realmente? ¿Por qué su filosofía iba a tener una influencia en el siglo XX e incluso en el XXI?

Si quieres conocerlo de una manera clara y amena no dejes de ver este nuevo vídeo de "Filosofía para náufragos".

viernes, 3 de octubre de 2014

Un diálogo actual



Enfrascado en la lectura me encuentro con el siguiente diálogo del libro cervantino Rinconete y Cortadillo:

"- ¿Es vuestra merced, por ventura, ladrón?
- Sí -respondió él-, para servir a Dios y a las buenas gentes".

Y yo me digo, ¡caray, parece el periódico del día!

lunes, 29 de septiembre de 2014

Sartre, el existencialismo francés como souvenir



Jean-Paul Sartre, el pensador existencialista francés por antonomasia viene a mostrarnos su concepción del mundo y del hombre.

Se trata de un filósofo que cultivó su popularidad, coqueteó con el marxismo y convivió con otra filósofa, Simone de Beauvoir.

Bienvenidos a un nuevo vídeo de "Filosofía para náufragos"

jueves, 25 de septiembre de 2014

Claridad, por favor, claridad



No sé si la vida es buena o mala maestra, para gustos los colores, lo que sí puedo garantizar es que es exigente. Y si uno quiere conducirse por ella con un mínimo acierto va a precisar de toda la lucidez que esté a su alcance. Esto no son palabras biensonantes, sino una de esas lecciones que la propia vida me ha enseñado al precio de no pocas lágrimas; sé de lo que me hablo.

Y ahora hablemos de “la vida”. La vida tiene un soporte biológico (no digo que se reduzca a él, pero lo precisa), de hecho biología significa ciencia de la vida. ¿Y dónde nos dice la biología que hay vida? Pues en la rosa, en el pingüino, en aquella persona, además de en un buen puñado de seres más. Esa vida se desenvuelve en un proceso continuo que se origina en su concepción y concluye con la cesación de las funciones vitales. Lo dice la biología y no tiene mucha complicación entenderlo, aunque realmente resulta maravilloso. Para sostener esto no hace falta ser católico, apostólico y romano, ni pacifista ni antitaurino, basta con atender a criterios científicos elementales.

La biología también nos enseña que una pareja de una determinada especie tiene descendencia de esa misma especie. Las palomas no tienen jilgueros ni las ballenas lechones. Así, una pareja humana tiene personas, hombre o mujer, no tenemos otra experiencia inmediata de la realidad personal. Por ello dentro de un huevo de avestruz se está desarrollando un pollito de avestruz, y dentro del útero materno está creciendo un bebé perfectamente humano. No existe el estadio pre-humano. Para justificar algunas formas de aborto se habla de pre-embrión. No conozco ningún manual de zoología que hable de pre-embriones; ninguno, y mira que me gusta la naturaleza y he leído unos cuantos libros sobre ella. Igual algún militante pro-aborto se pone a la labor de escribir algún libro que hable de los pre-embriones de tigre, no lo sé, pero desde luego no hará ninguna aportación novedosa a la ciencia que reconoce la existencia de un nuevo individuo de la especie en el momento de la fecundación.

Por tanto quien defiende el aborto tiene que tener claro que aboga por acabar con la vida de un individuo (niño o niña) de la especie humana. Que encuentre justificación a esto es otra cosa, pero lo que supone un aborto es matar a un individuo humano. Dicho individuo es sustancialmente único e irrepetible. Quien justifica el aborto (libre, a plazos, por “supuestos”, tanto me da) tiene que saber esto. Y negarlo es negar el hecho científico, es pura superstición radicalmente contraria a la razón y a la ciencia.

El progreso, la ciencia, no está del lado de los abortistas que niegan vida humana en el feto, sino de parte de los pro-vida. Guste o no guste. La ciencia no es un menú para paladares caprichosos, sino un instrumento para la búsqueda de comprensión de la naturaleza de las cosas.

Por ello la actitud de los partidos políticos con representación parlamentaria en esta materia es abominable, y lo digo así, sin paliativos, con infinita tristeza porque en cierta medida son nuestro espejo como sociedad. La actitud del actual gobierno es de una hipocresía apabullante, mantienen un recurso de inconstitucionalidad sobre la ley actual a la par que se niegan a cambiarla.

Pero a los “sorprendidos” he de decirles que la ley de supuestos que proponía el programa del PP es igualmente miserable. ¿A qué niños se puede matar y a quiénes no? ¿Quién lo decide? ¿Por qué uno sí y el otro no? ¿Qué crimen ha cometido un bebé en el vientre materno para que sufra esa condena? Y si es merecedor de ella, ¿por qué queda indultado en el momento de nacer? ¿Dónde reside la cualidad exculpatoria de un parto?

No me olvido del patético discurso de quienes celebran el triunfo de “las mujeres” con las leyes permisivas con el aborto. Desde luego ese triunfo no será de las que van a ser abortadas. Al menos un cincuenta por ciento (en países como la India o China muchas más). ¿No a la violencia hacia la mujer? En el vientre materno parece que sí.

¿Es un triunfo que una madre pueda matar a su hijo? ¿No lo será más bien que tenga garantías de que va a poder sacar adelante a su retoño? ¿A esto llaman progreso? El progreso nos hace ser más, no envilecernos.

El engaño, la mentira proliferan por doquier. Estoy convencido de que muchas personas sucumben al aborto por miedo, por ignorancia, por silencios cómplices, por presiones de su entorno. Ha llegado la hora de romper ese velo de mentiras y decir la verdad públicamente: la vida humana merece respeto y ésta comienza su asombrosa andadura en el vientre de una mujer.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Tales de Mileto, agua por aquí, agua por allá



"Filosofía para náufragos" se sumerge en el pensamiento de Tales de Mileto para comprender mejor el origen de la Filosofía.

Un nuevo vídeo... pasado por agua.

lunes, 15 de septiembre de 2014

De Ockham a Ockham y tiro porque me tocam...



¿Qué relación hay entre un monje franciscano, la ideología de género y unos misteriosos asesinatos en una abadía Benedictina?

Con una partida de póquer llena de trampas arrancará la respuesta. He aquí un nuevo vídeo de "Filosofía para náufragos" donde comprenderemos un poco mejor qué pensaba Ockham y qué consecuencias tuvo. Confío en que os guste.

viernes, 12 de septiembre de 2014

La razón por la que un niño Down es un problema



Los padres de niños Down (o con alguna otra anomalía psíquica de entidad) tienen un problema. Alguno dirá: "toma, claro, un problemón". A lo que yo respondo: "no, no nos estamos entendiendo".

Repito, los padres de niños con discapacidades psíquicas tienen un problema; y su problema es que no pueden proyectarse en sus hijos, sólo pueden quererlos tal cual son.

A menudo los padres tenemos la tentación de proyectarnos en nuestros hijos, hacer aflorar en ellos lo mejor de lo que deseamos ser y tal vez no supimos, o no pudimos, o no nos atrevimos, o no hemos alcanzado. No es infrecuente que unos padres melómanos apunten a música a sus hijos, o que el entusiasta del fútbol se haga acompañar por sus vástagos a los partidos, o que la madre presumida compre las más primorosas prendas a su princesa particular.

En principio esa tendencia existe en mayor o menor grado y hasta un cierto punto es normal (también hay niveles patológicos). Pero la madurez implica respeto, y los padres maduros son aquellos que saben moderar estas tendencias atendiendo a la idiosincrasia de cada hijo. Eso no significa que no compartan sus ilusiones, el entusiasmo es efusivo, pero sí que sean capaces de comprender que sus hijos han de hacer sus propias vidas en función de sus particulares vocaciones.

Un niño Down no permite esto. El padre (o la madre, se entiende) no va a poder ver en él al ingeniero, al guarda forestal, al pintor, ni siquiera al padre o madre de familia que soñó llegar a ser. La persona con síndrome Down (o con cualquier limitación psíquica) sólo admite ser tratada como quien es, porque de lo contrario se le convierte en una caricatura de otra cosa. Un mirlo sumergido en el agua es un mal pez, tan malo que se ahoga.

El amor impone respeto por la realidad amada, y esto es lo que demanda continuamente un niño Down, amor, saberse amado tal como es. Por eso la paternidad a la carta deshecha a estos niños. En ella el "realizarse" como padres parte de una necesidad propia, de un egoísmo larvado, y no de un deseo de amor bien entendido, en el cual se da prioridad a la realidad del otro sin condiciones.

Curiosamente quienes tienen hijos con algún problema psíquico y los aceptan tal cual son, esto es, los aman en su integridad, crecen como personas, y es que la realidad de este mundo actúa de una manera paradójica e inesperada, donde pensábamos que dábamos, recibimos.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Rousseau, ¡más educación!




"Rousseau, ¡más educación!" es el primer vídeo de esta nueva etapa de "Filosofía para náufragos". En él mostramos la enorme influencia que ha tenido Rousseau tanto en el ámbito de la pedagogía como en el de la organización democrática de las sociedades modernas.

En esta ocasión hemos contado con dos invitadas de excepción: la hija de Aristóteles y la de Kant.

¡Bienvenidos a un nuevo vídeo de "Filosofía para náufragos"!

lunes, 1 de septiembre de 2014

Vuelve "Filosofía para náufragos"



Vuelve "Filosofía para náufragos". A partir del lunes 8 de septiembre nuevos vídeos en los que intentaremos mostrar el pensamiento de los principales filósofos de una forma accesible y divertida.

¡No os los perdáis!

martes, 26 de agosto de 2014

De la España alucinada y alucinante en tiempo de Velázquez



Ortega y Gasset tenía sentido del humor y gusto por la historia, no me cabe duda. De hecho, una de las lecturas más sabrosas de las que he disfrutado corresponde a su libro "Velázquez". En el mismo existe un apartado titulado"De la España alucinada y alucinante en tiempo de Velázquez" en el cual el filósofo recoge crónicas y anotaciones de diarios de aquella España impetuosa y peculiar.


Para muestra los siguientes botones:


- De Zaragoza no hay más novedad que habiendo predicado al Rey (Dios le guarde) el Padre Agustín de Castro, su Predicador, en un sermón de esta Quaresma, que convenía declarase su gracia en un valido que le descansase, y a quien todos acudiesen; S.M. antes de comer le envió decir, que otra vez no le predicase doctrina semejante, porque no le daría lugar a que lo hiciese muchas, y que aquello parase. -Madrid, 8 de marzo de 1644.


- Viernes quemaron en Alcalá al enamorado de su burra, y el mismo día vino aviso quedaba preso en las montañas otro que se echaba con una lechona. Como si no hubiera mujeres, tres al cuarto.


- Iban en un coche el Viernes Santo el Marqués de Villanueva del Río, Chinchón y Tabara y Fernandina. Quisieron romper el paso de la Huída a Egipto, y diéronles tantas pedradas que, si no escapan por pies, no quedara de ellos ninguno con vida, llevándose hacia allá cada uno a buena cuenta 4 ó 5 guigarrazos, y como iban con túnicas no los conocieron a ninguno.


- Paseaba en su coche el Duque de Alba y su hijo Villanueva del Río, y el Príncipe de Astillano, y D. Luis Ponce de la calle del Príncipe, y salpicó un caballo a un soldado que pasaba también con muchas galas. Metió mano; dióle al cochero una cuchillada de gran tamaño y apeándose los señores, embistió con ellos como un león, a quienes dieron tantas heridas ellos y la gente que llevaba consigo, que murió luego.


- Entre los agustinos y trinitarios ha habido en Salamanca grandes debates, llegando a las manos con los Mayores de sus religiones a bofetadas y coces en los actos públicos, sobre si quedó Adán imperfecto quitándole Dios la costilla, y si fue sólo carne con lo que llenó el hueco donde se le había quitado.


- Bacho el tramoyista, lunes, viniendo desde el Retiro a Madrid, se cayó muerto en el Prado. Debe de ir a hacer a la otra vida alguna comedia para San Juan, pues va tan de prisa.


- Entrando en San Felipe a las 12 horas del día para oír misa un hombre bien puesto, e hincándose de rodillas, dijo: ¡Alabado sea el Santísimo Sacramento y María Virgen Santísima concebida con mancha de pecado original! A lo cual habiéndole dicho uno de los circunstantes que por qué decía disparates, respondió que no lo eran, tornándolo a decir segunda vez y añadiendo que lo sustentaría. Con tanto se levantó un alboroto en la iglesia, desenvainándose muchas espadas y tirando las mujeres de chapinazos al hereje; prendiéronle en el mismo instante, y lleváronle a la Inquisición ya herido.

domingo, 17 de agosto de 2014

De abogados, conejos y niños




Estaba con mis hijas de excursión y al hilo de nuestra conversación se me ocurrió contarles una anécdota que a su vez me narró a mí un notario.

Aquel notario, cuando se licenció en Derecho, comenzó ejerciendo de abogado, y su primer caso fue defender la titularidad de un cliente sobre ciertas tierras. En dichas tierras otro hombre había construido una moderna granja de conejos, pues sostenía a su vez que él era el verdadero propietario del terreno. El caso es que quien acabaría siendo notario venció el pleito, y el granjero se vio obligado a demoler la granja y abandonar aquellas tierras, quedando completamente arruinado.

Meses más tarde quien había ejercido de abogado se reencontró con su cliente y éste, como quien no quiere la cosa, le dejó caer:

- Por cierto, ¿recuerdas aquel juicio que ganamos sobre las tierras donde había una granja de conejos? Pues resulta que he encontrado unos papeles y he descubierto que el otro hombre tenía razón.

El abogado se quedó tan abatido que decidió colgar la toga y preparar oposiciones a notarías.

Después de contarles esta historia, pensaba que mis hijas se quedarían impresionadas sobre la injusticia que se había cometido con el granjero, pero entonces la de siete años con cara de verdadera preocupación me preguntó:


- Papá, ¿y qué pasó con los conejos?

¡¿Los conejos?! A mí en ningún momento se me habían pasado por la cabeza aquellos roedores. Adiós granjero, adiós notario, adiós moraleja... Estaba claro que la jerarquía de prioridades era otra.

Entre mis hijas hubo un intercambio de impresiones hasta que llegaron a la consoladora conclusión de que probablemente habrían acabado por soltar a los peludos animalitos. Yo, por mi parte, me sentí feliz de corroborar su buen corazón.

viernes, 15 de agosto de 2014

De la kipá a la Cruz




"De la kipá a la Cruz", como su título apunta, narra en primera persona el proceso de conversión de Jean-Marie Élie Setbon del judaísmo al cristianismo.

El libro engancha rápidamente porque es ágil, porque su autor se sincera con el lector desde el primer momento y explica sin alardes ni pretensiones su vida, una vida que buscando la autenticidad acabará por llevarlo al encuentro definitivo con Cristo y con su Iglesia.

Desde luego el camino no es fácil, para recorrerlo Jean-Marie, rabino ortodoxo, casado con una buena mujer tan rigorista o más que él, padre de una numerosa prole,  se tiene que enfrentar a sus propios miedos, a las convicciones heredades y al riesgo de estigma en su comunidad, una comunidad poco abierta, entregada y legalista. Pero no sólo, también se topará con la falta de fe, de comprensión y con la torpeza de algunos cristianos.

Me parece un libro excelente, que se lee en un periquete (160 páginas con buena letra), que ayuda a entender lo que nos acerca y nos distancia del judaísmo y que hace bien al lector. Qué más se puede pedir. Yo, por mi parte, ya he quedado con una persona para dejárselo.



miércoles, 13 de agosto de 2014

Descubriendo la redondez del círculo



La economía se fundamenta en dos pilares:
 1.- La administración de bienes escasos.
2.- La comprensión de que los bienes tienen un carácter instrumental y deben ser puestos al servicio de las personas.
 Cuando se olvida uno de ellos, todo empieza a ir mal.
 Hay quienes sostienen que la economía no debe tener cortapisas de ningún tipo. Todo es crecer, crecer y crecer y, de este modo, la riqueza acabará por alcanzar de forma natural a los más desfavorecidos. Al final lo que en verdad sucede es un efecto perverso en el cual las personas se convierten en instrumentos y los medios en fines.
 Otros parecen creer que los recursos son infinitos, que basta con fabricar billetes (que no dejan de ser un medio de cambio) para que se pueda sufragar absolutamente todo. Y cuando han dilapidado a conciencia los caudales hasta agotarlos empiezan a buscar a los culpables y conspiradores causantes de que aquello no de más dé sí.
Resumiendo: La economía no debe perder de vista que está al servicio de las personas, y que por ser los bienes escasos y las necesidades muchas, debe priorizarlas y gestionarlas con prudencia. Digo.

domingo, 27 de julio de 2014

Por una educación republicana



Un libro de lectura obligada para todo el que se tome en serio la misión educativa de la escuela, insisto, para el que se la tome en serio.

En los momentos de crisis, y no cabe duda de que la educación lleva tiempo sumida en una grave crisis, el paso imprescindible para superarla es volver a los primeros principios, a los fundamentos. Es lo que hace Gregorio Luri en su libro “Por una educación republicana”. En él se plantea el papel de la escuela como motor de cohesión y promoción social. Para ello se enfrenta sin tapujos a los factores que nos han conducido a una situación de desorientación educativa lamentable, a la par que reivindica la figura del maestro vocacional que, consciente de su misión, busca conducir a cada uno de sus alumnos al máximo de sus potencialidades.

El libro es claro, ameno, excelentemente documentado sin caer en ningún momento en la pedantería de la acumulación de datos, pero, ante todo, es honesto.


Una brújula fiable para el día en que alguien se decida a encarar una reforma educativa sin parches.

domingo, 20 de julio de 2014

"En medio de la Edad Media" (algunas notas)



El libro del profesor Rémi Brage recoge varios artículos en torno al tema de su especialidad: el pensamiento en la Edad Media.

Para empezar hay que decir que se tiene que enfrentar a los tópicos que en torno a dicha época (bastante larga, por cierto) se han asentado en la mente de los hombres. Pese a ello la obra no destila ningún afán polemista, sino clarificador.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la comprensión con que analiza a los filósofos musulmanes desde su circunstancia histórica, y ello sin caer en el multiculturalismo actualmente dominante. Se percibe que mantiene con ellos una notable cordialidad (aclaro que Brange es católico).

Por cierto, pensadores tan populares en nuestros días como Averroes proponían (en el marco de su tiempo) la muerte del disidente. Lo digo para los beatificadores de un presunto multiculturalismo medieval.

Algunos aspectos que me vienen ahora mismo a la mente y que han llamado mi atención son los siguientes:

1   1. A lo largo de la Edad Media se produjeron varios renacimientos. De hecho el pasado clásico jamás se abandonó sino que siempre se tuvo como referente especialmente en ciertos periodos en función de necesidades políticas e intelectuales del momento. Por ello la pretendida innovación del Renacimiento como vuelta a las fuentes clásicas no es tal, dicha mirada a la herencia griega y romana existía y no sólo en el ámbito cristiano, sino también en el musulmán y el judío.

     2. Sólo en la Europa medieval la filosofía se “profesionalizó” hasta convertirse en materia universitaria. Los filósofos musulmanes y judíos la tenían como actividad complementaria a sus compromisos profesionales y no como disciplina docente.

3    3. “La “teología” como proyecto de exploración de lo divino, según el programa de Anselmo, no existe más que en el cristianismo”. No es un tema baladí, pues se puede ser un buen rabio o imán sin la menor formación filosófica mientras desde el Concilio de Letrán (año 1215) es obligada para el estudiante de la doctrina sagrada. Esto va ligado a la concepción racional de Dios, fundamental en el cristianismo (“En el principio era el Logos”) y no en las otras religiones monoteístas. Además, explica porqué se colapsó la investigación filosófica en el mundo musulmán y en el judío y no lo hizo en el mundo cristiano occidental.

     4. Europa se conformó desde el cristianismo. Esto es un hecho ineludible independiente de que haya quien desee que en el futuro se desligue de dicha religión.

5    5. Los cristianos no pretendían fundar “la civilización cristiana”, sino que lo que “les interesaba era Cristo y las repercusiones de su venida en la existencia humana en su conjunto”.

(A este respecto me parece muy sugerente el siguiente párrafo del libro –página 42-: “¿Quién podría decir que el cristianismo ha tenido tiempo de traducir en instituciones su contenido? Tengo más bien la impresión de que aún estamos en el inicio del cristianismo”. Me da la sensación de que al actual Papa no le desagradaría este planteamiento).

6    6. El supuesto vacío intelectual de la Edad Media es falso. (Para ver la justificación de esta afirmación hay que leer el libro entero). Durante mil años Europa no estuvo de brazos cruzados o reingresando en las cavernas, sino muy activa.

7    7. El pensamiento islámico reinterpretó a los filósofos para incorporarlos y acomodarlos a su credo (los digirió), mientras el pensamiento cristiano ha conservado el legado clásico que ha tenido a su alcance en su estado originario manteniéndolo hasta cierto punto como un cuerpo extraño pero útil.

8   8.  La defensa de la carnalidad del hombre (es decir, de la bondad de esta carnalidad) surge en el ámbito cristiano ya desde los primeros padres, que se enfrentan al dualismo platónico. Es más, frente al pensamiento judío, que cree en la superioridad angélica, el cristianismo otorga “cierta ventaja del hombre” porque “puede caer, pero también puede ser rescatado”. Tanto es así que el mismo Dios se hizo carne.

9   9. El geocentrismo de Copérnico no supuso una degradación de la posición del hombre en la creación, sino más bien al contrario, un escape del punto ínfimo del universo. Este tema está muy bien expuesto en el libro y a él me remito.

B   Bueno, hay más cuestiones muy interesantes, como el distinto papel que juegan el Corán o la Biblia para sus respectivos seguidores, la guerra santa, las traducciones de los clásicos, etc.


En definitiva, se trata de un libro la mar de interesante muy recomendable para todas aquellas personas que quieran saber más del pensamiento en ese periodo de la historia que tan oculto nos ha sido y que tan luminoso es cuando uno se acerca a él.

sábado, 19 de julio de 2014

II República y familias numerosas



Este verano he encontrado un nuevo tesoro en la casa solariega del pueblo. Se trata de un pequeño folletín que forma parte de la colección "Leyes de la República" y que está editado en Pamplona en 1933. En el mismo recogen los subsidios a las familias numerosas.

En aquel momento se tenía clara la necesaria protección a un colectivo que contribuía de forma sacrificada al futuro del país, y ello al margen del régimen político imperante, pues la mayor parte de las leyes que se recogen fueron promulgadas durante los años de la dictadura de Primo de Rivera.

Entre otras cosas podemos constatar cómo ha variado el concepto de "familia numerosa" en una sociedad que, de seguir la actual senda, está llamada a extinguirse. Hoy una pareja con tres hijos ya es familia numerosa; en el folleto republicano, por su parte, se establecen subsidios a las familias de los obreros y funcionarios a partir de los 8 hijos, que es cuando comienzan a ser numerosas, en tramos que se incrementan de hijo en hijo hasta el último donde se habla de "20 ó más". Algo absolutamente impensable hoy día en pleno "estado del bienestar" con lavadoras, pañales desechables y agua corriente.



lunes, 14 de julio de 2014

¿Qué está pasando con "Filosofía para náufragos"?



¿Qué está pasando con "Filosofía para náufragos"?

En el siguiente vídeo resolvemos este insondable misterio.

lunes, 7 de julio de 2014

En la muerte del escritor Ignacio García-Valiño



Estando de vacaciones he recibido una trágica noticia, la muerte del escritor Ignacio García-Valiño. Lo primero que he de decir es que lamento de veras esta pérdida, particularmente por su esposa e hijos, aunque confío en que nuestra existencia no concluya por un fallo biológico y pueda prorrogarse tanto como nuestros anhelos, es decir, en una vida perdurable.

Nacho fue un niño especial. Esto no es bueno ni malo, simplemente marca una singularidad, pero en su caso, como en otros, aquello supuso el acoso escolar de unos cuantos que lo llevaría a abandonar el colegio. Si hablo de ello no es porque él lo haya narrado en más de una ocasión, sino porque yo estaba en aquella clase. Sí, yo fui compañero de Nacho.

Pasados los años coincidí en diversas ocasiones con su hermano, profesor de filosofía. Sabiendo lo que había sufrido yo aprovechaba estas oportunidades para pedirle que le diera recuerdos de mi parte. Un día me confesó que cualquier persona relacionada con el colegio producía en Nacho un rechazo total, fuera quien fuese. Las heridas continuaban abiertas hasta un punto traumático. Pese a todo le insistí y, por fortuna, me hizo caso, así que en el siguiente encuentro me dijo que su hermano me recordaba con simpatía vinculándome a mi entusiasmo por los animales.

Nacho vivía por aquel entonces en Madrid, de modo que tuve que aprovechar la invitación que un grupo de estudiantes le hizo a una tertulia literaria para acercarme a verlo. Acabado el coloquio pudimos charlar un rato a solas. Entre otras cosas, me confesó que uno de los relatos de su libro “La caja de música y otros cuentos” narraba un hecho real. El titulado “El Carabo” contaba su encuentro casual con uno de sus acosadores de infancia. Este lo trataba con normalidad e incluso lo invitaba a tomar algo, como si aquel pasado que lo atormentaba hubiera sido borrado por el paso del tiempo. Sin embargo la realidad del narrador era otra. Aquel niño cruel seguía vivo, en su mente, como un fantasma que nunca dejaba de perseguirlo. ¿Quién era más real, el adulto correcto y civilizado que vivía en el presente o el niño que había dejado en él unas heridas que probablemente nunca curó?

En la dedicatoria que me firmó a “La caja de música” aludió nuevamente a nuestra común afición faunística.

Todavía nos reencontraríamos una vez más, en Jaca (aunque después hablaríamos más veces por teléfono). Quedamos para cenar juntos. Él ya vivía en Marbella y era un autor reconocido con un sólido abanico de títulos a sus espaldas. Yo los había leído todos, y he seguido haciéndolo hasta hoy. Se sentía particularmente satisfecho con sus novelas de carácter histórico: Urías y el rey David y Las dos muertes de Sócrates. Es cierto que ambas recibieron buenas críticas, pero a mí me gustan más las otras. Le comenté alguna de mis objeciones, pero él veía las cosas de otra manera, esto no fue óbice para que pasáramos un rato muy agradable. Era una persona dialogante y afable. Se me hace tan extraño escribir esto en pretérito.

Nacho es un excelente escritor, podría mencionar sus varios premios literarios obtenidos sin el menor padrinazgo, pero lo cierto es son sus libros los que dan fe de ello. Para mi gusto, a falta de leerme el que ha publicado este año, el mejor es “Querido Caín”, que ha sido llevado a la gran pantalla aunque he preferido no ver la película. Lo veo más suyo, más libre de algunos resentimientos y prejuicios propios de nuestro tiempo que sí impregnan otros de sus libros. O al menos a mí me lo parece, aunque mi opinión no es en absoluto cualificada. En “Querido Caín” se enfrenta al problema del mal. ¿Hay un origen justificable del mal o forma parte de la condición humana? El protagonista es un niño, un niño malvado. Nuevamente la infancia como un ámbito alejado de ideales inocencias.

Creo que aquel fantasma del que hablaba en “El Carabo” lo ha estado acompañando toda su vida. Esto se ve en la temática de su obra escrita, pero también en su otra profesión, la de psicopedagogo. Su gran preocupación fue que otros niños no pasaran por el infierno que él había vivido. Hay dos caminos frente al maltrato, convertirse en un nuevo tirano o luchar contra la tiranía; Nacho eligió el segundo.


Ha muerto un buen escritor. Ha muerto un hombre que quiso desterrar el mal que tanto daño le había causado a él. Dios lo guarde.