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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

miércoles, 13 de octubre de 2010

La educación ha muerto. ¡Viva el súperhombre!


Derogamos todas las leyes. Demolimos todos los templos. Íbamos a crear el reino de la libertad. Decidimos que por principio nadie sería más sabio que nadie. La voz del anciano fue silenciada. Los eslóganes sustituyeron a las razones y el impulso espontáneo al esfuerzo continuado. No habría más verdad que la de nuestros apetitos. Seríamos pájaros sin límites ni temores.

Entonces dejamos el camino expedito a nuestros demonios. Ya sólo una ley imperó, la del más fuerte. El débil, el diferente o el que sobresalía en la virtud eran aplastados. Sólo el sometimiento a la manada permitía sobrevivir y esta era gobernada por los más brutales, los más crueles.

No fuimos aves, sino chacales. El saber acumulado fue pulverizado y nuestros mayores, después de elogiar nuestras miserias, acabaron por crear normas para ponerse a salvo, pues temieron perecer devorados.

No creían en nada, luego nada podían enseñar...

2 comentarios:

  1. La educacion tanto actual, como la pasada no se ha basado nunca en transmitir conocimiento o enseñar. Lo que se llama educacion, no consiste en otra cosa que insertar a los individuos en el sistema. Sea uno u otro. Lo que pasa que cuando te das cuenta, es muy tarde para desaprender lo aprendido. o puede que no?
    Ahora la vida es una carcel con las puertas abiertas, porque el carcelero es muy listo y nos hace creer que somos libres por poder cambiar el fondo de escritorio del notebook, elegir coche, o el tono del movil.
    En una palabra, el fin de la educacion actual es enseñar a los niños a ser utiles para que puedan producir, y consumir mas de lo producido. Se llama Capitalismo, donde lo demas no importa y sobre todo el peligro, consiste en los individuos que se plantean el porque de las cosas...
    El significado real de conceptos como Democracia y Educacion, no es ya mas que un recuerdo romantico de lo que imaginaron aquellos griegos, hace 3.000 años...

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  2. José Luis, te veo en plena forma y me alegra un montón. ¡Gracias por venirte por aquí!

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