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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

miércoles, 26 de marzo de 2014

No somos perfectos... pero eso siempre lo hemos sabido



Alguna vez he pensado en lo sorprendente que es el grupo de mis amigos. Somos tan distintos. Y, sin embargo, con alguno de ellos tengo amistad desde el jardín de infancia, y no es un decir.


Yo creo que el secreto está en el respeto, respeto a la realidad del otro, a su modo de ser y de pensar. Luego eso sazonado con generosas dosis de buen humor da como resultado un heterogéneo grupo de personas que se dicen de todo y caminan de follón en follón hasta la merendola final.



lunes, 24 de marzo de 2014

El profanador de almas



Decía Ortega y Gasset que la autenticidad de una vida depende del grado de fidelidad que guardamos con nuestra vocación. Luego podremos serle fieles o no, pero si queremos llegar a ser de verdad nosotros mismos no hay otro camino que seguirla.

Hay una edad en que esa búsqueda de nuestro lugar en el mundo se hace especialmente intensa, entran en crisis las pautas adquiridas en la infancia y queremos asentar nuestra existencia sobre criterios propios. Realmente es una etapa difícil, de discernimiento, en la que contrariamente a la imagen que se ofrece habitualmente de la juventud existe una inquietud por afianzarse en la verdad.

Lo que no debe olvidarse en ningún caso es que esa vocación o llamada a un determinado modo de vivir la existencia es personal, única e irrepetible. Es una nota que sonará en el firmamento tan sólo una vez, sin posibilidad de volver a tocarse.
 
Tomemos como ejemplo la vida de Miguel Delibes; no entenderemos nada si nos conformamos con decir que tenía vocación de casado. La vocación de Delibes, entre otras muchas como la de escritor, era por Ángeles de Castro, mujer única para un hombre irrepetible. Lo mismo acaece a una teresiana, un soldado o un músico. Éste no ha nacido para “tocar música”, pues no todas ellas le plenifican, sino para hacer un determinado modo de música de modo personal.
 
Por eso es tan importante indagar en uno mismo, en ese lugar que Ortega llamaba el fondo insobornable donde sabemos si lo que hacemos se corresponde con nuestra verdadera esencia.
 
En esta labor hay personas que pueden ayudarnos a discernir. Desde luego no cualquiera. Su cometido es trascendental. Debe tener una madurez notable, ser cercana y a la par guardar la distancia precisa para no llegar a interferir. Debe tener como suprema guía el respeto a la realidad del otro, no contaminar esa búsqueda con las propias ambiciones, frustraciones o filias y fobias. Como se ve es una cuestión muy delicada.
 
Por eso me parece tan grave que algunas personas metidas a la noble faena de orientar a los jóvenes se permitan profanar el sagrado templo de la vocación personal violentando la conciencia de su pupilo. ¿Cómo puede alguien permitirse arrojar a un muchacho frases de este cariz: “yo te digo que tú tienes vocación de tal cosa, y si no la sigues ofendes a Dios”?
 
Si empleo el término “profanar” lo hago con plena conciencia de su significado y alcance.
 
Profanar (DRAE): 1) Tratar algo sagrado sin el debido respeto, o aplicarlo a usos profanos. 2) Deslucir, desdorar, deshonrar, prostituir, hacer uso indigno de cosas respetables.
 
Decía Gratry: “Todos los filósofos han hablado de este santuario del alma donde está Dios, y donde Él está necesariamente, como causa de mi ser y de mi vida. Han hablado de este punto donde Dios toca el alma para suspenderla en Él, por donde Él la hace vivir sosteniéndola”. Pues bien, estos déspotas del alma se permiten el lujo de usurpar el lugar de Dios dispensando vocaciones y anatemas. Suplantan la voz de Dios y toman su nombre en vano para dictaminar ellos en un acto de violencia moral escandaloso.
 
Casualmente sus coacciones morales señalan siempre en la misma dirección, hacia el propio grupo al que pertenecen, fuera del cual, por lo que parece, no hay vocación digna de tal nombre. Su modo de obrar es sectario, contaminan aquella empresa que pretenden enaltecer y, sobre todo, pueden dañar vidas de modo irreparable.

En todo caso, no quiero cerrar esta entrada con una visión negativa de algo que no debería serlo; todo lo contrario. El apoyo, el consejo, la orientación a los adolescentes es una necesidad que bien realizada produce unos beneficios magníficos, esta debe ser la meta.

 

martes, 18 de marzo de 2014

España sin proyecto



Llevamos tiempo asistiendo a la escenificación de un proceso secesionista en Cataluña, no sé lo que tiene de realidad y de impostura, pero ahí está. En el mismo se concitan distintos intereses, desde la creación de una cortina de humo que distraiga sobre el alcance de la incompetencia y corrupción institucionalizadas en dicha comunidad, hasta la sincera reivindicación de personas que creen en un nacionalismo de corte romántico.

Pero no quería poner la atención tanto en los que se quieren ir, como en los que piden que no se vayan. Desde diversos foros (instituciones, partidos políticos, medios de comunicación…) repiten machaconamente que la segregación supondría el declive económico de Cataluña. Presentan estudios, estadísticas, hacen comparativas con otros lugares, echan mano de declaraciones de personalidades varias que hoy dicen blanco pero que todos sabemos un día pueden decir negro. Y ahí se acaban todos los argumentos para abogar por su permanencia en España, por lo visto no hay más. De creerles llegaríamos a la conclusión de que lo único que nos une es la economía.

Decía Julián Marías que los recursos son para los proyectos. Una nación puede ser rica en recursos y llevar una existencia agonizante, carente de proyecto, mientras otra, mucho más escasa en medios, puede tener un empuje y proyección espectaculares. No hace falta más que echar un vistazo a un atlas, un periódico o un libro de historia para constatar esto.

Si lo único que puede ofrecer España como nación son recursos pero carece de proyecto estamos acabados, adolecemos de vocación histórica, o más bien, la hemos olvidado, de modo que más pronto que tarde seremos colonizados (de diversos modos) por aquellos que quieran poner esos recursos al servicio de un proyecto.

Los independentistas catalanes (o vascos o maoríes, tanto me da) al menos proponen una meta, un proyecto, que puede ser bueno, malo, regular o ruinoso; ajustado a razón o alucinado, pero por lo menos ofrecen un proyecto.

En España, como nación, parecemos haber olvidado que las comunidades necesitamos una meta aglutinante, compartida, para ponernos a la faena de hacer nuestra vida, en este caso construir una vida en común, contar con un nosotros, desparramarnos por el mundo.

A lo más nos ofrecen esa sandez de la “marca España”, como si fuéramos etiquetas de sudaderas o una gama de refrescos consumibles a capricho. Seguimos con el economicismo, con la conversión de los medios en fines vacuos.

Precisamos recobrar el sentido histórico, actualizarlo y lanzarlo hacia el futuro en un proyecto sugestivo de vida en común, como decía el maestro Ortega y Gasset, lo contrario es prolongar la agonía.

lunes, 17 de marzo de 2014

El principio del infierno

"El principio del infierno es: «Yo soy mi dueño»"

George MacDonald (1824-1905)

viernes, 14 de marzo de 2014

"El hijo de la novia" trece años después




La he vuelto a ver después de unos años y no ha perdido un ápice de intensidad, de frescura, de capacidad de penetración en el alma humana. Administra magistralmente los ingredientes de una gran obra: el rito, el humor, el drama, la melancolía. La interpretación, soberbia. Ricardo Darín en su papel protagonista, insuperable. La he disfrutado como la primera vez.

“El hijo de la novia” es lisa y llanamente una maravilla.

Rafael Belvedere (Ricardo Darín) es un cuarentón divorciado y con una hija que actualmente convive con la hermosa y dulce Naty (Natalia Verbeke). Es propietario de un arruinado restaurante heredado de su padre quien conserva un amor limpio e intenso por su esposa, la madre de Rafael, aquejada de alzheimer.

Con un extraordinario acierto la película muestra el drama de la vida con una extraordinaria intensidad y cercanía. Así, asistimos a la frustración y fracaso de Rafael, inmerso en un frenesí desbocado, siempre con un móvil en la mano, queriendo demostrar su valía, pero a la postre insatisfecho. Pretende hacer grandes cosas pero no encuentra la felicidad y, por tanto, no es capaz de compartirla. En un momento dado reparará en que lo importante en la vida no es cosechar unos éxitos que nunca llegan, sino llegar a ser alguien que merezca la pena, ser persona.

Rafael está lleno de debilidades: es incapaz de mantener una relación afectiva estable, sostiene su negocio trampeando, la vorágine en la que anda metido le ha llevado a desentenderse de su madre a la que, sin embargo, ama. Pero estas flaquezas lejos de hacernos antipático al personaje lo convierten en próximo porque en el fondo nos vemos reflejados en él, un hombre de nuestro tiempo que aspira a grandes cosas y luego se ve desnudo de los recursos personales necesarios para llevarlas adelante.

Rafael no es un malvado, aunque a veces haga mal y tenga sus egoísmos, sino alguien aquejado de carencias que nos son familiares. De hecho enseguida se arrepiente del daño causado, se disculpa, trata de enmendar, aunque vuelva a caer y se resienta de ello.

Y luego, impregnándolo todo, está el amor de sus padres. Un amor que se yergue por encima de las “convicciones” del padre (“¿qué pasó con tus principios, papi?”) y de la enfermedad de la madre; un amor que rompe todas las barreras y muestra que es posible amar toda la vida y desear seguir haciéndolo por toda la eternidad.

martes, 11 de marzo de 2014

Congreso Internacional sobre Ortega y Marías en Sevilla



En Sevilla, ciudad que tanto entusiasmo suscitaba en Julián Marías, se va a celebrar próximamente un congreso sobre su figura y la de su maestro.

Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Marías y de la publicación del primer libro de Ortega y Gasset, la Universidad de Sevilla a instancias entre otros del dinámico Manuel Carmona organiza este evento que ya anunciamos en su momento. Será los días 2, 3 y 4 de abril y allí estaremos, entre otros, Francesco de Nigris, Harold Raley, Enrique González, Nieves Gómez y yo mismo para conversar sobre lo que más nos gusta.

Animo a todo el que pueda tener interés a que acuda; estas oportunidades no se dan todos los días.