Libro duro, desgarrado, genialmente escrito, con una riqueza
de vocabulario inusual.
Lo había visto reiteradamente en las librerías pero me había
resistido a comprarlo. Me frenaba que estuviera tan promocionado y en términos
tan ostentosamente laudatorios (“La
riqueza de Miguel Delibes y la fuerza de Cormac McCarthy fundidas en una voz
propia”). La portada con la cara de una oveja no se me hacía atractiva.
Además, el autor del bigotón me era un completo desconocido.
Un día mi hermana me comentó que se lo habían recomendado. Sin
otro libro en ciernes acabé por claudicar.
El arranque me sorprendió por el tema y la atmósfera. Una
huida, un niño ocultándose, un páramo entorno reconocible e indeterminado. No
hay alarde, sino más bien una sequedad en hechos y expectativas tan cruda como
el paisaje; apenas se nos dan unas noticias mínimas de los porqués. Pero esa
aparente sobriedad viene narrada con un dominio del lenguaje verdaderamente proverbial.
Es este el que me retuvo en la lectura puesto que en las primeras páginas
apenas se nos da cuenta de otra cosa que no sean los quehaceres del chico para
sobrevivir en un medio hostil.
En su evasión el muchacho se topará con un pastor al que
unirá su destino. Entonces la narración poco a poco va ganando en ritmo y
dramatismo. Se adivina la fatalidad, pero no sabemos cuándo ni en qué forma mostrará
su oscura faz. Y mientras avanzan, su desventura
va grabándose a cincel en el alma del lector.
Un gran libro que nos descubre a un gran autor, Jesús
Carrasco; no sé si pastor del ser,
que diría Heidegger, pero sí magnífico pastor de la lengua española.
Gracias por la información. Muy a tener en cuenta. Un abrazo
ResponderEliminarAneth, un libro con una enorme calidad literaria. De verdad que sí. Un abrazo para ti.
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