Estimado señor Nobel de la Paz:
Me permito recordarle que el artículo 12 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos dice lo siguiente:
“Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, en su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.
No parece demasiado difícil de entender. Yo no he estudiado
en la Universidad de Columbia ni en la Harvard Law School y lo capto a la
primera.
Es por eso que me cuesta entender qué justificación puede
tener que el gobierno que usted preside haya puesto en marcha un programa devigilancia masiva al que se encuentran sujetas personas como yo. Y no sólo eso,
sino que mientras usted sonríe satisfecho de sí mismo después de haber metido
las narices en mi correo, mis comunicaciones, mis fotos, mis escritos, etcétera,
se las ha ingeniado para que la noticia sea la huida del pobre desgraciado que
hizo pública su villanía, el tal Edward Snowden.
Siempre he pensado que somos los ciudadanos los que tenemos
que vigilar a los políticos, y no al revés.
Así pues, le ruego que en adelante se abstenga de fisgar en
mis comunicaciones y se ocupe de algo más provechoso y decente.
Se despide de usted (espero que definitivamente).
Rafael Hidalgo
Cada vez más controlados y más vigilados.
ResponderEliminarDa miedo pensarlo. Y para empeorarlo , el uso que dan a la información que obtienen, seguro que no es para el bien de todos.
Miriam, el uso que dan es evidente: información es PODER (poder sobre los demás, naturalmente).
EliminarAñádele una firma más, la mía
ResponderEliminarTracy, nos vemos en un centro de reeducación.
Eliminar¡Hasta pronto!
ResponderEliminarLo que faltaba...
Amalia, también podríamos decir: lo que sobraba.
EliminarUn abrazo.
Caminando sin remisión al Gran Hermano de Orwel. Somos hormigas en manos de estos iluminados que se creen uncidos por la varita mágica de un dios fabricado a la medida de ellos, claro.
ResponderEliminarAlgo tendremos que hacer para para este futuro tan negro que se nos viene encima.
Saludos.
Jerónimo, un primer paso podría ser limitar el poder de los Estados. Circunscribirlo al ámbito que le es propio.
EliminarUn saludo para ti.