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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

martes, 4 de diciembre de 2018

Quijotes no simpáticos





Ante Don Quijote cabe tomar tres actitudes:

La primera, burlarse de él. Es la postura que adopta el propio Cervantes cuando arranca su novela. El contraste entre la realidad y lo que Alonso Quijano cree es tal, que produce hilaridad.

Otra es unirse a su locura; asemejarse en su desvarío creyendo cierto que aquel enjuto anciano conquista ínsulas y desface entuertos. Ahí tenemos al pobre Sancho, su fiel y único seguidor, quien pagará su ingenuidad recibiendo tantos palos y chanzas como su amo.

La última es la piedad. El propio Cervantes va mudando su inicial mofa hasta el punto de dejar ver una simpatía por el personaje impensable en los primeros capítulos. Parece la más noble de las tres posibilidades. Reconoce el mal de don Alonso, pero no por ello hace escarnio de él, antes bien, lo contempla con ternura en la esperanza de que un día recupere la cordura; o, al menos, no perezca en ella.

Lo sorprendente de nuestro tiempo es que haya tomado carta de naturaleza la segunda de las actitudes mencionadas, aunque de un modo bastante menos simpático que el del buen Sancho. Estos abogados de Don Quijote no se conforman con dar por válidas las ilusiones de Don Quijote, sino que pretenden que las haga suya todo el género humano, y ello bajo la amenaza de severos castigos.

Según estos individuos, Don Quijote es un verdadero caballero andante: gallardo, vigoroso, habitante de un mundo de encantamientos, que está "atrapado" en el cuerpo de un empobrecido y viejo hidalgo. Efectivamente salva princesas, descalabra ejércitos y mata gigantes, aunque lo que nuestros ojos nos muestren sean rebaños en desbandada y odres destripados.

Quien discrepa de ellos es señalado y amenazado. El disidente es el verdadero loco, y para subrayarlo, le lanzan apelativos que recuerdan a las patologías: "usted es fóbico"; un enemigo del género humano; peor aún, un fascista.

Predican la castración y prohíben toda ayuda a quien quiera escapar de los libros de caballerías. Son ciegos guiando a otros ciegos. Gentes que no saben lo que se hacen.

El que quiera entender, que entienda.

2 comentarios:

  1. Creo haberlo entendido porque lo reflejas muy bien.
    Un aplauso.
    Y un abrazo.👏👏👏👏👏👏👏👏

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