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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hoy es siempre todavía


A veces pienso que hemos hecho una caricatura escalofriante del nazismo. A fuer de convertirlo en un lugar común de todo lo odioso, nos quedamos con las imágenes de un Hitler ladrando ante un micrófono, un pelotón de soldados marchando al paso de la oca, o un grupo de hombres famélicos tras las alambradas de un campo de exterminio. Eso nos queda muy lejos, o al menos eso nos parece.

Pero olvidamos lo más importante, la verdadera naturaleza de aquel régimen, la clave fundamental que ayuda a entenderlo. ¿Cuál es esta? A saber: la deshumanización del hombre.

Nos da miedo atender a este elemento porque podríamos descubrir que nosotros también despojamos a nuestros semejantes de su condición personal, y que, al hacerlo, somos nosotros los que nos despersonalizamos.

Aquí y ahora negamos su condición personal a ancianos, extranjeros, embriones humanos, enfermos, o a cualquiera que no piense como nosotros.

Hay una violencia silenciosa, sin artillería ni redoble de tambores... Silencio, pueden estarnos escuchando y ser señalados...


6 comentarios:

  1. Jose Antonio Manonegra.7 de noviembre de 2012, 14:49

    Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
    Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
    Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
    Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

    Este texto atribuido a Bertolt Brecht, realmente pertenece al pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892–1984), es parte de un sermón dado por él en la Semana Santa de 1946.

    Rezo por tod@s...

    Abrazos galácticos...

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    1. JA Manonegra, el levante español está repleto de jubilados nórdicos que vienen buscando buena temperatura y algo más...: la seguridad de que en caso de enfermedad serán atendidos, pues existen países donde existe una eutanasia (abierta o tácitamente, depende de países) que en caso de enfermedad los relega a la condición de deshecho social. Convendría que fuéramos poniendo a remojar nuestras barbas.

      Abrazos terrícolas...

      (que "modelno" con la arroba)

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  2. Rafa, creo que es un error hablar de "deshumanización": si estas cosas han pasado -y siguen pasando y seguirán pasando- es a causa de nuestra naturaleza humana (que nos puede empujar a lo mejor y lo peor). El psicólogo evolutivo Steven Pinker, que sostiene que nunca ha habido menos violencia como ahora en toda la historia humana, ha reflexionado brillantemente a este respecto.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Nicolás, por la sensibilidad que has mostrado más de una vez para algunos temas, creo que coincidirás conmigo en que cuando se dice de algunos hombres que se comportan como "animales", se emplea una expresión incorrecta. Los animales no hacen ciertas cosas que los hombres sí hacemos. ¿Alguien concibe, por ejemplo, que alguna otra especie programe el exterminio sistemático de algún grupo de su propia especie?

      A mi modo de ver, eso pone de manifiesto que el ser humano va más allá de su naturaleza, para bien y para mal, sin que por ello esta desaparezca.

      Respecto a la afirmación que mencionas de Steven Pinker, te daré un solo dato: en 2010, sólo en España, según el INE se practicaron 113.031 abortos. Estas son las cifras oficiales que obvian los que "carecen de IVA", los realizados con fármacos, los efectuados mediante el eufemismo "reducción embrionaria", los embriones congelados y deshechados en las fecundaciones in vitro, etc. En una sola década, la cifra superará perfectamente el millón de personas.

      ¿Cómo asumir algo así? Muy sencillo, negando su condición personal.

      Otro abrazo bien fuerte para ti, Nicolás.

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  3. Yo creo que estamos en una sociedad bastante deshumanizada,falta de sentimientos. No siempre, pero, en general, se permiten ciertas cosas que te parten el alma. A mí, la palabra aborto o discriminación, me duelen muchísimo.

    Un beso

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    1. Amalia, a mí también me apena, y espero no inmunizarme de esa pena.
      Un abrazo.

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