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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO
miércoles, 16 de febrero de 2011
Todavía no lo saben
Ellas no lo saben, pero sus vidas están a punto de cambiar. Ya nada volverá a ser como antes, ni siquiera el sentido de las palabras. Expresiones tan familiares como “mi casa”, “mis papás” o “el fin de semana” adquirirán resonancias distintas, fragmentadas, como las imágenes confusas de un espejo roto.
Juegan ignorantes de lo que va a suceder, de lo que en rigor ya ha comenzado a suceder. Como hace siempre que me ve, la más pequeña me pide que le haga magia y le saque un caramelo de la oreja. Esta vez no llevo ninguno encima, así que le respondo que se me han olvidado los polvos mágicos, pero que otro día sin falta me los echaré al bolsillo antes de salir de casa. La mayor sonríe, es muy formal, aunque tampoco hace ascos a las golosinas. Enseguida las reclaman mis hijas y los otros niños con sus juegos y se van.
Sus padres ya han iniciado los trámites de divorcio. Nos lo contaron el otro día. Ellas no lo saben, pero sus vidas están a punto de cambiar.
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Gracias,por tu compartir y tu confianza sabe hay situaciones en la vida, que no podemos evitar Dios da la libertad al hombre, y los más afectados en nuestras decisiones son los niños,pero siempre hay algo que podemos hacer y es hecerle FELICES lo más que podamos tu no tienes la solución en tus manos pero tienes la oportunidad de hecerlas feliz cuando esten contigo aunque en su vida todo se derrunbe enseñale que han de ser FELICES y que la vida tiene otro color animo, adelante y TODO TODO pasa que elas siempre recuerden esos momento bello que han vivido GRACIAS RAFAEL que DIOS te bendiga siempre y te ilumine para ser luz con tus seres querido que ÉL siempre guie tus pasos mil gracias a ti y a DIos por ti muy unidos en oración y un abrazo fuerte muy fuerte
ResponderEliminar¡Dios mío, Rafael! ¡Cuánto sufrirán!, me estremece porque siempre en todo esto lo pagan los más débiles, los pequeños. Recemos para que pasado un tiempo puedan reconciliarse y no monten durante la separación estructuras de pecado que los esclavicen y alejen.Un abrazo.
ResponderEliminarPobres niños, los de nuestra época. Mis hermanas y yo todavía decimos: "¡Nos vemos en casa!", y es la de nuestros ancianos padres.
ResponderEliminarSaludos
¡Y VAYA SI CAMBIA!he conocido ya demasiados casos, uno me llega muy cerca. Mi hermana. He visto como la vida de sus hijos ha pasado factura a esa rotura. Es dramático comprobar que la infancia deja de serlo, que se les pide madurar de la noche al día. Como dice NIP, ¡Recemos! Un fuerte abrazo
ResponderEliminarLo siento Rafael, porque me teme que te pilla de cerca.
ResponderEliminarRara es la familia donde no hay algún caso de esto. En mi familia, mis dos hermanos, pero sus hijos, aparentemente se han desarrollado bien y no han sido para nada niños problemáticos. Me imagino que depende de como se lleve.
Yo sin embargo, tuve la desgracia de quedarme huérfana de padre con 2 años y si que he notado esa falta durante toda mi infancia, y juventud.
Un abrazo y gracias por confiar en tus amigos blogueros
Estimado Rafael, cuando conocemos historias en las que se vuelca nuestro corazón y nos sentimos con las manos vacías me gusta pensar: ¿qué puedo hacer? ¿nada?.
ResponderEliminar¡SI, SI PUEDO HACER MUCHO!, encomiendo la situación a las manos de nuestra Madre, Ella sabe qué le tiene que pedir a su Hijo, su Hijo sabe qué necesitan de verdad, y yo ..., que nada puedo, confío en que la situación queda en SUS AMOROSAS MANO. Besos mil.
Ojalá se puedan reencontrar y quieran volver a empezar.
ResponderEliminarPara los hijos es incomprensible la ruptura de los padres cuando precisamente se les está dando normas de comportamiento y de saber esforzarse por una meta.
Por desgracia se sabe que todo cambiara y que esas niñas perderan con los cambios.
ResponderEliminarOración y confianza y que al menos los padres busquen de verdad siempre el bien de esas hijas.
Un abrazo.
Con lo que dependen los niños, aún los más autonomos, de sus padres; de su estabilidad
ResponderEliminarRezo por ellas y por sus padres.
Es algo muy pero muy triste.
ResponderEliminarQue el Señor las ampare.
oremos por ellas.
Gracias Rafael.
Perdonad, no es una fiesta pero tampoco creo que haya que dramatizar tanto. Los niños al fin y al cabo seguirán teniendo a su padre y a su madre. Peor es que uno de ellos se muera, eso si que es una desgracia porque no le vuelves a ver. Ojalà mis padres hubieran sido separados en vez de haber fallecido mi padre cuando yo tenía 2 años.
ResponderEliminarUn beso y no es por entrar en polémica, es decir lo que siento sin mas. Y que conste que soy católica practicante, eh!!!!!. Pero por una separación tampoco se acaba el mundo.
Muchas gracias a todos. La verdad es que este tema me ha dejado un tanto tocado. Las crías son un encanto y no me las quito de la cabeza.
ResponderEliminarEn fin, que como dice Lourdes, aquí entra en juego la libertad del hombre y que en lo que esté de mi parte tendré que poner mi granito de arena.
Un abrazo a todos.
Gracias por tu comentario. Qué alegría descubrir un blog tan bueno. La descripción de tu vida es magnífica y la frase de Ortega. Lo de la foto, debe ser mérito del fotógrafo del Vaticano, que fue quien la hizo. El personal, que era joven gritaba, pero el instante se paró.
ResponderEliminarY que triste; ni el sida, ni el cáncer, la mayor plaga actual que está creando mucho dolor e infelicidad, son las rupturas matrimoniales. Vete a explicarles que Dios es padre o cosas parecidas...
ResponderEliminar¡Qué difícil entender que sus padres las quieren a las dos, pero no pueden quererse entre sí! Que los mismos padres que las invitan a reconciliarse en sus peleas, les digan que ellos ya han llegado al punto en que no se pueden dar más oportunidades, en que ni su amor de hijas es lo suficientemente fuerte como para mantenerlos unidos.
ResponderEliminarDe repente verán que el amor humano no es todopoderoso; que no pueden hacer la magia que más desearían; que tú sólo puedes sacarles un caramelo de la oreja...
De las necesidades básicas de todo ser humano destacan ser amado y sentirse seguro y, de repente, esas niñas (como tantos otros niños) perderán una de las mayores seguridades en que se apoyaban sus vidas.
Sí, es cierto que hay muchos casos, pero eso no quita el drama que supone para cada uno de esos niños.
Besicos.
Sinretorno, todo un placer. Y lo dicho, tu foto con Juan Pablo II, todo un lujo. Espero que nos sigamos leyendo por estas hondas.
ResponderEliminarCamino, yo también creo que es un drama que, como todo drama, puede ser mayor o menor, pero que no es nada deseable. Muchas gracias.
Rafael, efectivamente no hace falta estar miope para no ver nada. He puesto dos videos, una para reir, otro para llorar. Un abrazo.
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