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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

domingo, 30 de enero de 2011

Rectificación

Uno tiene su corazoncito, y se encariña fácilmente de personas a las que quizá no pone cara, pero sí alma. Algunas de esas personas han podido sentir cierto malestar por una entrada que tenía las más inocentes intenciones, pero que probablemente ha sido desacertada. Por eso he decidido retirarla, proponiéndome ser más cuidadoso la próxima vez.

Aprovecho para hacerme eco de dos peticiones:

1.- Oraciones por una persona muy querida de Camino, se llama Adolfo y está agonizante. El sufrimiento y la muerte son un profundo misterio que nos pone cara a cara con nuestra humana condición. Por favor, pedid por esta persona.

2.- Asimismo, oraciones por la paz, la verdadera paz que se basa en la justicia y la libertad. Y por los soldados de todos los países que se encuentran en distintas misiones para garantizar esa paz. De un modo especial, por las tropas españolas desplegadas en zonas de conflicto.

¡Buen comienzo de semana a todos!

7 comentarios:

  1. ¡Lo que puede el amor a Dios y al prójimo! La verdad, yo, ni idea, pero ¿estás en paz? bien, entonces tu decisión fue inspirada por el Santo Espíritu!
    Que el Dios te bendiga Rafael
    Un abrazo

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  2. Adolfo está en una mochilita mía que le presenté al Señor desde hace varios días.
    Hay que pedir por todos los soldados españoles y por todos los sacerdotes y cristianos perseguidos.Estamos en ello.

    Un abrazo y feliz semana.

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  3. Adolfo falleció ayer. Camino me contó la serenidad y confianza en el Señor. El Papa soltó ayer dos palomos como símbolo de gritar al mundo que la paz llegue a todos los rincones del mundo.
    Sí, debemos rezar por la Paz, sin olvidarnos que ésta no se alcanzará hasta que reine en el interior de cada alma.
    Un abrazo

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  4. Hola Rafael. Eres sabio.Rezaré por el alma de A.
    Esa es la Paz estable, la fundada en Dios. Un abrazo.

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  5. Rezaré para que el alma de Adolfo sea acogida por Nuestro Señor.
    Y la paz, nunca hemos de dejar de rezar por ella, en este mundo tan convulso, tenemos que empezar cada uno por poner nuestro grano de arena sembrando paz alrededor.
    Un abrazo.

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  6. Pues que Dios acoja en su amor a Adolfo. Descanse en paz.

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  7. ¡Me habéis conmovido profundamente! Cuánto agradezco vuestras oraciones. Estoy segura de que él, siempre tan atento, os agradecería uno a uno cada una de vuestras miradas al cielo por su salud y su alma.
    No había tenido tiempo de entrar pues regresamos anoche y esta mañana de los martes es la más cargada de clases para mí, sólo para tomar un cafecito y ahora entro a veros y me encuentro tantas oraciones…
    Y vuestro cariño fraterno me empuja a compartiros algo que guardo como un tesoro. Llegado el funeral y sin haber conocido antes personalmente a su familia, fui recibida como una de ellos y, entre tantísima gente, me preguntaron si podría leer las lecturas en su funeral pues hubiera sido su deseo. Las palabras de San Pablo de que nuestra fe nos llena de esperanza y que estamos hechos para Dios sonaban vivas y el salmo del Buen Pastor -¡tan conocido!- fluía con la dulzura, el abandono y la seguridad en Dios que formaban parte del tejido de la vida diaria de Adolfo, un hombre bueno, un hombre de Dios.
    Mil gracias a cada uno de vosotros; Dios os centuplicará –estoy segura- este detalle de comunión en la oración y en el amor.
    Besicos.

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