He estado en un cuentacuentos sumido en un cruce de impresiones. La belleza y el horror. La bondad y la depravación cínica a pocos metros de distancia.
Era en el parque Bruil con motivo de las fiestas del Pilar. Allí he acudido con mi sobrina pequeña, el ángel de la familia. La artista que iba a actuar me agrada especialmente y me hacía ilusión verla. Bajo el escenario próximo, en grandes letras: "Aborto libre y gratuito".
Decía Julián Marías que la aceptación social del aborto era, sin excepción, lo más grave que había acontecido al siglo XX. Me temo que hay que añadirle el XXI.
Afortunadamente la actuación infantil ha sido a una veintena de metros del escenario tan miserablemente engalanado.
La "cuentista", encantadora. La hemos saludado al concluir la actuación con gratitud por habernos regalado un rato dichoso.
Mi sobrina, que tanto ha disfrutado y se ha despedido de ella con un beso, es claramente una superviviente en un mundo que hubiera justificado sin el menor reparo su muerte en el seno materno (tiene síndrome de Down y vino al mundo con un grave problema cardiaco, afortunadamente ya resuelto).
Más allá de ideologías, de consignas o credos, sí a la vida, sí a la esperanza, sí al respeto hacia los más vulnerables. Sí a la dignidad humana.
La Naturaleza ha dotado de una digamos, "pulsión irracional general" de origen desconocido, que dota a cada individuo de las distintas especies animales que habitan este planeta de múltiples estrategias y cuidados que garanticen en mayor o menor medida la propagación y la conservación de cada especie, esto podríamos llamarlo que es una "norma natural" en el reino animal. Cuidar del éxito de la supervivencia de la progenie es un mandato vital para cada especie que se aplica de forma general en todo el reino animal y si se quiere hasta el vegetal.
ResponderEliminarEl ser humano no escapa a esa pulsión natural como especie animal de protección y cuidado de su propia descendencia. A los hijos en el caso de los humanos, se les ama de forma irracional, no nos cuestionamos si los hijos (incluso antes del nacimiento) son dignos o no de nuestro amor y cuidado, ese instinto de protección y de cuidados es innato en los padres humanos y además es incondicional, de ello depende en gran medida el éxito como especie.
¿Por qué entonces, de forma consciente el ser humano decide ir contra esa pulsión natural de conservación de su propia especie? referido al aborto.
Ahí es donde quizás entra todo el peso de la cultura, la sociedad y su normativa con los intereses del individuo, en este caso normalmente, una mujer y donde ante un embarazo no deseado, se cuestionan aspectos para la mujer o la pareja, como los económicos, de libertad individual, de idoneidad temporal del mismo...etc.
Las sociedades humanas son normativas por definición, toda cultura, permite o prohibe, facilita o dificulta a sus individuos, según la creación de sus propios intereses generales como sociedad, y así tipifica sus conductas, ritos, comportamientos, intereses comunes, leyes...
El problema del aborto se convierte así, en un conflicto entre el individuo y la sociedad a la que pertenece.
Las sociedades humanas siempre colocaran por delante los intereses generales del conjunto de esa sociedad frente a los del individuo, si no no serian sociedades ni podrían funcionar como tales.
Del individuo, las sociedades esperan que acate la normativa social a la que pertenecen y a cambio la sociedad le devuelve al individuo su reconocimiento de pertenencia al grupo, así como sus consiguientes beneficios que así se estipulen.
Basicamente todo individuo tiene contraído un complejo contrato vital y normativo con su cultura y sociedad de origen.
Contravenir este contrato entre sociedad e individuo, tiene normalmente repercusiones contra el individuo de distinto grado, cuando este se aparta de la norma dictada por su sociedad.
No olvidemos, que las sociedades al mismo tiempo son fuertemente jerárquicas en muchos casos y los escalafones de poder se definen claramente, atendiendo al cargo o puesto que se pertenece, políticos, religiosos, así como al status económico, de edad incluso, de género, siendo el femenino un genero tradicionalmente tutelado en muchas culturas y épocas y forzosamente dependiente.
Las valoraciones morales pertenecen a cada cultura y a sus sociedades y estas si han demostrado algo es que evolucionan con el tiempo.
El ser humano ha creado su propio mundo particular en forma de sociedades dentro de la naturaleza, regido por leyes distintas a esta , es el camino que hemos escogido como especie y por el que transitamos.
Más allá de contingencias históricas, existe el bien y existe el mal.
EliminarEn cuanto a los individuos, efectivamente, se configuran socialmente (no "frente" a la sociedad o aparte de ella). Y eso es porque somos relacionales. Por eso hay una exigencia moral en nuestra relación con los demás, empezando por el respeto a su propia existencia.
Saludos cordiales.
Sì, mil veces sì! El ser humano es un milagro y un misterio más allá de ideologías o credos y su vida tiene que ser preservada y cuidada especialmente cuando es frágil.
ResponderEliminarUn abrazo
Así es. Cada ser humano es un nuevo acto creador.
EliminarUn abbraccio
Totalmente de acuerdo. Siempre sí a la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo. Siempre sí a la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Sí!
EliminarUn abrazo para ti