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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO
viernes, 12 de septiembre de 2014
La razón por la que un niño Down es un problema
Los padres de niños Down (o con alguna otra anomalía psíquica de entidad) tienen un problema. Alguno dirá: "toma, claro, un problemón". A lo que yo respondo: "no, no nos estamos entendiendo".
Repito, los padres de niños con discapacidades psíquicas tienen un problema; y su problema es que no pueden proyectarse en sus hijos, sólo pueden quererlos tal cual son.
A menudo los padres tenemos la tentación de proyectarnos en nuestros hijos, hacer aflorar en ellos lo mejor de lo que deseamos ser y tal vez no supimos, o no pudimos, o no nos atrevimos, o no hemos alcanzado. No es infrecuente que unos padres melómanos apunten a música a sus hijos, o que el entusiasta del fútbol se haga acompañar por sus vástagos a los partidos, o que la madre presumida compre las más primorosas prendas a su princesa particular.
En principio esa tendencia existe en mayor o menor grado y hasta un cierto punto es normal (también hay niveles patológicos). Pero la madurez implica respeto, y los padres maduros son aquellos que saben moderar estas tendencias atendiendo a la idiosincrasia de cada hijo. Eso no significa que no compartan sus ilusiones, el entusiasmo es efusivo, pero sí que sean capaces de comprender que sus hijos han de hacer sus propias vidas en función de sus particulares vocaciones.
Un niño Down no permite esto. El padre (o la madre, se entiende) no va a poder ver en él al ingeniero, al guarda forestal, al pintor, ni siquiera al padre o madre de familia que soñó llegar a ser. La persona con síndrome Down (o con cualquier limitación psíquica) sólo admite ser tratada como quien es, porque de lo contrario se le convierte en una caricatura de otra cosa. Un mirlo sumergido en el agua es un mal pez, tan malo que se ahoga.
El amor impone respeto por la realidad amada, y esto es lo que demanda continuamente un niño Down, amor, saberse amado tal como es. Por eso la paternidad a la carta deshecha a estos niños. En ella el "realizarse" como padres parte de una necesidad propia, de un egoísmo larvado, y no de un deseo de amor bien entendido, en el cual se da prioridad a la realidad del otro sin condiciones.
Curiosamente quienes tienen hijos con algún problema psíquico y los aceptan tal cual son, esto es, los aman en su integridad, crecen como personas, y es que la realidad de este mundo actúa de una manera paradójica e inesperada, donde pensábamos que dábamos, recibimos.
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Debo confesar que tu publicación me ha llegado a lo más profundo, porque he comprobado que el Amor lo puede todo. Me explico:
ResponderEliminarMis vecinos de Sevilla, una pareja de veintisiete y veinticuatro años, casados hace dos, han tenido a su primer hijo con Síndrome de Down.
A los pocos meses de gestación, fueron informados debidamente sobre la situación, y hubo alguien ligado al centro médico al que acudían, que aconsejó a la madre a proceder al aborto, cosa a la que la madre se negó rotundamente.
Debo de decir que la alegría de esos padres ante la llegada de su hijo era inmensa en la preparación de la venida al mundo del bebé y la de los abuelos, para qué contar....
El Niño nació, y todo a su alrededor era felicidad y una desbordante alegría, ejemplo para las personas que ante cualquier imprevisto de la vida, toman decisiones drásticas o se acongojan.
Al mes de nacer, el bebé tuvo que ser operado por problemas de corazón, y gracias a Dios, tanto la operación, como la recuperación fueron perfectas. En la actualidad C. tiene cinco meses y es un precioso niño, alegría de sus padres y abuelos y rodeado de cariño por todos lados.
Desde aquí, deseo junto a mi esposa felicitar a todos los padres que con inmensa entrega a sus hijos, hacen posible que la vida de los más débiles se haga fuerte por la comunión del Amor.
A nuestro vecino sevillano todo nuestro cariño.
Un abrazo Rafael y disculpa por extenderme tanto.
Armando, me sumo a tu felicitación, y más en los tiempos que corren.
EliminarMe atrevo a aconsejar a ese matrimonio desde la distancia física pero la cercanía que permite Internet, que no se dejen influir por los siembramiedos de turno, que estén abiertos a la vida de nuevos hijos. El mejor regalo que van a poder darle a C. es otros hermanos y evitarle la exclusividad solitaria. Tengo unos buenos amigos cuya hija mayor es Down y afortunadamente van por el quinto niño; otros padres se abruman, piensan que "uno así ya es bastante", sin reparar en que un día esos hermanos van a ser una ayuda para su hermano Down.
Bueno, Armando, que me voy del tema y el que se alarga aquí soy yo. Muchas gracias por tu reflexión y por la experiencia que nos has ofrecido. Un abrazo.
Verdad verdadera!!
ResponderEliminarUn cariñoso saludo:)
Belén, ¿te he dicho alguna vez que eres más maja que las pesetas? Pues te lo repito: eres más maja que las pesetas.
EliminarNo hay nada como ir envejeciendo para ir descubriendo cada día más donde está el amor de verdad. ¡Dónde no está! Y si algo he podido aprender del buen sopapao recibido, ha sido ver amor , donde otros ven desgracia. Quien tiene la suerte de conocer a una persona con Sindrome de Down, se topará con la dulzura, la sonrisa, la mirada, el gesto amoroso, que muchas veces falta en nuestro ser. No tengo duda de que el cromosoma 21, es el cromosoma del amor.
ResponderEliminarÁngelo, qué voy a añadir a lo que dices. Amén.
EliminarTe respeto y sobre todo a tu hermana, a quien tuve el placer de conocer y me pareció una bellísima persona; aunque no piense lo mismo en algunos temas, hay algo que va más allá de ideologías y creencias y es el derecho de los niñ@s con vida extrauterina viable, tengan o no enfermedades para mí ( y para toda la sociedad deberia ser así) tienen los mismos derechos y el principal es protección y cariño para desarrollarse cómo seres únicos, libres y respetuosos.
ResponderEliminarSaludos
maria jose, gracias por tus palabras. Sólo un cariñoso matiz, para tener a Carmen aquí antes ha tenido que pasar el entorno intrauterino, vamos como todo el mundo.
EliminarLo dicho, muchas gracias y un abrazo para ti.
Emociona en el fondo y en la forma: un texto excelente. "El amor impone respetó por la realidad amada..." Esto va más allá del amor de un padre a su hijo discapacitado, forma parte de la esencia misma del amor y a todo él se aplica. Un niño down es una persona muy simple: han nacido para amar y ser amados, es su objetivo fundamental. Parece que algunos olvidan que para eso fuimos todos creados ¿quién es entonces el discapacitado? Muchas gracias Rafael, esta vez te has superado.
ResponderEliminarGracias, PP REINA. Por cierto, mañana por fin cae Ockham. No te me lo vayas a perder.
EliminarSaludos.
Pues creo que es un buen análisis. Hay otras razones como la cerrazón mental de la sociedad hedonista que crea continuas barreras entre ella y el niño, entre ella y la familia. También tengo que decir que, en algunos ambientes, percibo una apertura hacia el respeto y el aprecio por todos, sean cuales sean sus diferencias. Un abrazo!
ResponderEliminarElige, gracias y otro abrazo para ti.
EliminarRafael, che bel testo! Sono totalmente d'accordo con te. La nostra società, malata di egoismo, non sa più essere riconoscente al Signore. I figli, tutti i figli, dovranno cominciare ad essere visti di nuovo come una ricchezza, un bene, un dono come succedeva cento anni fa!
ResponderEliminarUn abbraccio
Martina, cuando a uno le dan la razón no puede por menos que dar la razón al que le da la razón; así que tienes toda la razón.
EliminarUn forte abbraccio
Sei un cavaliere!
EliminarBuenos días Rafael. ¿Cómo ser padres? No lo sé pero sin dudarlo pongo mis hojos en mi Padre celestial, Él no tiene ese problema ('su problema es que no pueden proyectarse en sus hijos, sólo pueden quererlos tal cual son') en quererme tal cual soy, me ha creado y amado así, comparado con su perfección ¿Qué soy yo? y no dudó en mandar a su Hijo para Salvarme. Esta salvación es hoy para esos padres este Hijo amado que habla del Padre, de cómo es el Padre, para que seamos perfectos como Él es Perfecto. En la semejanza, no en la igual, bien se entiende y por esto creo que aciertas, amigo, dando en el clavo de forma certera. Aprender a ser padre es un reto intelectual y amoroso. Un abrazo.
ResponderEliminar¡hojos! jajajaja que bruto el inge.
ResponderEliminarEstos de ingeniería... Mira que poner "hojos" con jota.
EliminarSe me había pasado a mí esta entrada tan maravillosa.
ResponderEliminarTe felicito por un escrito tan humano y precioso.
A mí me parecen unas personas muy dulces, cariñosas y admirables.
Un abrazo.
Amalia, al menos en el caso de la fotografiada has acertado plenamente. Dulce y cariñosa hasta decir basta (o hasta quitarle el chocolate).
EliminarUn abrazo.