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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

jueves, 19 de abril de 2012

Aristóteles no viajó en un Citröen AX


Cuenta Diógenes Laercio que preguntado Aristóteles sobre en qué se diferencian los sabios de los ignorantes, el Estagirita respondió: “En lo que los vivos de los muertos”. Y yo creo que tenía razón. El ignorante pasa por la vida sin enterarse, ajeno a lo que le rodea, mientras el sabio lo comprende y asimila.

Hace algunos años... bastantes, me fui con dos amigos a recorrer Europa en un Citröen AX. En él no sólo viajábamos, sino que comíamos, dormíamos y discutíamos. Vamos, que le sacamos partido al cacharro. Entonces no había “euros” sino monedas nacionales, y Praga, punto de viraje de nuestro periplo, era la capital de un país llamado Checoeslovaquia. El caso es que visitamos lugares tan hermosos como Toulouse (de donde escapamos en plan Miguel Strogoff al sitio ejercido por los camioneros en huelga), Ginebra (lugar en el que entendimos cómo se siente un paria de la India al pasar junto al Taj Mahal), Innsbruck (en la que hicimos amistad con dos norteamericanos y dos surcoreanas la mar de majos), Versalles (por cuyos jardines paseamos con los pelos igual de enredados que los rococós, pues todavía los cabellos no habían huido de nuestras cabezas y acumulaban amorosamente la porquería adquirida a lo largo del viaje), etcétera.

Bueno, que me voy del tema. El caso es que en aquellos lugares veíamos palacios, catedrales, castillos, plazas, paseos hermosísimos, pero no sabíamos nada de ellos, de su contenido artístico, de la historia albergaban sus piedras, de los personajes que los habían habitado. Éramos unos pobres pardillos que, por lo menos, teníamos conciencia de nuestra ignorancia. Estábamos allí ¡y nos lo estábamos perdiendo! Esa era la paradoja.

Los hechos, los datos aislados, sin criterios de interpretación, no nos dicen nada; precisan ser dotados de un sentido adecuado que los ponga en conexión y los haga inteligibles. Se insiste mucho en la necesidad de información, pero sin herramientas mentales para entender esa información, no sirve absolutamente para nada. De ahí que la “información” deba ser precedida de la “formación”, la que “da forma”.

En fin, que el bueno de Aristóteles tenía razón, y además para aprenderlo no tuvo que dormir acurrucado en un AX en posición fetal; es lo que tienen los sabios.

13 comentarios:

  1. Thomas "mesías" Malthus.19 de abril de 2012, 12:50

    Que atrevida es la ignorancia...y que divertida a los 20 años)...

    Rezo por nuestros enemigos..

    Abrazos filosóficos...

    P.d: entonces si que era un cierrabares, ahora un santo varón...

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    Respuestas
    1. Sólo una cosa buena tiene la ignorancia, que como no te planteas nada,no sufres las dudas existenciales.

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  2. ¡Menos mal que, al menos, somos conscientes de nuestra ignorancia!!!...aunque ¿eso no es cosa de sabios?.

    Menudo periplo en un austero AX... ¡tú sí que vales, Rafael!
    Un abrazo y feliz fin de semana.

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  3. TM Malthus, tú sí que podrías lucir una auténtica cabellera rococó. ¡Hasta en eso eres un provocador!
    Abrazos míticos.

    Tracy, pero los sabios, al menos, sufren sus dudas existenciales en buenos alojamientos. Los ignorantes ni eso encontramos...

    Teresa, pues si vieras el pan del que nos abastecimos en Brno, recién salidos de la dictadura comunista. Se lo doy a mi periquito y me lo escupe en la cara. Esos sí que vivían en austeridad.

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  4. Gracias por sacarme una sonrisa con tu artículo de hoy. Un abrazo.

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  5. Aristotele sarà stato anche un grande filosofo dell'antichità ma era anche ignorante: non poteva sapere quanto sia interessante, intelligente, divertente andare alla 'conquista del mondo' con una Citröen AX ed una buona dose di spensieratezza. Ha perso una grande opportunità! Un abbraccio e buon fine settimana

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  6. Creo que fue Quevedo quien decía: "No es sabio el que sabe dónde está el tesoro, sino el que trabaja y lo saca". Muy interesante tu entrada,Rafael. Te deseo un feliz fin de semana y te mando un beso.

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  7. Manuel, tú que eres muy viajero, seguro que has tenido más de una aventurilla de estas. Un abrazo.

    Martina, igual se hubiera animado si le hubiéramos invitado a la furgoneta de mi hermana. Aunque también es verdad que con toda la tribu que viaja dentro tampoco hay mucho más espacio. Gracias y... un abbraccio.

    Amalia, me encanta la cita de Quevedo. Hay que explotar más a nuestros genios, y no dejarlos aparcados en el Bachillerato. Un abrazo.

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  8. Rafael, creo que he conseguido desactivar la verificación de palabra en los comentarios. He tenido que ir a la interfaz antigua pues, en realidad, yo no había activado esa opción. Ya sabes... Gracias y un beso.

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  9. Buenos días Rafael. Saber ver es un aprendizaje esencial para desarrollar las potencias del alma.Los ignorantes cuando visitamos los lugares atisbamos y al vislumbrar en seguida preguntamos, los folletos, las personas, los guías improvisados suelen aparecer detrás de una búsqueda, pequeño esfuerzo que nunca queda sin recompensa. Conocer da forma pero también deforma si lo que se pretende conocer desborda el aprender tornase súbito en aprehender y el fruto podrido impide la contemplación que trasciende la piedra, el tiempo, las modas y gustos ocultando la belleza, la armonía, música y geometría, las pinceladas de los hijos y del padre, el jardín, la estancia y el lugar de quien se sabe eviterno y busca con ahínco la felicidad que reverberan las obras que observa, mira, escruta y sueña escuchando cada respuesta mientras procura contener el ímpetu de otras tres preguntas que al hilo arriban a la costa del entendimiento que hace suyo al semejante de antaño que nos acribillaría a preguntas acerca del artefacto sonoro que llamas A- décimo. Un abrazo.

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  10. Amalia, muchas gracias. Ahora podré tener voz. Un abrazo.

    Xtobefree, porque te leo en voz baja, que si lo hiciera en alto me dejarías sin aire. ¿Rapeas?
    Un fuerte abrazo.

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  11. Mi primer coche fue un citroen AX de segunda mano y me dio muy mala vida...

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  12. Enrique, a nosotros se nos estropeó la correa de la ventilación al salir de París, y así fuimos en el microondas rodante durante cerca de 20 horas, pues hicimos el viaje de tirón hasta Zaragoza por carreteras secundarias (éramos estudiantes, había que ahorrar). Un trozo de la piel de mi pompis todavía debe formar parte del forro del asiento donde quiera que esté.

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