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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

viernes, 30 de octubre de 2020

De "sola y borracha " al toque de queda




Al presidente de España le incomoda la palabra "toque de queda". Dice que debemos ir "acuñando todos una expresión más contemporánea", a saber, "restricción de movilidad nocturna", para así evitar ciertas connotaciones vinculadas al pasado. 

Amigos todos, esto que está sucediendo nada tiene que ver con ese pasado que estamos reescribiendo mediante leyes coercitivas como la Ley de Memoria Histórica, aquí os tratamos como a menores de edad por vuestro bien, no como antes de llegar nosotros.

¿Y la RAE qué dice del dichoso término toque de queda? Pues que se trata de una "medida gubernativa que, en circunstancias excepcionales, prohíbe el tránsito o permanencia en las calles de una ciudad durante determinadas horas, generalmente nocturnas". Vamos, lo que ha impuesto el gobierno, aunque luego se haya puesto de perfil para que lo sigan aplicando los respectivos gobiernos autonómicos, como es el caso del de mi comunidad.

Se trata, sin duda, de un estado de pérdida de libertad personal grave, no digamos cuando, como es el caso, va acompañado de la imposibilidad de salir de la propia localidad. ¿Dónde están los límites a esta sucesión de medidas? Ya no se sabe. Aquí cada cortijo marca sus reglas sobre la marcha. Hay quien ya va avisando de que en el suyo va a meter a todos en casa cualquier fin de semana de estos.

Particularmente estoy harto, porque ya no se trata de abogar por determinadas posiciones políticas o medidas sanitarias, sino de la interferencia manifiesta en la vida personal, de la discrecional restricción de libertad personal a golpe de inspiración gubernativa, y además por parte de los mismos que negaban la mayor cuando toda Europa estaba tomando medidas para evitar lo que ha llegado.

Sí, hay una pandemia con graves consecuencias en algunos de los casos, pero ¿justifica eso cualquier cosa? ¿Con la atención puesta en la seguridad a toda costa, no estamos olvidando las otras cosas que ponemos en juego? ¿No están mostrando buenos resultados países que aplican medidas más racionales y menos salvajes? ¿De verdad alguien piensa que es más contagioso el virus por pasear por el parque sin mascarilla que viajando en un tranvía lleno de gente?

Acabo de leer la reseña que escribió Julián Marías a propósito de una película titulada Los valientes andan solos. En la misma dice lo siguiente: "El Oeste se ha transformado; hay más coches que caballos, más carreteras y autopistas que praderas; la ley y las ordenanzas dominan por todas partes e interfieren no sólo con el crimen, sino con la «real gana», aunque esté nutrida de motivos nobles".

La regulación desmedida de las acciones humanas interfiere no sólo en el crimen, sino en la libertad, aunque ésta se emplee para algo tan noble como hacer la propia vida.

Robespierre pasó de la condena sin paliativos de la pena de muerte al terror. Aquí hemos ido en un suspiro de pedir volver a casa "sola y borracha" a ser sancionados por estar en la calle más allá de las 11:00.

Gracias por nada.

6 comentarios:

  1. En Cataluña somos diferentes en todo, aquí el toque de queda es a las diez, no sea que nos vayan a confundir con España.

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    1. Desde luego tenemos unos adalides de la libertad que son para echarse a llorar. Qué pena, de verdad, qué pena.

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  2. Yo no sabía lo que era estar depresivo, hay muchas derivadas de esta situación y algunas dejarán una honda huella en la personalidad y no sólo en la sociedad. Sabes la fuerza de una cuerda cuando se tensa y nunca imaginé que fuera tan fragil. Vamos camino de servidumbre de una manera que no podía imaginar.

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    1. Y tanto. Mucha gente ha demostrado una vocación de vigilante que da pampurrias. Es la fuerza del miedo y la propaganda.

      Un saludo, Joaquín

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  3. Yo ya no entiendo nada, Rafael.
    Cada día me desanimo más.
    Esto es un desbarajuste.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Estamos en manos desastrosas. Pero no desanimarse, Amalia. Como canta el poeta, todo para y todo queda.

      Un abrazo

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