Leo el siguiente titular en Infocatólica: "El arzobispo de Santa Fe podría retirar la facultad de predicar a los sacerdotes que den homilías largas durante la pandemia". Por lo visto estableció un límite de cinco minutos.
Como esto cunda no va a quedar un cardenal, obispo ni casi párroco en pie.
Recuerdo la confirmación de unos sobrinos, hace algunos años, en que el entonces obispo de Zaragoza nos tuvo cautivos a confirmandos y familiares en torno a tres horas. Sus ¿¿edificantes?? homilías dominicales podían durar perfectamente media hora o más. Quizá era por aproximar a los fieles a una experiencia de lo que debe ser la eternidad. Añoraba uno la muerte, y no precisamente la propia.
En fin, no quiero desbarrar más.
Yo no digo yo que de cinco minutos, pero sobrias, preparadas y sustanciosas sí, por favor. Dejemos la improvisación para las vanguardias artísticas.
Churchill decía que si tenía que hablar 5 minutos tardaba una hora en prepararse y si tenia que hablar una hora tardaba cinco minutos
ResponderEliminarAquí a alguno podría aplicarle aquello de: "Señor, perdónalos porque no saben lo que se dicen".
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