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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO
viernes, 5 de junio de 2020
Coronavirus, o nada nuevo tras la Niebla
"Pues verá usted; fue cuando la epidemia aquella, ya sabe usted. Todo el mundo estaba alarmadísimo, a mí no me dejaron ustedes salir de casa en una porción de días y hasta tomaba el agua hervida. Todos huían los unos de los otros, y si se veía a alguien de luto reciente era como si estuviese apestado. Pues bien: a los cinco o seis días de haber enviudado el pobre don Emeterio tuvo que salir de casa, de luto por supuesto, y se encontró de manos a boca con ese bárbaro de Martín. Éste, al verle de luto, se mantuvo a cierta prudente distancia de él, como temiendo el contagio, y le dijo: «Pero, hombre, ¿qué es eso? ¿Alguna desgracia en tu casa» «Sí -le contestó el pobre don Emeterio- acabo de perder a mi pobre mujer...» «¡Lástima! Y, ¿cómo, cómo ha sido eso?» «De sobreparto» -le dijo don Emeterio-. «¡Ah, menos mal!» -le contestó el bárbaro de Martín, y entonces se le acercó a darle la mano".
Miguel de Unamuno, capítulo 15 de Niebla (1914)
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Releyendo Niebla? Cómo me identifico con este pasaje, no lo recordaba.
ResponderEliminarNo sé si es la tercera o cuarta vez que la releo. Me parece un libro muy inteligente.
EliminarUn saludo, Joaquín
Gran Unamuno.
ResponderEliminarY un excelente narrador.
Un abrazo.
Otro para ti, Amalia. :)
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