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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO
martes, 11 de febrero de 2020
HACIA EL ABISMO
Cuando se traduce el evangelio de Lucas, a menudo las palabras que Cristo pronuncia desde la cruz se transcriben del siguiente modo: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen" (23,34). En realidad no es ese su verdadero sentido. Para entenderlo falta el reflexivo "se", que sí figura en antiguas traducciones. "Padre, perdónales porque no saben lo que se hacen".
Lo que hacen los acusadores de Cristo lo tienen perfectamente claro; han puesto mucho empeño en conseguir su condena y ejecución. Lo que no son capaces de ver es el verdadero alcance de su acción, lo que realmente se llevan entre manos.
Me ha llamado la atención en Eichmann en Jerusalén, último libro reseñado en el canal vinculado a este blog, que Hannah Arendt emplee este mismo giro para describir la actitud de Adolf Eichmann:
"Eichmann carecía de motivos [para tomar parte en el exterminio de los judíos], salvo aquellos demostrados por su extraordinaria diligencia en orden a su personal progreso. Y, en sí misma, tal diligencia no era criminal (...) Para expresarlo en palabras llanas, podemos decir que Eichmann, sencillamente, no supo jamás lo que se hacía. Y fue precisamente esa falta de imaginación lo que le permitió, en el curso de varios meses, estar frente al judío alemán encargado de efectuar el interrogatorio policial en Jerusalén y hablarle con el corazón en la mano, explicándole una y otra vez las razones por las que tan sólo pudo alcanzar el grado de teniente coronel de las SS..."
Arendt habla de falta de imaginación. No le falta razón. Pero una falta de imaginación culpable que no le priva en absoluto de responsabilidad. Tenemos la obligación de ver más allá, sobre todo cuando la vida y la dignidad de las personas están en juego.
Ahora en España se ha puesto toda la maquinaria en marcha para legalizar la eutanasia. Lleva tiempo funcionando, pero este envite parece que puede ser decisivo. El proceso de implantación está ampliamente estudiado y ha sido puesto en práctica en otros lugares y momentos (sin ir más lejos, en la Alemania hitleriana). No obstante cabe decir que, realmente, no saben lo que se hacen. Caminamos hacia el abismo de la mano de unos cretinos.
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Estos temas son muy poliédricos y muy dados a posturas enfrentadas. Tengo claro que el día que lo aprueben será un día muy normal, la gente seguirá levantándose y haciendo su pequeña vida, de vez en cuando una noticia les impactará, la eutanasia de un adolescente con depresión, o la de una persona sana que no desea vivir tras un desengaño, o la de un anciano ... dentro de dos décadas lo veremos como normal y ese será lo peor considerar como admisible lo que no lo es.
ResponderEliminarHay una película de 1960 basada en la obra de H.G. Wells, "La máquina del tiempo". En ella un hombre consigue fabricar una máquina del tiempo y va avanzando hacia el futuro. Se encuentra con distintas guerras hasta que llega a un tiempo de apariencia bucólica. Los hombres visten cómodos ropajes y disfrutan de la naturaleza junto a un río. El viajero piensa que por fin los seres humanos han entrado en razón y son felices, hasta que ve cómo una persona cae al agua y se empieza a ahogar, sin que nadie se conmueva. Es entonces cuando descubre la oscuridad de ese tiempo de apariencia bucólica.
EliminarAceptar con normalidad el mal es el peor mal. Por eso Julián Marías decía que el mayor mal del siglo XX sin excepción alguna, y mira que en el siglo XX han pasado cosas verdaderamente terribles, era la aceptación social del aborto. No ya que se produzca, sino que se acepte con normalidad.
Un saludo
No cabe duda que vamos hacia el total abismo.
ResponderEliminarCretinos me parece un calificativo demasiado suave.
Qué mundo , Rafael!.
Un fuerte abrazo.
Se está produciendo un cambio de mentalidad que supone, sin duda, un retroceso en la civilización, aunque para ejecutar el mal se empleen cámaras de gas o inyecciones letales con agujas antisépticas.
EliminarUn abrazo para ti, Amalia.
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