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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

lunes, 1 de junio de 2015

SOBRE EL ABORTO (Amicus Plato, sed magis amica veritas)



Hay temas que levantan pasiones y a mí me dejan frío como un carámbano, por ejemplo el fútbol. Pero incluso para la inmensa mayoría de los que discuten de estas cosas, en el fondo no deja de ser un divertimento.

Luego hay otras cuestiones que por la gravedad de su contenido resultan verdaderamente controvertidas. Si uno no quiere chocar con otros, ni enfangarse en disputas dolorosas sabe perfectamente que debe evitarlas.

Personalmente no soy amigo de meterme en polémicas, las tengo contraindicadas por prescripción temperamental (efectos secundarios: malas ganas, tristeza, fatiga, pérdida del sueño, distracciones, sensación de pérdida de tiempo). Por eso cuando estoy en un foro poco propicio para determinados temas simplemente los evito.

Sin embargo hay una cuestión que confieso me supera. Su importancia es de tal magnitud que so pena de granjearme reproches, malos tragos e incluso el enfriamiento de  alguna amistad (muy a mi pesar y jamás a instancia propia, lo puedo asegurar) no puedo dejar de denunciar. Me refiero a la conculcación del derecho a la vida (no me gusta mucho eso de “derecho a la vida”, a mí me parece un regalo y que lo hay es obligación de protegerla, pero en fin, así nos entendemos antes).

En los últimos años en Chile el lobby de la muerte ha intensificado su campaña para extender el aborto. (Disculpas si a alguien le molesta que llame a las cosas por su nombre). Se están vertiendo las mismas mentiras que hemos conocido en España desde que se aprobara la ley de 1985, sancionada pretendidamente para casos límite y que de facto consagró el aborto libre. Aquella ley, además, trajo algo nefasto, la corrupción moral de una inmensa porción de la sociedad.

Hoy, en España, quienes están incondicionalmente a favor de la vida se hallan fuera del sistema y carecen de representación política, tengan las simpatías políticas que tengan, así de simple. Cuanto más pronto lo tengan claro, mejor.


Pero mi palabra poco vale, así que os ofrezco un vídeo en el que habla el doctor Jorge Becker, ginecólogo y obstreta que trabajó durante un tiempo en Barcelona y que actualmente ejerce en su país. La intervención tuvo lugar en el Senado del país andino el 19 de enero de 2015 en el marco del Seminario sobre “Interrupción del Embarazo” en Chile. Entrecomillo el eufemismo “interrupción del embarazo” con toda la intención. Es como si para hablar de un ahorcamiento dijéramos interrupción del tránsito respiratorio.

11 comentarios:

  1. Efectivamente la vida es un regalo. Siempre estaré a favor de ella.

    Y me hubiera encantado haber sido madre.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Sí. Es un médico que ha conocido de primera mano esta triste realidad.

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  3. A favor de la vida siempre y en cualquier circunstancia. No a los asesinatos legales. 😢😢

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  4. Suscribo tu entrada. Sabemos que siempre ha habido aborto, pero la infraestructura que se le da ahora a la destrucción de la vida es algo inaudito: leyes que apoyan la muerte del no nacido, financiación, promoción de técnicas que destruyen la vida, y aceptación social generalizada por parte de una sociedad anestesiada en el aburguesamiento.

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    1. Elige, haces una labor valiente y valiosa, las cosas cosas. Gracias.

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  5. Arduo trabajo nos queda para convencer a los que podamos que la vida es un regalo, que no es nuestra ni de nadie. Seamos positivos, si la sociedad está anestesiada hagamos lo que sea para despertarla. El qué hacer depende de cada uno, según las circunstancias que se den en su vida. Toda una vida de esfuerzo merece la pena si conseguimos que una madre se lo piense dos veces antes de abortar, porque una vida tiene un valor infinito ya que es don divino. Por tanto, no desesperar.

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    1. Lo malo es que una parte de esa anestesia nos la han inoculado también a nosotros. Decía el doctor Jesús Poveda que quien no aporta soluciones forma parte del problema.

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  6. Querido Rafael, suscribo en todo tu entrada. La vida es un regalo tan frágil pero también muy vigoroso y encantador como un paquete lleno de sorpresas!
    Matar a la vida es matar a Dios........
    Un abrazo

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