A causa de Flash Gordon mi padre apoyaba al Ejército
Popular. Suena raro, pero es así. Cuando la guerra civil estalló, mi progenitor
tenía diez años. Él no sabía de política, ni sentía la menor inclinación por ella.
A él le llamaban otras cosas mucho más interesantes, como ir con su pandilla a
liarse a pedradas con los del barrio del Boterón o coger caramelos en la
fábrica cercana. Tampoco recuerda que en casa se prestara excesiva atención a la
política.
Él fue el primero de los hermanos en nacer en Zaragoza. Cuando
el dieciocho de julio de 1936 España se rompa del todo, quedará en la llamada
zona nacional. Tres de sus hermanos serán movilizados para combatir junto a los
alzados. Uno había sido cenetista, como buen metalúrgico; otro falangista,
aunque al estallar el conflicto hacía un tiempo que se había apartado aquella
disciplina; y el mayor de todos, aquel a quien los demás tenían como modelo, se
había volcado en sus estudios de Derecho. Moriría en combate como alférez
provisional de Regulares, a pocos meses del fin de la contienda; y ya para siempre
en la memoria familiar sería el mejor de
los hermanos.
Pero antes de que esto sucediera mi padre era aficionado a
los tebeos. El que más le gustaba era “El Aventurero” (el gran semanario de las portentosas aventuras) en el que aparecían
“Las aventuras de Flash Gordon”. Mundos lejanos, extraños seres y retos
imposibles. Sólo había un problema, aquellos cómics se imprimían en Barcelona,
y como la capital catalana había quedado en la zona republicana, los tebeos no
llegaban.
Un día la prensa anunciaba que una columna anarquista venía
para Zaragoza. Mi padre no veía revoluciones libertarias ni banderas
rojinegras, sino camiones rebosantes de revistas de Flash Gordon. ¿Conseguirían
llegar por fin? Pero el ataque era neutralizado. Otro día unos guardias civiles
se animaban a avanzar, pero también era rechazados, no sin antes sufrir algunas
deserciones. Al final, se quedó sin Flash Gordon durante toda la guerra. Cuando
la contienda concluyó, él se había convertido en un adolescente y sus gustos y
responsabilidades habían cambiado. Además, ahora era Europa la que se sumergía en
una brutal guerra todavía más larga y descomunal.
Ironías de la vida. Los tebeos de Flash Gordon acabarían volviendo
a España, pues la división Este-Oeste puso al régimen de Franco del
lado norteamericano. Posiblemente, si hubieran triunfado el Frente Popular, el superhéroe habría dejado de llegar. Pero esa es otra historia.
Magnífica y entrañable entrada. Saludos.
ResponderEliminarReinhard, muchas gracias.
ResponderEliminarPor cierto, Rafael, aprovecho su amabilidad y su espacio para promocionar el libro de un amigo, obra que se puede adquirir por el módico precio de 1 € sobre una tema de rabiosa actualidad:
ResponderEliminarZombis.cat
Gracias y un saludo.
Reinhard, pues ahí queda eso. Desde luego en este caso lo de "módico precio" no es un eufemismo.
EliminarBuenos días Rafael. ¿Crees que podrá algún manga volver a los nacionalistas catalanes algo más solidarios? porque se está sembrando la guerra en la Nación más vieja del continente. Un abrazo y Feliz Navidad.
ResponderEliminarXtobefree, depende donde se impriman los mangas. Yo me empiezo a plantear el pedir la incorporación de Zaragoza a la prefectura japonesa de Yamanashi.
EliminarMe gusta mucho lo que has escrito porque a mí, que soy una gran sentimental, me encanta recordar momentos así de entrañables.
ResponderEliminarUn beso, Rafael.
Amalia, muchas gracias. Un abrazo bien fuerte para ti.
EliminarLas guerras...cuánto daño hacen a los hombres y a sus familias... Las heridas durán décadas y en no pocas ocasiones se heredan, en especial cuando no se le abre paso a la Gracia de Jesucristo que todo lo cura y restaña.
ResponderEliminarUn saludo, amigo! ¡Feliz Navidad!
Felícitas, ya es verdad. Afortunadamente en mi familia a este respecto hemos respirado un ambiente bastante oxigenado; lo cual es muy de agradecer.
EliminarFeliz Navidad para ti también.
Vaya hombre.... me vas a hacer revisar los comics de mi hijo....
ResponderEliminarÁngelo, más bien por el lugar de impresión...
EliminarUn abrazo.
Que cosas tienen las guerras...
ResponderEliminarRezo por los próceres...
Abrazos múltiples...
P.d: Feliz Navidad para tod@s y en especial para mis admiradoras...
JA Manonegra, ¡has caído en la arroba para el género! Me froto los ojos y no me lo creo.
EliminarManonegra, hace dias que no sabia de ti. Estoy ansiosa de tu comentarios, siempre tan oportunos.
EliminarUn beso.
Una admiradora.
Rafa. Ya nada es lo que parece...
EliminarFernando, lo sé. Aquí me parece que hay un problema de suplantación de identidades...
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