Cuando escribo esto es tarde, muy tarde. Estoy agotado, pero también consternado, y esto último me lleva a no guardar silencio, no callar ante la inicua ley que ha aprobado el parlamento belga y que a no mucho tardar comenzará a tener ecos en otras partes, probablemente aquí mismo.
La citada norma va a permitir practicar la eutanasia a niños. Parece ser que en Holanda ya existe una ley que va en esa línea, aunque allí
establece un mínimo de 12 años de edad en los “solicitantes”(?!). Bélgica da un
paso más y permite que cualquier niño “que tenga capacidad de discernimiento”,
sin especificar la edad, se “acoja” a “su derecho
a una muerte asistida”, eso sí, previa bendición de un comité de hechiceros
dispensadores de vida y de muerte. Aquí está con todo su descaro la mentira, la
ruin, manida y letal mentira del “derecho”, “derecho a una muerte asistida”.
Como advertía García Trevijano en su Discurso de la
República, "entre esas palabras mágicas que componen el vacío de los
discursos políticos, con imágenes de generosidad (solidaridad), de esperanza
(progreso) y de sabiduría técnica (modernidad), hay una voz relativa a la
justicia que se tiene reservada para zanjar discusiones conflictivas entre
ambiciones sociales opuestas o divergentes: derecho, tener derecho. El bando que consigue designar con la palabra derecho a su ambición, y que así la llamen quienes
no están comprometidos en el pleito, ha comenzado a ganarlo". Y es
lo que hacen los amigos de la muerte, sacralizarla como un derecho. El
asesinato legitimado por la sensiblería.
Se ha borrado una línea más. Ahora los padres, acongojados
por el sufrimiento de sus hijos, se plantearán algo que en otras circunstancias
no se les habría pasado por la cabeza: “¿sacrificamos a nuestro pequeño?” Claro
que la deshumanización subsiguiente, demostrada en casos como el aborto, hará
que esta cuestión se vaya formulando más tempranamente, por ejemplo cuando la
atención a un hijo enfermo represente demasiado sacrificio. “A fin de cuentas –clamarán
los sepultureros- hay vidas que no merecen ser vividas”.
Primero se lanzan a la opinión pública casos extremos,
impactantes, que nos desarmen, luego, con la puerta abierta, quién sabe… Y así,
del “más le valdría morirse” pasaremos al “¿y por qué no lo matamos?”
No será el último paso. ¿Por qué esperar a que el niño se
pronuncie si de bebé ya podemos ahorrarle
el mal trago?; con esa deformidad, o esa limitación intelectual su vida no
vale la pena.
Comprendo la conmoción que causa la enfermedad cuando se
contempla en los niños. Los miedos, congojas, agotamiento (que también de esto
hay mucho) que provoca en los padres. Alguna vez he hablado de los diversos
ingresos que tuvo mi sobrina pequeña y de los niños que conocimos y se quedaron
en el camino. No puedo ni quiero imaginar qué sería ver sufrir gravemente a una
de mis hijas. Pero hay líneas que no debemos cruzar. Hay líneas que marcan
hasta donde podemos llegar, no tenemos atribuciones para ir más allá. En esos
casos nuestra única alternativa debe ser el amor, que es lo que un niño (y un
adulto) demanda, y aquí eso de amar hasta que duela se hace tangible,
terriblemente tangible, pero también benditamente tangible.
Excelente artículo que expresa lo que sentimos y pensamos muchos ante tan terrible noticia.
ResponderEliminarTerrible de verdad. Sólo espero que no perdamos el sentimiento de terror ante algo asi. Un abrazo.
EliminarY como bien dices esto entrará aqui....cuando se acepta el aborto la muerte se expande como el aceite....y lo tendremos crudo. El engaño crece y con martires a su costa. Pero no perdamos la Esperanza.....pues todo esto nos hace reflexionar...o Dios o dinero..no hay más.
ResponderEliminarGosspi, está claro, no podemos desesperar. Hay callejones sin salida que no conducen a ninguna parte, aunque dejan su reguero de miseria.
EliminarE' una notizia sconcertante che mi lascia terribilmente affranta! Veder soffrire i bambini è devastante però, come tu dici, c'è una linea che non possiamo oltrepassare. L'unica cosa da fare è amare fino in fondo e coltivare la speranza di un miracolo. Ma in un mondo che ha perso la fede e la speranza in Dio non resta altro che la disperazione e la morte. Un abbraccio
ResponderEliminarMartina, el fondo del asunto es la falta de amor, de verdadero amor.
EliminarUn abbraccio
Buenos días Rafael. España está enferma, ya no batalla y nuestra niña Bélgica ya no tiene una Madre que la defienda. Un abrazo.
ResponderEliminarXtobefree, el hombre está herido, pero hay cura.
EliminarUn abrazo.
Jesús, pero no está de venta en farmacias, se da gratis y ...nadie aprecia tan divino regalo. Un abrazo.
EliminarHasta dónde llegaremos los hombres?
ResponderEliminarDenna, tengo más preguntas que respuestas.
EliminarRafa, vivimos en una sociedad hipócrita y egoísta, se hace campaña en contra de la pena de muerte pero luego se mata por "piedad" y encima ¡a los más indefensos!
ResponderEliminarEs más cómodo quitar a los que molestan o gastan recursos. De aquí a que seamos nosotros algo más viejos (o menos jovenes), no me extrañaría que se decidiera eliminar a los abuelos con alguna enfermedad o a los que sufran una parálisis tengan los años que tengan. No pierdo del todo la esperanza de que el mundo se haga más generoso mientras haya gente como tú que diga las cosas claras aunque sea yendo contra corriente. Gracias Rafael.
Julio, algo tan terrible sólo se puede sostener mediante la mentira. Gracias a ti.
EliminarEs increíble que tomen esta determinación cuando no hay demanda ni por parte de familias ni de médicos. Incluso desde el Congreso Internacional de Cuidados Paliativos Pediátricos se ha hecho un llamamiento al gobierno belga para que reconsidere su posición.
ResponderEliminarPor lo tanto se ve una vez más la intención de reducir al individuo a simple materia, si está de más, por el motivo que sea, se puede eliminar.
Fran, estamos en la sociedad del "marketing", la demanda se construye, aunque sea hacia la perversión.
EliminarUna noticia llena de tristeza. Cuesta creer que se tomen este tipo de decisiones.
ResponderEliminarConmovedor tu escrito. Excelente, Rafael.
Un abrazo.
Amalia, sólo nos salvará no perder esa angustia, como nos acostumbremos estamos perdidos.
EliminarUn abrazo.
Sinceramente...llegados a un extremo máximo no quiero ni pensar como me comportaría...
ResponderEliminarRezo por los enfermos...
Abrazos por siempre...y que Dios nos asista...
JA Manonegra, hay muchas, muchísimas cuestiones que ignoro y poquísimas cuya respuesta conozco, una de esas escasas respuesta que sé es cómo te comportarías en un caso así: dándolo todo y luchando por tu hija con uñas y dientes hasta el último aliento. Que en otras cosas seas un desastre no me cabe duda, para empezar eligiendo amigos para ir a Lérida...
EliminarAbrazos parisinos...
Es una locura, ¿qué padres quieren matar a sus hijos? Lo peor es que las instituciones están sustituyendo a las conciencias de las personas. Algo es bueno o malo si el político de turno lo legisla o no.
ResponderEliminarUn abrazo. Fernando.
Fernando, ya no matar, sino instar al hijo a que pida que le maten, pues de suyo un niño lo que quiere es vivir y que le quieran. Es terrible.
EliminarUn abrazo para ti.
Todo esto es antinatural, pero parece que una parte de la sociedad no es capaz de apreciar algo tan evidente y lo acepta en aras de un progresismo avanzado (ignorantes). Lo que está detrás de todo esto es lo de siempre en estos temas: dar un poder al hombre que sólo corresponde a Dios ( y no la libertad de un menor a decidir sobre su vida...), pero como Dios no existe...y los que tenemos que luchar no lo hacemos con toda la energía que debiéramos, solucionado. Pero resulta que el diablo parece que sí existe y anda suelto (es al único al que beneficia todo esto, y a sus secuaces que arderán en el infierno)
ResponderEliminarPP REINA, has señalado el quid de la cuestión: "los que tenemos que luchar no lo hacemos con toda la energía que debiéramos". Es más, a veces hasta nos convertimos en cómplices, con silencios o con acciones.
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