Querido amigo:
No sé muy bien cómo empezar esta carta. Me gustaría
convencerte de algo, pero eso no se estila porque “con-vencer” la gente lo
entiende como “vencer-a”, imponerse, y no como lo que es, ganar juntos la partida. En realidad eso es lo que querría, que tú y yo saliéramos victoriosos, unidos,
como en tantas otras cosas grandes o pequeñas.
Quiero decirte que veo cómo te has convertido en uno más de
los portavoces de quienes abogan por el aborto. Te haces eco de sus consignas, sus
ideas, sus imágenes. Verte metido en eso me hace darme cuenta del enorme
alcance que ha tenido la presión ambiente capaz de transformar la
mentalidad de una sociedad hasta el punto de incorporar a sus filas a personas
como tú. La negra nube ha corrompido con sus mentiras los rincones más nobles
de gentes de bien que pensáis defender algo bueno sin reparar en la verdadera
naturaleza de eso que ahora proclamas.
La vida no tiene absolutamente nada que ver con derechas o
izquierdas. No nació en un grupo de opinión, un laboratorio o la sede de tal o
cual partido. La vida es un milagro, difícil de comprender, que se despliega
ante nuestros ojos sin que lleguemos a captar sus mil matices. El universo
entero es pasmoso, con sus cambios y ajustes continuos, pero que aun encima en
ese cosmos en permanente transformación exista la vida es algo que inevitablemente
se nos escapa.
De entre todas esas maravillas, hay una que sobresale de
modo especial, las personas. Esos seres que preguntamos, interpretamos,
componemos sinfonías, imaginamos mundos que nunca antes han existido,
desentrañamos las leyes de la naturaleza, hacemos proyectos, anhelamos ir más
allá… y amamos.
La palabra amor está muy manida, lo sé. Ha quedado
identificada con una postal rojo chillón un tanto hortera y con forma de
corazón. Pero amar es otra cosa. Es trasladar el mundo entero a otra persona;
ponerla por delante; hacer que la creación se mueva a su alrededor; sentirnos
más vivos, en nuestro verdadero ser, cuanto más nos volcamos en ese alguien tan
especial, alguien único. Amar es descubrir. Otros vemos a tu chica, la podemos
tener delante, incluso conversar con ella, pero tú la has descubierto y sabes que cada día puedes encontrar en ella
algo nuevo.
No sé si recordarás que en “La vida es sueño” de Calderón de
la Barca a Segismundo lo sacan de la torre donde vivía preso y lo llevan a la
Corte, al tiempo lo vuelven a encerrar haciéndole creer que todo ha sido un
sueño. Tal es el trastorno que todo esto le produce, que llega a dudar de su
propia existencia. Sin embargo le queda una seguridad, algo que no le han
podido arrebatar, su amor por Rosaura:
“Sólo a una
mujer amaba
que fue
verdad creo yo
en que todo
se acabó,
y esto sólo no se acaba”.
Es poesía, sí, pero nacida de la experiencia de la vida. Yo,
Rafael Hidalgo, que vi la luz en Zaragoza un caluroso verano, dudo de muchas cosas, de
demasiadas probablemente. Columnas que antes me parecían inamovibles han caído.
Todo parece venir con fecha de caducidad o, como mínimo, estar bajo sospecha.
Pero de una cosa estoy seguro, de que quiero a mis hijas. No sé cómo serán mañana,
si me querrán o renegarán de mí, si tendrán una vida plena o llevarán una
existencia mezquina; de lo que sí estoy seguro es de que deseo con toda mi alma
que sean felices, que sean ellas mismas, que sepan querer y se rodeen de
personas que las quieran de verdad. Con mis limitaciones y torpezas, incluso
con mis mezquindades a cuestas, las quiero.
Mirar de verdad a una persona es mirarla amorosamente (no
pastelosamente, insisto); verla como quien
es, con todas sus posibilidades, alguien único e irrepetible, que nos llama a
dar lo mejor de nosotros mismos, aunque luego quizá no podamos o no sepamos.
Por eso arrebatar la vida a un ser humano que ya está ahí,
en el vientre materno, es atroz. No puedo maquillar los hechos. Podría emplear
eufemismos que aminoraran lo trágico de esta realidad, pero te engañaría y te
aprecio demasiado como para hacerte eso. No es una causa noble, aunque se
disfrace de virtud para venderse. Cuando se la ve tal cual es, produce espanto,
tanto, que mostrar imágenes de bebés descuartizados parece algo así como juego
sucio. Pero eso es el aborto provocado: matar niños en gestación dentro del
vientre materno.
Nos parece terrible cuando vemos en las noticias que un
padre o una madre han asesinado a sus hijos. Seguimos sobrecogidos el rumbo de
la investigación y no vemos que nada pueda justificar algo así; si acaso, algún
trastorno mental de quien ejecutó dicha acción. Pero cientos, repito, cientos de
muertes cada día en nuestro país las vemos defendibles, a veces incluso como un
“derecho”. Que una madre sea “dueña” de su pecho no significa que dejar
intencionadamente de amamantar a su hijo para que muera de hambre no sea un
acto cruel. Entonces por qué esa divinización de algo así como la “propiedad
corporal”. Cómo defender no ya la omisión de una ayuda a una criatura
menesterosa, sino su aniquilación activa.
Proteger la vida humana no se basa en unas creencias
religiosas, o en un programa electoral de tal o cual partido, o en ganas de
aguarle la fiesta al personal, proteger una vida humana inocente es un acto de
humanidad básico, fundamental, primigenio, que nos hace identificarnos como
personas, es decir, dotadas de un fondo moral, capaces de reconocer en el otro
a un semejante que merece una consideración.
No sé si estas líneas habrán servido para algo, tal vez no.
Pero en cualquier caso quiero que sepas que si algún día te encuentras tú o
alguien a quien conoces en un apuro porque estáis ante la tesitura de un
embarazo inesperado, podéis contar conmigo para ayudaros, pero de verdad, al
margen de no sepamos ponernos de acuerdo en mil cosas. No te arrepentirás. Aquí
tienes mi mano.
Un abrazo.
Rafael
Rafael
Los mismos que descuartizan bebés, ¿no serán los que trafican con armas, contaminan el agua y el aire, alientan a los países pobres a matarse entre ellos...? Serían interminables los ejemplos. Si se mata impunemente, o se esclaviza a seres humanos, ¿cuál es la diferencia? El Mal tiene una raíz tan profunda que me temo que nunca, nadie, terminará con él. No es pesimismo, es, simplemente, hacer un repaso (y bastante superficial) a la Historia de la Humanidad. Y no hablo de los animales de los que no sabemos casi nada.
ResponderEliminarMuy bella carta. Todo sirve, aunque sea sólo a una persona. Saludos.
Aurora, me temo que el mal no lo tienen en exclusiva unos pocos, a mí me basta con mirarme dentro de vez en cuando para encontrarlo. Otra cosa es que adquiera disfraces engañosos y haya que desenmascararlo, sobre todo para alertar a los amigos más despistados.
EliminarMuchas gracias por animarte a comentar. ¡Feliz año!
Me tienes completamente emocionada...
ResponderEliminarGracias por remover conciencias Rafael.
Un cariñoso saludo :)
Belén, gracias a ti. Contigo da gusto, la verdad.
EliminarUn abrazo y feliz 2014
¡Qué grande eres, Hidalgo! Lo has dicho con tanta sencillez y tanto amor que el que no lo comprenda es tonto de remate.
ResponderEliminarMarta, tú sí que eres grande. ¿Qué tal va el alumbramiento de Arturo? Sideral, estoy seguro.
EliminarFeliz año nuevo.
Maravillosa carta.
ResponderEliminarConmovedora. Escrita por un gran corazón.
Un beso, Rafael.
Amalia, cuando la escribía pensaba en amigos concretos, con nombre y apellido, no como recurso literario. A ellos la dirijo y así procuro tratar a mis amigos.
EliminarRespecto a un gran corazón, yo te diría: mira quién habló.
Feliz año
Precioso.
ResponderEliminarJavi, gracias.
EliminarQue tengas un nuevo año metafísicamente perfecto (y físicamente... ¡también).
Un abrazo.
Gracias Rafael por esos bebés que ya no están y por los que están por llegar y se decide negarles la vida antes de nacer...
ResponderEliminarAfectuoso saludo
Cristina, gracias a ti, y ¡feliz año!
EliminarQuerido Rafa, ya me gustaría a mí también convencer a la gente de que hay un horror cotidiano mucho más atroz (porque se trata de seres sensibles e incluso conscientes, no pelotas de células que ni sienten, ni padecen ni tienen planes o expectativas): el del holocausto animal del que casi nadie se preocupa por comodidad moral, cerrazón mental, pereza intelectual o el más descarnado egoísmo. Un abrazo fuerte y feliz 2014.
ResponderEliminarNicolás, en el campo del que tú hablas hay abusos (muchísimos) que te puedo garantizar que me duelen. Es cierto que como en tantas cosas miramos para otro lado. Aunque haya puntos de vista en los que no coincidamos, eso no significa que muchas de las cosas que planteas en tus escritos no me ayuden a recapacitar.
EliminarDicho lo cual, creo que el hecho de que un ser humano carezca en determinado momento de su vida de sensibilidad (que estaría por demostrar cuándo surge) o consciencia no anula la gravedad de que se cometa un acto de violencia contra él. De justificar algo así, podríamos concluir, por ejemplo, que matar a un hombre sedado no es un acto ilícito.
Tú y yo hemos somos maduros, pero hemos sido jóvenes, adolescentes, niños, bebés, embriones. Todas estas palabras son clasificaciones que empleamos para aclararnos, pero el hecho es que siempre hemos sido el mismo, aunque en distintos momentos de nuestra existencia. Si me hubieran cortado la mano a los dos meses de mi concepción, yo sería manco. No es un ser ajeno el que estaba en el vientre materno, ¡era yo! Ya era yo.
Nicolás, te deseo este año felicidad y éxito en las empresas que te marques (empezando por ese reto tan bonito y difícil que tenemos de educar a un hijo).
Un abrazo.
¡Ay, Rafa, cómo te entiendo! Uno de los ramales del drama contemporáneo del aborto es ver cómo, a tu lado, amigos, gente buena... se queda ciega e insensible sólo por una cierta identificación ideológica. Lo has contado muy bien, amigo
ResponderEliminarPepe, sé que lo que está sucediendo te pesa y te duele tanto como a mí. Habrá que cambiar las cosas; no sé cómo, pero sí sé que en algo tendremos que cambiar nosotros para lograrlo.
EliminarUn abrazo y feliz año nuevo.
Me he sentido siamés por unas horas y tan ricamente oye...
ResponderEliminarRezo por la vida...
Abrazos constantes....
JA Manonegra, correspondo a tus abrazos. Hasta pronto.
EliminarAy, que aunque llego corriendo y a toda prisa, cuando te leo siempre tiendo a perder la noción del tiempo.
ResponderEliminarBueno a lo que venia, jeje, oye que te deseo que el nuevo año te llegue lleno de bendición para ti y tu familia. Y mucho éxito profesional como mereces. Ah... y como he podido ver también en la entrada anterior, que los reyes Magos regalen muchos libros de Crispin y el dragón Agamenon, jeje...
Besitos.
Mento, muchas gracias, te deseo lo mismo, que los Reyes Magos te regalen la montaña de alegrías que mereces.
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael. Es la primera vez que visito este blog, guiada por un amigo que me ha recomendado esta carta. Permítame, por favor, que plasme mi opinión, aunque sé que es discordante con su visión.
ResponderEliminarDesde mi punto de vista, una mórula, blástula, gástrula, cigoto, feto o embrión en sus primeras fases no creo que deban tener la misma consideración que un neonato, un niño, un adolescente, un adulto o un anciano y sus equivalentes féminas. Y si les damos la misma consideración entonces no entiendo por qué, siguiendo los argumentos de este texto, no les damos esa misma consideración y respeto al moho del queso, a las bacterias que nos producen enfermedades o que coexisten con nosotros, a las moscas, insectos o a todo el mundo animal. También son vida, las únicas perjudicadas por esa falta de valor según sus tesis serían las piedras.
El argumento del pecho y la lactancia que utiliza me parece aberrante. Compara el hecho de que una mujer no dé el pecho a su bebé con el hecho de dejarle desnutrirse, en un intento fallido de desacreditar la queja que tanto se escucha de la invasión de los cuerpos de las mujeres que generará esta ley auspiciada por el ministro Gallardón. Permítame recordarle que muchas mujeres no pueden o no quieren dar el pecho a sus bebés, y no por ello los dejan morir de hambre o incumplen sus funciones maternales. Las personas que dejan morir de hambre a sus hijos cometen una negligencia grave punible y nada tiene que ver con dar o no teta.
La anterior ley no obligaba a nadie a abortar. Yo no promociono que la gente aborte por gusto o costumbre. Por lo que lucho, y por lo que me quejo, es por el hecho de que me quiten a mí y a otras tantas mujeres el derecho a elegir cuándo queremos ser madres, para ejercer esa maternidad con la responsabilidad y ganas suficientes. Pido tener derecho a una educación sexual para poder descubrir algo tan importante como la sexualidad humana con información y seguridad. Pido el derecho de acceder a métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados y para facilitar una planificación familiar básica. Pido el derecho a abortar de manera segura y gratuita sin tener que dar explicaciones a ningún extraño del porqué de mi decisión, porque mi cuerpo es mío, y mis circunstancias también, y pueden ser muy particulares e íntimas. Pido DERECHOS, no OBLIGACIONES. Un derecho para toda la población que cada quién será libre de utilizar o no, según sus convicciones, por supuesto respetables.
Lo que encuentro con esta nueva ley es la obligación de parir incondicionalmente si en algún momento fallan los métodos anticonceptivos, la obligación de pasar por un embarazo no deseado que condicione mi vida a todos los niveles y me estigmatice, la obligación de dar a luz a un bebé con malformaciones o discapacidades graves en un país que ha recortado de forma brutal las ayudas a la dependencia.
Rafael, entienda, por favor, que mi queja es legítima y que nada tiene que ver con ninguna nube negra que me haya ofuscado.
Un saludo
PARA EVA DANAUS 1:
EliminarHola Eva:
Antes de nada, gracias por ponerte a la labor de leer la carta que escribí y emplear tu tiempo en transcribir una reflexión sobre ella. Discrepamos y pese a ello has tenido a bien exponer tu punto de vista, así que gracias nuevamente.
Me da la impresión, no infrecuente, de que no he sabido reflejar correctamente lo que quería comunicar, al menos no todo lo correctamente que me habría gustado. Lo lamento porque el tema es muy importante, pero voy a ver si soy capaz de aclarar alguna cosa y no crear más confusión:
- Distingo la vida humana de otras formas de vida, lo que no quita para que sienta admiración por el hecho mismo de que haya vida. Con todo, entiendo que la vida humana está dotada de una singular dignidad y, por ello, merece un especial respeto y amparo.
No tengo un interés especial en que la vida humana comience en un momento o en otro, así que me limito a tomar nota de lo que dice la biología: una nueva vida comienza en el momento de la fecundación. En ese instante no se origina "cualquier" vida, sino un individuo concreto, nuevo y único. A mí me quitaría muchos quebraderos de cabeza que esto no fuera así, pero no mando en la naturaleza, así que me tengo que sujetar al orden que sigue.
- El ejemplo de dar pecho a un bebé no pretendía decir que no existan otras formas prácticas y buenas de alimentar a un hijo, lo que quería expresar es que una mujer no está legitimada para negar atención a un hijo por el hecho de ser "dueña" de su cuerpo (yo más bien diría que "posee" un cuerpo). Antes bien, sobre aquello de lo que somos dueños, y precisamente por el hecho de serlo, tenemos una responsabilidad. Porque gobierno mi mano, si acuchillo con ella a alguien pueden pedirme cuentas de mi acto. A un enajenado lo podríamos llegar a eximir de responsabilidad si "no fuera dueño de sus actos".
De lo que se deduce que, efectivamente, una mujer embarazada tiene una responsabilidad sobre la vida del bebé que alberga en su seno. Si deja a la naturaleza actuar y no hay ningún contratiempo, verá la luz, pero si ejerce una violencia contra esa criatura, tendrá la responsabilidad de su destrucción. A eso apelo, a su libertad y, por tanto, a su responsabilidad; capacidad de respuesta. (Esta capacidad de respuesta se puede ver tremendamente mermada por la presión ambiente, pero sería muy largo extenderme en este punto, aunque ciertamente es muy grave).
(SIGUE)
PARA EVA DANAUS 2 (Y ÚLTIMO, TRANQUILA...)
Eliminar- El aborto provocado no permite a la mujer embarazada elegir cuándo quiere ser madre porque de hecho ya lo es. Lo que permite es que una madre mate al bebé que está gestando. Y para que esto y otras cosas queden claras, yo también estoy a favor de una educación sexual que informe sobre la sexualidad humana, aunque no en la dirección a la que apuntas.
- Comentas que pides "derechos", no "obligaciones". Yo no conozco ningún derecho que no lleve implícitas obligaciones. Si existe el derecho a la vida existe la obligación de no matar, si existe el derecho a la atención sanitaria existe la obligación de que alguien la preste y haya quien la sostenga económicamente, y así con todos los derechos. Un derecho sobre el que nadie responde sencillamente es una entelequia.
En este caso ese hipotético "derecho al aborto" supondría que alguien no tiene derecho a la vida, y como debe haber una jerarquía de prioridades, entiendo que la vida está por encima de los otros intereses pues es el supuesto sobre el que descansan.
- Coincido contigo en mi desacuerdo con la nueva ley que plantea el gobierno, a mí tampoco me gusta. Pero no porque sea más selectiva a la hora de ver a quién se puede abortar y a quién no, sino precisamente por el hecho de que asume que hay muertes provocadas de seres inocentes que son legítimas, y por eso discrepo.
- Con el tema dar respuesta al fallo de los métodos anticonceptivos, pienso que ahí has dado en el clavo, pues es una de las causas de que existan leyes abortistas. Me explico, si nos han vendido una sexualidad desligada de la concepción y se ha fomentado hasta la extenuación el uso sistemático de contraceptivos, nos tienen que ofrecer un plan B para cuando esto falla, es plan es la "solución final" del aborto. Esa es la lógica interna de la mentalidad anticonceptiva.
Pero entonces saquemos las conclusiones adecuadas: si determinado planteamiento conduce a un mal: la muerte de inocentes, lo que habrá que cambiar es el planteamiento.
- Coincido en lamentar el recorte de las ayudas a la dependencia, pero no entiendo que la solución sea acabar con el sujeto de las ayudas, sino, si acaso, abogar por su amparo.
Algunas de las personas a las que más quiero nacieron con malformaciones y esto no hace sino confirmar mi convicción de que no hay motivo alguno que justifique su muerte, ni siquiera cuando estaban en el vientre materno.
Bueno, Eva, un gracias último por aguantar una respuesta tan extensa. Espero, de verdad, que sobre esta cuestión vayamos encontrando todos cada día más claridad, máxime, dada su enorme gravedad.
Un cordial saludo.
Rafael
PARA RAFAEL HIDALGO 1:
EliminarGracias Rafael por su punto de vista. Siento que en muchos aspectos tenemos puntos de vista bastante irreconciliables, pero agradezco la educación en el trato y la posibilidad de dialogar por aquí.
La distinción de la vida humana como un modo de ser digno de especial admiración y de singular dignidad es una premisa basada en una creencia personal. Hay personas que no hacen dicha distinción, valorando de la misma forma la vida de todos los seres, y hay otras personas que no le dan ningún tipo de valor especial a ninguna forma de vida, considerando que la existencia es inconsistente. Por tanto, entra dentro de las creencias de cada cual, personales y respetables todas ellas, no son más que eso, creencias variadas y filosofías de vida diferentes.
Desde la creencia que usted plantea, de que el ser humano merece un especial respeto y amparo, me cuesta entender que el tema que más ampollas levante sea esta supuesta defensa de los no natos cuando se guarda tanto silencio con respecto a los millones de personas en situaciones de desamparo, guerras, pobreza, exilio, hambruna, explotación sexual, explotación laboral, entre tantos otros males, como por ejemplo el riesgo sanitario que supondrá para las mujeres abortar sin garantías, como acredita la misma Organización Mundial de la Salud.
Comenta también que para usted la nueva vida de ser humano comienza en el momento de la fecundación. Me pregunto qué opina entonces de las intervenciones de fecundación in vitro y los embriones que no salen adelante de allí, si para usted suponen también un atentado a la moral, y quién es madre entonces.
Respecto a su afirmación “el aborto provocado no permite a la mujer embarazada elegir cuándo quiere ser madre porque de hecho ya lo es”, debo decir que me parece totalmente falsa desde el punto de vista médico, biológico, y de sentido común. No se puede decir que cada óvulo fecundado da lugar a madres, muchos de ellos no llegan ni siquiera a prenderse bien y se expulsan de forma natural. Me queda la duda de si para usted una mujer que sufre un aborto natural no es madre como para usted sí lo es la que sufre un aborto provocado, no me queda claro. Lo que sí me parece claro es que dicha afirmación nuevamente es una creencia personal suya y no algo reconocido por las autoridades sanitarias como la OMS.
PARA RAFAEL HIDALGO 2:
EliminarDe su discurso intuyo que para usted reproducción y sexualidad van íntimamente ligadas y que no deben separarse. Nuevamente, dicha premisa se basa en una creencia personal que no todo el mundo comparte, dado que la sexualidad abarca muchos más flancos que los meramente reproductivos. Creo que es vox pópuli la importancia de la sexualidad en la vida, la importancia de desarrollarse plenamente como seres sexuados que somos y los beneficios que conlleva, no lo digo yo, lo dicen las instituciones sanitarias reconocidas y las asociaciones profesionales. Aún así, sé que por creencias personales y religiosas hay personas que no comulgan con esta idea y que viven la sexualidad como algo vergonzoso y egoísta a la que sólo ven fin en la reproducción. Me parece respetable que cada cual viva como quiera, pero no entiendo que se intente imponer esa idea a los demás. Sigue siendo, como digo, una creencia personal que no todo el mundo comparte, y el respeto a la diversidad es sinónimo de tolerancia. Lo demás es imposición y compasión o conmiseración, situándose en un rol de “yo tengo la verdad – tú no la tienes” que conforma una relación jerárquica de superioridad moral, nada que ver con la tolerancia y el respeto.
Respecto al tema de los derechos y obligaciones: desde mi punto de vista, el derecho al aborto conllevaría la obligación de actuar responsablemente en el caso de elegir someterse a dicha intervención, cumpliendo las prescripciones médicas oportunas y utilizándolo como última opción en el caso de que los anticonceptivos fallasen, por ejemplo. No relaciono en absoluto que dicho derecho al aborto suponga que alguien no tiene derecho a la vida, pues no hablamos de alguien, sino de un cúmulo de células sin ni siquiera nociceptores de dolor, de dos gametos encontrados que aún no han generado nada viable. Las mujeres que abortan no son asesinas. Quienes atienden las intervenciones tampoco. Un tumor canceroso también está compuesto de células vivas humanas y nadie se cuestiona que su extirpación sea inmoral.
En conclusión, creo que la mayoría de sus argumentos se basan en creencias personales que no corresponden a la totalidad de la población, y que se relacionan más con el ámbito de la moral religiosa. En nuestro país, hasta la fecha, se reconoce la libertad religiosa como un derecho básico, lo que da lugar a multitud de confesiones y a la libertad de declararse agnóstico o ateo. Es nuestro deber aprender a convivir en armonía respetando otros modos de vida. Por ello, entiendo que usted y las personas que como usted opinen, no aborten ni ayuden a ninguna persona a abortar. Pero me cuesta entender por qué se intenta imponer esas creencias al resto de la población, negándoles el derecho a abortar si así fuera necesario, no es una actitud respetuosa ni de convivencia. Además, prohibir el aborto no va a evitar que se sigan realizando intervenciones aquí o en otro país, como acredita la OMS, el aborto va a seguir utilizándose, pero con peores consecuencias.
En mi opinión deberíamos manifestarnos todos por las muertes de personas completas inocentes que mueren cada día, como las mujeres que mueren a manos de sus parejas, o las mujeres que mueren por tener que verse obligadas a sufrir un aborto clandestino en situaciones de insalubridad, por ejemplo. ¿O es que su derecho a la vida nos da igual?
Eva, lo nuestro ya requiere o un taquígrafo o una terraza, cerveza fría y mucho tiempo por delante.
EliminarEn todo caso, aunque hoy podamos ver las cosas de manera muy distinta, por favor, de todo lo que he escrito quédate con una única cosa: si un día alguien próximo a ti pudiera tener un embarazo inesperado y lo viera como un grave problema, antes de dar ningún paso te pido por favor que contactes conmigo, imagino que podrás hacerlo a través de tu amigo o como mejor te parezca. Sólo te pido eso. Olvídate de todo lo demás. No os arrepentiréis, en serio.
Bueno, Eva, no quiero ser pesado pero antes de despedirme te lo tengo que decir: muchas gracias por intervenir, Eso sí, si lo vuelves a hacer, que estaré encantado, sólo te pido una cosa, trátame de tú, que me gusta más.
Un saludo.
Los derechos de las personas empiezan y acaban en las leyes que las potestades imponen. Luego podemos llamarlo como queremos y acojernos o no a ellos. Pero hay un derecho que traemos por la Gracia de Dios desde el principio de la creación y es el derecho de la libertad que Dios nos da. Allá
ResponderEliminarcada uno como quiera usarlo, o llamarlo.
Yo libremente quiero pedir derechos por aquellos con loa que Dios ya cuenta y el egoísmo humano alborta antes de que podamos comprander el gran misterio de la vida humana que ea algo mas que células, también somos espíritu. Esos a loa que llaman morula nos aventajan en camino a la presencia de Dios... Pobre de los que pasamos por este estado del ser tan sometidos y en el fondo tan engañados.
Todo esto está muy bien y estoy contigo. Me parece mejor tu respuesta a Eva Danaus que la propia carta, ya de por sí magnífica. También mi enhorabuena a Eva porque se atreve a exponer su opinión contraria y a esperar una respuesta. Este blog va por muy buen camino si van ocurriendo estas cosas. Tengo una duda :"pienso, luego existo"¿piensa una mórula, gástrula o zigoto si no tienen cerebro? ¿o es que no pensamos con el cerebro? Responda, please, hay quien piensa que sin cerebro no se es persona...
ResponderEliminarPP REINA, veo que efectivamente eres un seguidor avezado de "Filosofía para náufragos" (además de una persona muy cualificada para animar un debate).
EliminarResumo: "pienso, luego existo" es un planteamiento racionalista. Tiene una serie de insuficiencias que sería largo de explicar, pero giran en torno a la indemostrabilidad última de que haya nada más allá de mí, lo cual no es muy operativo.
Volviendo al pensamiento, pero desde el hecho de la actividad cerebral que comentas. Si a un embrión humano no se le mata, pues se le puede matar en la medida en que tiene vida (es decir, posee una "fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee." RAE), tendrá la posibilidad, entre otras cosas, de llegar pensar.
De igual modo, si un día conseguimos hibernar personas para viajar por el espacio, pongamos por caso, si no las matamos podrán descongelarse y tener una actividad normal, aunque temporalmente hubieran carecido de actividad cerebral. ¿Trocear a un hombre hibernado que puede volver a la actividad vital normal es un acto homicida? Para mí la respuesta no ofrece dudas: sí. Pues saquemos conclusiones (cada cual las suyas, que si no nos darán las uvas del 2015) y conectemos lo uno con lo otro.
Gracias, PP REINA. Veo que estás agudo y a la que salta, y eso me gusta. Aprovecho para desearte un feliz año nuevo.
¿Piensas las personas cuando tienen un acidedente cerebral y su cerebro deja de funcionar? ¿Dejan de existir por estar en un coma cerebral? ¿Dejan de ser la misma persona? ¿O pasan a ser la misma persona en unas condiciones de vida diferentes? No se trata de existir porque se piensa, sino porque se es.
ResponderEliminarMento, qué te voy a decir si ya lo has dicho tú. Si existiéramos sólo en la medida en que pensamos yo casi habría desaparecido, con que fíjate tú qué crudo lo tendría.
EliminarTe mando un abrazo bien fuerte.
Madre del amor hermoso!!!! Rafael tienes toda mi admiración,no hay nada mas fuerte y contundente que la palabra bien dicha.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo y mi enhorabuena. :)
Belén, ya sabes eso de obras son amores y no buenas razones...
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael, spero che la tua lettera così profonda ed appassionata possa far cambiare idea a chi non la pensa come noi che lottiamo per difendere la vita sin dal principio. Sono d'accordo con te quando dici che la difesa della vita non è questione di fede o di politica, ma come è possibile che sia così difficile comprendere questa lapalissiana verità? Un abbraccio
ResponderEliminarMartina, supongo que la dificultad está en la presión ambiente, en las consignas repetidas, en la falta de sentido crítico, en la debilidad humana, en el camino "fácil"... Vamos, en todas esas cosas por las que todos, en una u otra medida, podemos estar afectados.
EliminarUn forte abbraccio
Dovresti aggiornare il link del mio blog di cucina!!!!!!!
ResponderEliminarMartina, ya me parecía a mí que me tenías en ayunas durante mucho tiempo.
EliminarYa he tomado nota.
Muchas gracias.
Sarai diventato un'acciuga a furia di digiunare!
EliminarA mí me parece maravillosa tu carta y creo que merece ser bien leída y tenida en cuenta.
ResponderEliminarTu si que tienes buen corazón.
Un beso
Amalia, qué más quisiera...
ResponderEliminarUn abrazo.