Querida señorita Natalia Sanmartín Fenollera:
¿Acaso cree usted que el sueño de un hombre no es un bien precioso? Disculpe que sea tan franco y directo desde el principio, pero me ha tenido usted leyendo su libro hasta las tres y media de la madrugada, y eso, para un hombre con dificultades de sueño y sumido en los calores del verano, no deja de ser una faena.
Cuando compré su libro nunca creí que el título anunciase mis desvelos: “El despertar de la señorita Prim”. De ser así, podía haber sido más clara y haberlo llamado: “El desvelo del señor Hidalgo”.
¿Cuánto tiempo hace que una novela no me había enganchado tanto? No le sabría decir. Lo que sí puedo afirmar es que ha sido una delicia. Me parece un libro que aúna inteligencia, atractivo, calidad, encanto, ritmo, que perfila de forma magistral a cada uno de los personajes que en él aparecen… vamos, una rara avis en el panorama actual. Y sepa que he elegido cuidadosa y conscientemente cada uno de los calificativos que he empleado, incluido el de “magistral”, porque lo es.
Con ese cierto punto de literatura inglesa decimonónica introduce con sagacidad un planteamiento de lo más actual, a la par que tremendamente polémico: la recuperación del Occidente cristiano (¿no es un epíteto?) frente a su díscola hija la modernidad. Dicho así suena muy rimbombante, casi casi colosal, pero lo hace de una forma admirable, pues prácticamente todo acaece en el día a día del pequeño pueblo de San Irineo de Arnois. Allí llegará Prudencia Prim atendiendo a una oferta de empleo como bibliotecaria. Su vida dará un giro inesperado cuando empiece a tratar a los singulares habitantes de aquella villa; en particular gracias al atractivo “hombre del sillón”.
La cortesía como manifestación primordial del respeto; el cristianismo como pilar civilizador, y la búsqueda de la verdad, la belleza y el amor como guía de una existencia feliz y auténtica son el telón de fondo de una historia humana de lo más entrañable.
Y luego están los libros, por todas partes, en particular los clásicos. Vivificantes, sugerentes, fecundos, accesibles.
En fin, señorita Sanmartín, que me tiene usted desconcertado. ¿Una primera novela de esta calidad? ¿Una persona tan joven aportando visiones tan maduras sobre cuestiones perennes? ¿Alguien dedicado a la información económica escribiendo una obra subversiva de esta envergadura y con semejante sensibilidad?
Me ha convertido en un propagandista suyo pues, de momento, ya me he comprometido con mi hermana y algún que otro amigo a regalarle el libro. Creo que es una prueba de que no le guardo rencor por las horas robadas al sueño.
Sólo espero que siga escribiendo y que lo haga sin prisas ni concesiones, desde el corazón, tal como ha hecho en “El despertar de la señorita Prim”.
Le saluda agradecido su soñoliento lector.
Rafael Hidalgo
¡Ya me has fastidiado, Rafa! Tenía perfectamente planificadas mis lecturas de verano y me veo obligado a rehacerlas. Tanto fervor no me puede ser indiferente. A ver si dentro de unos días te tengo que escribir una carta...
ResponderEliminarSanti, este libro da para un Encuentro, te lo digo yo.
EliminarUn abrazo
Qué buena reseña. La siesta te recompensará, un abrazo.
ResponderEliminarManuel, hoy comida con unos amigos, imposible siesta. ¿Dónde ha quedado el yoga ibérico...?
EliminarUn abrazo para ti.
Nos acabas de meter a todos ganas de horas de insomio.. muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarreleante, no te defraudará.
EliminarUn abrazo.
Tomo nota, no se ven últimamente muchos libros por los que merezca la pena perder horas de sueño...
ResponderEliminarSaludos.
Jerónimo, pues este es de los que engancha. Peligroso.
EliminarPara cuando un poco de Filosofía????...
ResponderEliminarRezo, rezo y rezo...
Abrazos luminosos...
JA Manonegra, igual pronto hay sorpresas filosóficas.
EliminarAbrazos místicos.
Por lo que dices, vale la pena no dormir.
ResponderEliminar¡¡Gracias!!. Ya he tomado buena nota.
Ya me lo estoy comprando el lunes...
Un beso, Rafael.
Feliz domingo.
Amalia, ya me contarás. Yo creo que a ti te va a encantar.
EliminarUn abrazo
Buenooooo,cualquiera se resiste ahora,gracias Rafael.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo :)
Belén, anímate que está muy bien.
EliminarUn abrazo
Rafael, fortunata la signorina! Piacerebbe anche a me ricevere una lettera così.....un abbraccio
ResponderEliminarMartina, yo he recibido una carta ¡incluso llena de bombones y dulces!
EliminarUn abbraccio
Ayer me compré el libro.
ResponderEliminarYa comienzo a leerlo.
Un abrazo.
Amalia, ya me contarás que me tienes en ascuas.
EliminarMe lo tengo q comprar leerlo y tal vez y recomendarlo a estudiantes de por aquí
ResponderEliminarMrswells, ¡qué bien! Confío en que te guste.
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