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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

domingo, 21 de noviembre de 2021

El chivo y el rebaño




¿Cuál es el fin de la prensa?

Informar. Se supone.

¿Y cual el objetivo de la propaganda?

Según la RAE: atraer adeptos, propagar doctrinas, opiniones, etc.


Decía Marx que para él la misión de la filosofía ya no era simplemente conocer el mundo, sino cambiarlo; y vive Dios que lo cambió. Si no que se lo pregunten a los que quedaron atrapados más allá del muro de Berlín.


La tentación de la prensa es, ha sido, y será no centrarse en informar, sino en transformar; no dar noticias, sino fabricarlas; no dar elementos de juicio, sino ofrecer máximas.


A cuenta de las medidas "anticovid" la mayor parte de los grandes medios se ha lanzado por esta pendiente a velocidad crucero. Algunos con una impudicia escalofriante. Titular principal de El Español de hoy (bien por Pedro J. y su equipo; han descubierto quién hundió en Maine. ¡Es la guerra!):

Cuatro millones de adultos sin vacunar contra la Covid amenazan al resto de España ante la Navidad.


El enemigo está marcado con el dedo acusador. Ya sabemos quién encarna el mal.


DWNoticias: Alemania: mueren adultos mayores en contacto con personal no vacunado. En el reportaje, con destreza maquiavélica, se da a entender que dieciséis ancianos vacunados en una residencia murieron por culpa de algún trabajador no vacunado. ¿Nadie encuentra nada raro en este planteamiento? Repito: los vacunados se contagiaron de la enfermedad (luego estando vacunados se convirtieron en portadores), pero el informador ya sabe que quienes la introdujeron en el hospital fueron no vacunados. ¿Por qué diantres no pudo ser un vacunado el portador? No es tan inusual, y a casos concretos que conozco de primera mano me remito. Otra cosa es que se mire para otro lado y se les ahorren cuarentenas y controles como si aquí no pasara nada. Teniendo un chivo expiatorio para qué complicarse.


Titular de El Confidencial del 10 de agosto del presente: El enigma del covid en sanitarios andaluces: el 97% vacunados y liderando los contagios.


No hace tanto, si alcanzábamos un 70% de la población vacunada nos decían que obtendríamos la inmunidad de rebaño (el presi dixit). Y resultó que no. Teníamos que ser más rebaño.


¿Qué hacer? Subamos el listón hasta el 80%. Sigamos el ejemplo de Israel que es líder de vacunación. Al poco el Estado hebreo batía récords de contagios y empezaban a trabajar con la hipótesis de una ¡cuarta vacuna! Y lo que te rondaré, morena.


En España están vacunados más del 90% de los adultos y seguimos temblando.


No pretendo desanimar a nadie a vacunarse. Ni de lejos. Somos mayorcitos. A mí no sólo me parece lícito, sino que en muchos casos puede ser lo más recomendable. Todo apunta a que el porcentaje de casos graves en vacunados es menor que en no vacunados, aunque siga habiéndolos, y aunque no sea raro que vacunados se conviertan en transmisores asintomáticos, insisto. Pero de ahí a iniciar una caza de brujas y un sometimiento de toda opción discrepante media un abismo.


Son vacunas en fase experimental, ¡que ojalá funcionen! Insisto: ¡Ojalá funcionen! Pero valore cada quien pros y contras.


Lo que no tiene nombre son declaraciones como las del virólogo del CSID Luis Enjuanes en Radio Nacional: "Si usted no se vacuna, no puede ir a centros públicos y la Seguridad Social española no debería hacerse cargo de su tratamiento si el virus le ocasiona problemas de salud".


Entiendo que el doctor Enjuanes abogará porque los fumadores no sean tratados de cáncer, los obesos de apneas, infartos, varices..., la gente que hace deporte de lesiones causadas haciendo ejercicio; de los suicidas y los toxicómanos ya ni hablemos... En fin, que la función del médico ya no va a ser sanar, sino antes que nada convertirse en juez que dictamine si ese paciente merece ser salvado o no.


Hipócrates ha muerto. ¡Viva el súperhombre!

 

5 comentarios:

  1. La indignación que muestras ante la manipulación y la falsedad es legítima y fruto de una sana higiene mental. La comparto (la indignación no la salud mental). En mi entorno hay personas muy cercanas que no quieren vacunarse y lo respeto. El odio y el reproche que destilan los medios convenientemente subvencionados (y aunque así no fuera con clara dejación de su papel de deberse a la verdad) y los mensajes del Estado sirven para que los (h)unos se sientan superiores (estoy vacunado, tengo mi certificado de ser de los buenos, parece que piensan) y los otros tengan su chivo espiatorio: ya no hay mala gestión sino malos a secas que son los "negacionistas". Solo, si me permites y con el respecto que da la admiración de quien sabes es tu fiel lector, te diría que no pierdas cuando escribes ese sentido del humor que muestras en tus vídeos. El humor es lo que nos queda, lo que nos hace llevadero este calvario inacabable....

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    1. Gracias, Joaquín. Tomo buena nota de tan buen consejo. Un saludo cordial.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Sí que es complicado todo. No sé cuándo va a terminar esta película de ciencia ficción.
    Yo estoy vacunada. A saber...
    Dios nos proteja.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Amalia, yo lo que necesito es algo que me vacune de espanto...

      Un millón de gracias y pico...

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