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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

jueves, 28 de enero de 2021

A vuelapluma (un poco de jarabe)


 


* En los Países Bajos hay disturbios a cuenta del toque de queda. Está claro que existe una gran diferencia con España; aquí Podemos está en el gobierno, no en la oposición.


* Al vicepresidente de Castilla y León le ponen pegas para tener encerrados a los ciudadanos a las ocho de la tarde (¡Todos al redil!). Por ello el susodicho ha pedido "una rebelión cívica haciendo por voluntad lo que no nos deja hacer el gobierno". Eso es. Y ahora gritad conmigo: ¡Vivan las cadenas!


* El Gobierno de Aragón no cesa de celebrar la toma de Stalingrado. Para que nos entendamos, "la recuperación de los bienes del monasterio de Sigena". Los bienes no acaban de llegar, pero quienes sí se han terminado por marchar han sido las monjas de clausura que habitaban el cenobio y a las que no se ha dado tregua. Da igual, la administración aragonesa se seguirá felicitando. Es como si el Museo de Ciencias celebrara haber cazado a los últimos dodos para exhibirlos en sus vitrinas. La política como arte de la taxidermia.


* El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (el mandamás del ejército) ha tenido que dimitir por haberse vacunado contra el Covid. Que si debía hacer cola, que le tocaba la vez, el hecho es que lo han mandado al rincón de pensar. Por lo visto andamos sobrados de personal cualificado para ocupar estos puestos. País de talentos.


Eso sí, sus señorías se han puesto muy dignas y nos han dicho que en riguroso orden de lista. Son los mismos que cuando estalló la pandemia que negaban días antes se precipitaron a hacerse test de los que carecían los hospitales. La ejemplaridad de las élites, que decía Ortega.


* Disney retira Dumbo, Peter Pan y Los Aristogatos de su catálogo infantil por considerarlas... ¡¿racistas?!

Que uno recuerda cómo de niño al salir del cine después de ver Peter Pan iba corriendo a afiliarse al Ku Klux Klan.

¡Madre del amor hermoso, qué servilismo a la estupidez!


viernes, 15 de enero de 2021

Despotismo desastrado

 



En la situación que nos está tocando vivir algo ha quedado claro: el poder político no conoce límites, ni siquiera el de la vergüenza ante la incompetencia, y el común de las gentes traga silenciosamente.


En Aragón, como en otra partes de España sobre las que el poder central ha descargado su responsabilidad, se acaban de implantar nuevas restricciones. Si hasta ayer el toque de queda era a las 23:00, ahora lo adelantan a las 22:00. ¿Razones técnicas? No veo ninguna. A esas horas camino por las calles y están prácticamente despobladas, particularmente entre semana.


Además los comercios han de anticipar el cierre a las 18:00 (la última limitación fijaba eran las 20:00). La consecuencia lógica es que se va a aglomerar la gente en un horario más restringido.


Para colmo no se permite abandonar las ciudades, que son los lugares con mayor concentración demográfica, con lo cual se nos anima a frecuentar todos los mismos lugares, repito: "todos... a los mismos lugares".


Lamentable. 


Lo más triste del caso es el recorte de libertades personales sin que se vea ningún contrapoder que supervise el uso y abuso que están haciendo los distintos sátrapas en sus respectivos territorios. Es un poder arbitrario, que se autojustifica por manifestarse bienintencionado. "Algo hay que hacer", dice alguno de quienes lo ejercen. Pues sí, dimitir por incompetentes. A casa ustedes. Y si no saben copien a los que lo están haciendo bien, como por ejemplo Taiwan, donde sí han tomado medidas adecuadas y no lesivas para los derechos ciudadanos. Anticipación, control de fronteras, criterios globales, ¡respeto!


Mientras una parte de la población repite machaconamente: "es que la gente no tiene cabeza", una significativa representación de nuestra estirpe política (la misma que se precipitó a hacerse test cuando nadie más tenía acceso a los mismos) se salta sus propias normas a la torera.


Hasta aquí llego que me pierdo.


¡Viva la libertad! ¡Abajo la tiranía (y la caradura)!