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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

martes, 24 de diciembre de 2019

Entrevista a Gerardo López Laguna

Parte 1





Parte 2




En un mundo de poses y redes sociales no es fácil dar con una persona como Gerardo. Contracorriente del mundo, dejó su militancia política juvenil al caer del caballo como San Pablo. No por ello dejó de ser combativo, sólo que ahora, como San Francisco de Borja, lucha por un Señor que no se le pueda morir.


lunes, 23 de diciembre de 2019

Del Apocalipsis a la Navidad. Fabrice Hadjadj



Mi amiga M.A. haciendo gala de una gran generosidad me ha regalado unos cuantos libros. Ayer, volviendo en tren desde Granada, me leí uno muy breve extraído de una conferencia de Fabrice Hadjadj, profesor de filosofía y literatura a quien no tenía el gusto de conocer. En concreto el titulado La suerte de haber nacido en nuestro tiempo (Ed. Rialp). 

Hadjadj es un converso al catolicismo de origen judío. Sus padres eran maoístas y él en su juventud se encuadraba en las filas del ateísmo anarquista. Hoy, si la Wikipedia no miente, tiene ocho retoños junto con una actriz francesa.




Pero más allá del anecdotario biográfico me interesa recoger una cita de este jugoso libro. La misma aparece en referencia al Apocalipsis, entendido tanto en su sentido originario de "manifestación", cuanto a la extendida idea de catástrofe. Dice así:


«El indicador de este apocalipsis lo marcan todos los combates "a la contra" que libra la Iglesia. La Iglesia está en este mundo principalmente para revelar a Dios, cuando lo cierto es que su tarea se reduce cada vez más a preservar lo humano. Entraña esencialmente lo sobrenatural y se ve cada vez más llamada a defender la naturaleza. Es el templo del Espíritu y se presenta cada vez más como la guardiana de la carne, del sexo, de la propia materia. Esta situación terrible en la que ya no hay nada que se considere obvio es en realidad espléndida, porque, así las cosas, sólo cabe que todo vuelva a empezar en Dios».

No parece mala reflexión para estas fechas en que se celebra la venida del Niño Dios.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

El reto filosófico ya tiene ganador



El reto que lanzamos desde Polizón y Náufrago ya tiene ganador.

¿Para qué sirve la filosofía? He ahí la cuestión. He aquí la respuesta.

sábado, 7 de diciembre de 2019

La Constitución "okupada"



Ya que estamos en el puente de la Constitución, saco a pasear por aquí a uno de sus artículos; por ejemplo el 18:

1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.

¿Cómo lo veis? No sé si soy yo, que igual soy un poco merluzo, pero a mí no me da la sensación de que su ejercicio goce de muy buena salud.


jueves, 5 de diciembre de 2019

martes, 3 de diciembre de 2019

Filosofía detectivesca (3/3)



Último vídeo de esta serie. Posiblemente el más complejo, pero es que siempre cerca de la cima el camino es más duro y empinado. En cualquier caso, ¡¿quién dijo miedo?!

¡Bienvenidos a bordo, polizones!

sábado, 30 de noviembre de 2019

Filosofía detectivesca (2/3)



Y vamos con la segunda entrega.

Elevamos el vuelo, de modo que la cosa se complica, aunque espero que no tanto como para que no se entienda. Vosotros me diréis.

Bienvenidos a bordo, polizones.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Filosofía detectivesca (1/3)



Me lanzo a una nueva miniserie de tres vídeos; en este caso para hacer un ejercicio filosófico. No se trata tanto de exponer doctrinas como de desentrañarlas para llegar hasta el mismísimo don Julián Marías y entender algunas cosas de su pensamiento.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

¡En marcha! ;)

jueves, 21 de noviembre de 2019

¡TE RETO!



El reto filosófico del año ya está aquí. Te cuento de qué va.

Se trata de grabar un vídeo (puedes hacerlo individualmente o en grupo) respondiendo a la pregunta: ¿PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA?
Cuélgalo en Youtube antes de que finalice el 14 de diciembre de 2019 y envía el enlace al siguiente correo electrónico: polizonynaufrago@gmail.com Recuerda, el vídeo no debe superar los dos minutos de duración. Se valorará la originalidad en la presentación y en el contenido. El ganador o ganadores, además de dar a conocer su vídeo, recibirá la "Tretralogía de la Ejemplaridad" de Javier Gomá en cualquier parte del planeta Tierra. ¡Y no hay límite de edad! La valoración correrá a cargo de Polizón y Náufrago (ya que suelta la pasta para el premio qué menos que dejarle esa gracia) que podrá consultar con otros canales de filosofía. Sapere aude y ¡acepta el reto! ;))) Un agradecimiento especial a los canales de divulgación filosófica que han colaborado en este vídeo.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Nuevo vídeo. Nueva reseña. Javier Gomá al canto.




Nuevo vídeo de Polizón y Náufrago. En esta ocasión una reseña del libro de Javier Gomá "Aquiles en el gineceo".

Hablamos de lo humano y lo divino.

¡Bienvenidos a bordo, polizones!

domingo, 10 de noviembre de 2019

Tres días en Toledo con amigos

He estado tres día en Toledo viendo a buenos amigos. Entre otros, he disfrutado de la compañía de Fernando Puyó, dueño y señor del canal Leyendo Historia de la Filosofía, y de su encantadora esposa Kanako.

Además de con su compañía, me han obsequiado con un ejemplar del libro que acaba de publicar Kanako titulado Estoy en España, en el cual recoge en formato manga el rico anecdotario de la autora a partir de los contrastes culturales que hay entre su país y el nuestro.



Lo bueno del caso es que el 7 de diciembre (sábado) vienen a presentarlo a Zaragoza, a las 12:00 en la Librería Central, de modo que podremos vernos de nuevo. Desde luego animo a todo el mundo a que venga. Y a los interesados en la lengua y cultura japonesa desde luego, pues el libro está en edición bilingüe.



También me he reencontrado con Gerardo López Laguna, a quien hace tiempo quería entrevistar para el canal. Tiene una vida apasionante y apasionada que, me parece, merece ser conocida. El caso es que la sonoridad de la sala en la que grabé es malísima, de modo que si quiero colgarla en el canal tendré que subtitularla íntegramente. Gajes del oficio (¡y tiempo!). Hay quien piensa de él que es poco menos que un loco. A mí me parece un gigante. Cuestión de perspectiva, que diría Ortega.



La pondré en el canal para Navidad. Puede que remueva alguna conciencia, nunca se sabe.

La mía se ha removido desayunando con personas a las que un día (o muchos) se les torció la vida y han acabado en la calle. Cada uno con su historia, sus sueños, sus afanes, y todos con sus ganas de compartir alegría. A veces encuentra uno un regalo donde menos lo espera.

domingo, 3 de noviembre de 2019

El huérfano ufano



Dios ha muerto. ¡Viva el súperhombre! Clama Nietzsche. Y nos dibuja el perfil de un psicópata como sucesor de la humanidad decadente. Un ser sin instancias superiores, inmisericorde, hambriento de poder.

No, si Dios ha muerto no ha nacido un súperhombre, sino un huérfano. Dios ha muerto. Entonces hemos quedado desamparados; arrojados a la intemperie. Es la hora del pillaje, la enajenación o la desesperación. Quizá de todo ello.

¿Eras el último hombre o, más bien, el heraldo de la locura?


lunes, 21 de octubre de 2019

Hospital. Heridos. Presidente. Personal. ¡Vergüenza!



Estos días las noticias nos ofrecen imágenes dolorosas de hechos que están acaeciendo en Cataluña. Hay problemas con difícil solución, especialmente cuando quienes deberían asumir mayor responsabilidad se dedican, desde hace tiempo, al cálculo político.

Abordar la cuestión de fondo desborda mis capacidades intelectuales y taquigráficas. Así que voy a atender a un "indicente" que me parece sintomático y preocupante. Me refiero a los insultos y abucheos perpetrados contra el presidente del gobierno en funciones por algunos miembros del personal de un hospital, donde, por cierto, se atiende a policías heridos.

Ya hablé hace unos años de la apropiación que determinados grupos, en particular sindicatos, hacen de las instalaciones públicas: Para leer pulsar aquí.

Lo que es de todos, del conjunto de los ciudadanos, es tomado en posesión por unos pocos, me da igual su número, y a menudo, paradojas de la vida, en nombre de "lo público".

Curiosamente en cualquier empresa privada: una tienda, una gimnasio, una cafetería, un hospital, se tiene más conciencia de lo que significa el público y del respeto que merece.

El público son quienes forman lo público, populuscus, lo que pertenece al pueblo. ¿Cuánto duraría un empleado de banca, un dependiente, un enfermero, un hostelero que se dedicara a insultar y gritar al cliente que no comulga con sus ideas, por muy relevante que fuera el cargo de este último? Con toda probabilidad, y con razón, le abrirían un expediente e, incluso, lo podrían poner de patitas en la calle.

¿Por qué algunos trabajadores de un centro bajo el patrocinio de la Generalidad,  del Ayuntamiento de Barcelona... ¡y del Cabildo de la Catedral! en el ejercicio de su profesión (no están en la calle, o en el parque, o en sus casas) pueden con impunidad insultar a quien no les cae en gracia? Y tratándose de un centro médico, donde uno debería dejar sus prejuicios colgados a la entrada para atender a todos sin distinción, me parece mucho más grave.

Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, poco honor hacen al nombre del centro y a la dignidad de su profesión quienes de tal modo actúan,al igual que quienes no sancionan dicho modo de obrar. Vergüenza.




sábado, 19 de octubre de 2019

¿Qué significa Sol?



Llevo unos días rumiando pensamientos. Me nacieron a partir de unos ¿versos? de Pessoa:


"¿El misterio de las cosas? ¡Qué sé yo del misterio de las cosas
El único misterio es que haya quien piense en el misterio.
Quien está al sol y cierra los ojos,
comienza a no saber qué es el sol,
y a pensar en muchas cosas que dan calor,
pero al abrir los ojos, ve el sol,
y ya no puede pensar en nada,
pues la luz del sol cuenta mucho más que todos los pensamientos
de todos los filósofos y de todos los poetas.
La luz del sol no sabe lo que hace
y por eso no se equivoca y es vulgar y es buena..."


Y pensaba yo en el Sol, que para casi todos es luz, mientras para un ciego es calor. Y en cómo una bombilla se nos figura como un pequeño sol a quienes vemos, mientras quienes no, imagino yo, lo sentirán más cerca en una estufa o un brasero.

Y extraño a Dios, sin entender por qué no habla, y se muestra, y se hace tan explícito como un árbol, o un niño, o una piedra. Y si no lo hay, por qué algo tan terrible puede suceder. ¿Por qué ese abismo de sinsentido? Pero luego pienso, sin sentir, que si pudiera hablarle, verlo y tocarlo lo atraparía rápidamente en una probeta, lo mediría, pesaría y evaluaría y diría que es una cosa más; que a fin de cuentas no era nada extraordinario, y que en el fondo no se diferenciaba de cualquier otra cosa.

Y sumido en esas contradicciones espero que diga algo, que se manifieste, que muestre alguna evidencia porque lo necesito y no lo encuentro, porque sólo sé lo que toco, y veo, y oigo, y cuando únicamente siento dudo. Pero la duda no es método, no es camino, sino incertidumbre, vértigo, pérdida, diablo, el peor de ellos, como bien sabían los budistas.

Y vuelvo al Sol, al calor, a la luz, a mis sentidos y al modo en que me llegan las cosas.

jueves, 17 de octubre de 2019

¿Máquinas esclavas?



En su Política justifica Aristóteles las razones de la esclavitud. Explica cómo la naturaleza hace a unos hombres aptos para gobernarse, mientras otros necesitan de sus señores para actuar.

Sin embargo, poco después, se escora hacia un terreno más pragmático, afirmando que "si las lanzaderas tejiesen solas y los plectros tocaran la cítara, ni los maestros necesitarían de ayudantes ni los amos de esclavos".

Esta apreciación casi podría ser tacharda de marxista, siempre y cuando obviemos el pequeño escollo de que Marx todavía iba a tardar en venir al mundo veintiún siglos.

En Grecia no tenían lavadoras, ni excavadoras, ni martillos hidráulicos, ni cosechadoras mecánicas, ni neveras que conservaran los alimenos durante semanas, ni tocadiscos... así que para disponer de tiempo libre, de ocio (por contraste al nec-ocio) necesitaban que alguien realizara todas esas labores. No olvidemos que la loada democracia ateniense (gobierno de la demos) se soportaba sobre una base enorme de esclavos. De lo contrario, ¿cómo dedicarse a la política, a las cosas de la polis, de la comunidad, y no del hogar?

Hoy, desde la holgura de un mundo tecnológico en el que pulsando un botón desplazamos cien toneladas o calentamos la comida en apenas un minuto, nos es muy fácil escandalizarnos de aquellas prácticas "abominables". Pero, ¿qué pasaría si nos viéramos en su misma tesitura? ¿Conservaríamos nuestras intachables convicciones?

En cierta ocasión, aprovechándome de su inocencia y falta de doblez, hice la prueba con mis trenzados retoños. Les pregunté si, caso de trasladarse en una máquina del tiempo a la antigua Grecia, tendrían esclavos. Con una convicción absoluta me respondieron que de ninguna manera. Entonces les expliqué lo que eso supondría: tendrían que ir a lavar la ropa al río, buscar agua en la fuente, acudir al mercado casi a diario, fregar los suelos, cocinar, cortar leña, segar en el campo...

Ante dicho panorama recapitularon para acabar por dar una nueva respuesta: Sí, tendrían esclavos, pero los tratarían muy bien.

Entonces di una vuelta más de tuerca. ¿Pero si algún esclavo no quería hacer los cometidos que le mandaran? ¿Y si se negaba a obedecer? ¿Cómo harían?

La respuesta tardó en llegar. Tras unos segundos de cabilación la mayor dio con la respuesta: Bueno, le diría que si no me hace caso lo tendría que vender.

Así, desde la franqueza intelectual de quien se limita a ponerse en situación sin necesidad de impostar superioridad moral alguna, llegábamos a la comprensión plena de aquellas frase del Estagirita: "si las lanzaderas tejiesen solas y los plectros tocaran la cítara, ni los maestros necesitarían de ayudantes ni los amos de esclavos". Mas, ¡ay del día en que las lanzaderas no tejan solas!

Así que por la cuenta que le trae a nuestra buena conciencia: Señor, que no nos falte una fuente de electricidad cerca, o no sabemos de lo que somos capaces.






miércoles, 9 de octubre de 2019

Españoles, Franco no ha muerto.



Me hallo sumergido, cuando el tiempo y el sueño me lo permiten, en la lectura de Los orígenes del totalitarismo, conocida obra de Hannah Arendt. En la misma atiende fundamentalmente al análisis de los totalitarismos nazi y estalinista por entender que son las formas más acabadas de este fenómeno.

En el prólogo a la tercera parte, llamada Totalitarismo, hace un rápido bosquejo del proceso estalinista de toma absoluta del control de los países que quedaron bajo su área de influencia al acabar la segunda guerra mundial. Escribe así:

"La bolchevización de los satélites comenzó con las tácticas de tipo frente popular y con un falso sistema parlamentario, prosiguió rápidamente hacia el claro establecimiento de dictaduras de partido único,  en las que los jefes y los miembros de los partidos anteriormente tolerados fueron liquidados, y después alcanzó su última fase cuando los dirigentes comunistas nativos, de quienes Moscú, con razón o sin ella, desconfiaba, fueron brutalmente acusados, humillados en procesos espectaculares, torturados y muertos bajo la dirección de los más corrompidos y despreciables elementos del Partido, especialmente de quienes en un principio no eran comunistas, sino agentes de Moscú. Sucedió como si Moscú tratara de repetir a toda prisa las distintas fases de la Revolución de Octubre hasta la aparición de la dictadura totalitaria. Por eso toda la historia, aunque indeciblemente horrible, carece de gran interés por sí misma y ofrece escasas variaciones; lo que pasaba en un país satélite sucedía casi en el mismo momento en otros, desde el Báltico hasta el Adriático".

La estrategia de frentes populares, de fagocitación mediante la polarización política, de conmigo o contra mí, no era nueva. Sin ir más lejos España había sido campo de pruebas para la misma, desembocando en una guerra civil durante la cual los comunistas fueron ganando poder en detrimento de otros grupos revolucionarios como los anarquistas, los republicanos jacobinos o los socialistas (en aquel tiempo de signo netamente marxista); ya no digamos frente a figuras moderadas habitualmente perseguidas. Así, el líder socialista Julián Besteiro, que moriría en la cárcel acabada la guerra, afirmaba:

"La verdad real: estamos derrotados por nuestras propias culpas (claro que el hacer mías estas culpas es pura retórica). Estamos derrotados nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la aberración política más grande que han conocido quizás los siglos. La política internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado de fracaso interior, se ha convertido en un crimen monstruoso..."

La República había nacido bajo un signo de esperanza, prontamente quebrado por la demagogia y los extremismos de muchos de sus impulsores. Ya que hemos nombrado a Besteiro, podemos señalar que cuando se produjo el levantamiento revolucionario de 1934 la primera casa en ser tiroteada fue la suya.

Contra todo pronóstico inicial, la guerra resultó victoriosa para los sublevados, liderados por el general Franco. No sé si es necesario señalar que se cometieron excesos y brutalidades en ambos bandos. Lamentablemente es el sino del caballo rojo del Apocalipsis. La guerra desata los peores instintos del ser humano, aquí y en Sebastopol. Si no, véase por ejemplo el modo de actuar de las tropas alemanas con la población de los países ocupados, y luego la de los aliados (no sólo rusos, también norteamericanos, franceses e ingleses) cuando devolvieron la visita a Alemania. 

El caso es que Franco tenía una serie de referentes claros: el patriotismo castrense, el catolicismo, el anticomunismo, el monarquismo, y el rechazo al sistema de partidos. Aunque con algún altibajo, su régimen se fue liberalizando en casi todos los ámbitos (empresarial, libertades cívicas, prensa, académico, etcétera), pero en el campo político nunca permitió que se cruzara el Rubicón de la pluralidad de partidos políticos, a cuya mezquindad atribuía la debacle que había conducido a España a la guerra.

Serían los herederos del régimen quienes a su muerte dieran el paso de la apertura definitiva, en connivencia con gran parte de las fuerzas que habían ido emergiendo fuera y, a menudo en contra, de dicho régimen.

¿Pretendía el régimen de Franco una quiebra civil permanente, una división social ininterrumpida entre vencedores y vencidos? A mi entender la respuesta es no. Y este "no" se refleja no sólo en las leyes de amnistía que se fueron aprobando y en la progresiva incorporación general al quehacer del país, sino también en la orientación que acabó dándosele a uno de los grandes símbolos del Régimen: el Valle de los Caídos.

El Valle de los Caídos es un monumento singular. (Por cierto, levantado no mediante mano de obra esclava, como se presenta a menudo, sino mediante compensaciones penales y pecuniarias significativas). Singular no sólo en su arquitectura, sino sobre todo en sus enterramientos, y no hablo precisamente del de Franco.

Si uno viaja por Europa, a Francia, por ejemplo, encontrará que allí existen algunos cementerios de soldados alemanes caídos durante la segunda guerra mundial. Así el de La Cambe alberga más de 21.000 alemanes caídos durante la batalla de Normandía. A la entrada del mismo un cartel reza así:

"Hasta 1947, este era un cementerio estadounidense. Los restos fueron exhumados y trasladados a Estados Unidos. Es alemán desde 1948 y contiene unas 21 000 tumbas. Con la melancolía de rigor, es un cementerio para soldados, muchos de los cuales no habían elegido la causa por la que luchar. Ellos también han encontrado reposo en nuestro suelo de Francia".

Básicamente señala quiénes están enterrados en él, y aclara, esto es importante, que muchos de ellos luchaban allí a pesar suyo; vamos, que no eran tan malos.

Pues bien, si nos trasladamos al Valle de los Caídos resulta que allí están enterrados indistintamente caídos de los dos bandos, entremezclados, sin notas aclaratorias sobre quién era de "los buenos" y quién militaba en el bando equivocado. Allí sólo se rinde cuentas ante el Hacedor. He ahí su singularidad y el signo de que, con mayor o menor acierto, la intención al menos era reconciliatoria.



Insisto, esto no significa que Franco pretendiera que la II República, y menos el Frente Popular, fueran algo bueno, ni que renunciara a su propio pasado. Lo que sí significa, si se quiere entender, es que por encima de todo pretendía la reconciliación entre los españoles más allá de aquel conflicto, aunque ello fuera insuficiente para muchos de quienes no coincidían con sus postulados (algunos partícipes de su propio bando) e, incluso, lo habían combatido.

Es cierto que esto no fue entendido así no sólo por muchos antifranquistas, sino también por muchos de sus más inmovilistas seguidores que todavía hoy convierten el lugar en un centro de exaltación política.

Ahora un gobierno en funciones, mediante un decreto ley, es decir, el poder ejecutivo legislando para un caso particular por razones de "extraordinaria y urgente necesidad", según reza el texto (y eso que lleva allí enterrado más de 43 años), quiere sacar a Franco de su tumba y esconderlo en un panteón familiar. Claramente es una medida con fines mediáticos y propagandísticos, pero eso no es nuevo en el mundo de la política.

Lo que llama la atención es que, a la vez que lo reprueban, parezcan dar la razón a Franco es su suspicacia frente a los vicios del partidismo, reivindicando lo más revanchista de la II República mediante leyes orwellianas de Memoria Histórica, o empleando argucias legales para llevar a cabo un acto sectario que, a buen seguro, podría haberse gestionado de otro modo. De hecho parece ser que Franco no quería ser enterrado allí, sino en El Pardo, según expresó su mujer.

En fin, ya dice Ortega y Gasset en sus Meditaciones del Quijote que España es la tierra de los antepasados. "Por tanto, no nuestra, no libre propiedad de los españoles actuales. Los que antes pasaron siguen gobernándonos y forman una oligarquía de la muerte que nos oprime. «Sábelo -dice el criado en las Coéforas-, los muertos matan a los vivos» (...) el reaccionarismo radical no se caracteriza en última instancia por su amor a la modernidad, sino por la manera de tratar el pasado (...) la muerte del pasado es la vida (...) Esto es lo que no puede el reaccionario: tratar el pasado como un modo de vida. Lo arranca de la esfera de la vitalidad, y, bien muerto, lo sienta en el trono para que rija las almas".




lunes, 30 de septiembre de 2019

Un día en mis salsa (con la FUNDACIÓN LACUS)

Un año más tuve la dicha de ser invitado por la FUNDACIÓN LACUS ARAGÓN para actuar en la jornada que dedican a las familias. Bueno, en realidad quien acudió fue el Capitán Briján, aunque en esta ocasión acompañado por la Bella Pitita y algunos animales.




Pero como siempre, lo mejor del evento fue el público.



Por cierto, conocí a la Princesa Leia. Y con eso de que yo no era su padre, ni su hermano...



En fin, que lo pasamos genial, comimos y merendamos estupendamente y la fuerza nos acompañó en todo momento.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Un comprimido de toda la filosofía contemporánea

Siempre me ha podido el apetito abarcador. Ansío más de lo que puedo, de modo que nunca alcanzo lo que pretendo. A veces tengo la sensación de que mi vida está compuesta de bocetos.

Pues bien, aquí va uno de ellos. La compartimentación de la historia de la filosofía contemporánea en unos minutos. Pretencioso a más no poder y muy fatigoso, pero uno es como es y vale para lo que vale.


domingo, 15 de septiembre de 2019

Una carta vaticana perdida entre los papeles.




Poniendo orden entre montañas de papeles (más bien barajándolos) me he encontrado con una carta que no sabía había recibido. Me la envió la Secretaría de Estado del Vaticano en nombre del Papa para agradecerme el envío a Francisco de un ejemplar de Bresca, el guardia suizo.

Ya sé que forma parte del protocolo epistolar de la Santa Sede, pero a mí me hace ilusión como si no fuera así. A fin de cuentas a fuerza de ser un iluso me aventuré a escribir un libro como este.

sábado, 14 de septiembre de 2019

Tiempos modernos tomados con filosofía

Y abrimos el cajón de la edad moderna. Mucha filosofía a que poner en orden. Espero que os guste.


sábado, 7 de septiembre de 2019

Unos cajones para la Edad Media




Para no variar, echando decenas de horas de más de las que tenía previsto, he finalizado el tercer vídeo de la serie Cajones de Historia de la Filosofía.

Con estas cosas me muevo en la duda de si es tiempo invertido o tiempo perdido. Por sus frutos los conoceréis, dice la Biblia, pero si existen esos frutos no son visibles a mis ojos.

En fin, la suerte está echada. Que sea lo que tenga que ser. Yo ya he puesto lo mío, si es que hay algo que pueda llamar mío.

Con todos vosotros, la Edad Media en sus claves filosóficas básicas.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Del todo al uno




Había sido el máximo responsable del Departamento de Recursos Humanos de la cooperativa, cargo al que había renunciado tras enviudar, aunque siguió conservando un gran ascendente debido a su probada valía. 

Sobrio, discreto, en las conversaciones siempre escuchaba con la mirada fija en su interlocutor, pidiendo aclaraciones cuando era menester, si bien rara vez dejaba entrever su propia opinión.

Aquel día debí cogerlo con la guardia baja pues nunca hubiera imaginado oírle hablar como lo hizo. Sentados frente a frente en su despacho, comenzó a lamentarse de la situación en que estábamos.

El origen del problema residía en el director general, un fichaje traído para insuflar nuevos aires a la próspera compañía. El mismo había contratado a una carísima consultora para implantar un plan de liderazgo que iba a alcanzar a toda la plantilla. El objetivo era que del primero al último trabajador fueran líderes. La meta no era buscar mayor compromiso o colaboración, sino de alcanzar un auténtico liderazgo.

El caso es que dicho proyecto detraía enormes recursos a la compañía. Cuando estalló la crisis el director general decidió proseguir con el proyecto.

- Ahora pretende que todo el mundo sea líder. ¿Has visto tú alguna empresa en que todos sean líderes? Yo jamás. Antes no pensaba así, la verdad, pero la experiencia me ha demostrado que los líderes no van creando lidercitos a su alrededor. Al revés, un líder en su entorno no deja crecer la hierba, ¡ni un matojo!

Estaba realmente disgustado.

Al final hubo cambio de presidente y el recién llegado obligó a suprimir aquel costosísimo plan de liderazgo general. No fue más que un aviso, pues al poco prescindió también del director general que lo había impulsado.

Cuando veo organizaciones que pretenden funcionar netamente a base de asambleas, círculos, comités, soviets o similares afirmando carecer de líderes, recuerdo aquella conversación.

En todo grupo asambleario invariablemente surgen la purgas, codazos y defenestraciones. Líder es el que lidera, dirige, encabeza, y mientras no seamos un enjambre las agrupaciones humanas se organizarán a través de liderazgos singulares; lo cual no es bueno ni malo, sino un imperativo social. Así que no entiendo por qué tanta sorpresa cuando esto acaece una y otra vez.



domingo, 25 de agosto de 2019

La Edad Antigua en la filosofía




Nuevo vídeo de la serie Cajones de Historia de la Filosofía. En este caso, la Edad Antigua.

La verdad es que me ha comido muuuuchas más horas de las que tenía previsto.

¡Bienvenidos a bordo, polizones!

sábado, 24 de agosto de 2019

El comandante de la Guardia Suiza Pontificia me ha escrito.



En mi estancia veraniega en Roma acudí a la Puerta de Santa Ana con la intención de entregar un ejemplar de Bresca, el guardia suizo al comandante de la Guardia Suiza Pontificia.

Un alabardero y otro miembro del cuerpo (podría ser el vicecomandante) me explicaron que estaba de viaje. No obstante me dieron facilidades para dejarle el libro y una nota; así lo hice.

Ayer me llegó por correo electrónico la respuesta del comandante. Como diría aquel, me llena de orgullo y satisfacción.

Le gustaría verlo traducido al italiano y al alemán. Se admiten voluntarios.

Ya sólo falta la película. ¿Algún director disponible?


domingo, 18 de agosto de 2019

El Ikea de la filosofía




Preocupado por el nivel de desconocimiento de la Historia con que me he encontrado, me embarco en la publicación de cinco vídeos que ayuden a los estudiantes a comprender esta disciplina atendiendo a la historia de la filosofía.

Sé que es una gota en un océano, pero me parecía peor no hacer nada.

Ojalá a alguien le sirva.

miércoles, 14 de agosto de 2019

De lo que he visto este verano, lo mejor

Acabo de regresar del cine. Tengo claro que si la película que acabo de ver llevara el sello de Hollywood estaríamos oyendo hablar de ella hasta en la carta de ajuste. Sin embargo, es tiene una tara, es una producción hispano-argentina, de modo que para disfrutarla he tenido que ir al único cine de la ciudad que la proyecta.

Seis actores, seis. Ninguno falta y ninguno sobra. Cada uno en su papel, redondo. Unos diálogos cargados de algo a lo que estamos desacostumbrados: ingenio. Abundantes dosis de comedia, una pizca de tragedia y, al final, unas gotas bien administradas de humor negro.

Advierto que me suelen echar para atrás las películas de actores mayores que interpretan a señores mayores nostálgicos recreándose en el ocaso de la vida. Pero esta es otra cosa; de hecho, ni por un momento me he acordado de esta fobia mía.

Sobre el argumento, mejor no contar nada. Aquí la ingenuidad es un grado.


Por cierto, no he dicho el título de la película... El cuento de las comadrejas. No se la pierdan, por favor.

(Un secreto: Marcos Munstock hace de sí mismo formidablemente. Hasta sus diálogos parecen sacados de Les Luthiers. ¡Grande!)


domingo, 11 de agosto de 2019

Entrevista de ida y vuelta con MARTE 19

Gracias a Enric, del canal ADICTOS A LA FILOSOFÍA, he tenido la oportunidad de hacer una serie de preguntas a Luis, del canal MARTE 19 y también de contestarlas.

Os dejo aquí los enlaces en la confianza de que os puedan interesar.

Preguntas a Luis (Marte 19):






Preguntas para un servidor:


martes, 6 de agosto de 2019

Cuando se cierra el telón



"El último acto es sangriento por bella que sea la comedia en todos los demás".

Blaise Pascal

sábado, 3 de agosto de 2019

Entrevista a Darin McNabb (La fonda filosófica)



Entrevista a Darin McNabb; todo un referente en la divulgación filosófica por internet desde una óptica académica. Más de 120.000 suscriptores corroboran el éxito de su labor.

domingo, 28 de julio de 2019

¿Valores? ¡Valor!

Después del posado de Ana Obregón, lo más esperado para el verano: ¡el vídeo de Polizón y Náufrago!

Helo aquí:


martes, 23 de julio de 2019

Comedia de toda la vida

Me da rabia cuando un humorista que ha mostrado algún talento cae en el "caca, culo, pedo, pis" para arrancar un aplauso fácil. Luego leo a Aristófanes, me río, y me digo: el humor (a veces) también es eso.

En la comedia "Las Nubes" un discípulo de Sócrates explica a Estrepsíades las habilidades sapienciales de su maestro.

DISCÍPULO. Le preguntaba Querofonte de Esfeto si, en su opinión, los mosquitos cantan por la boca o por el culo.

ESTREPSÍADES. ¿Y qué le dijo él sobre el mosquito?

DISCÍPULO. Decía que el intestino del mosquito es estrecho, y que por ser un conducto delgado el aire pasa por él con fuerza directamente hasta el culo. Después, como el ano resulta ser un espacio hueco junto a un conducto estrecho, hace ruido por fuerza del aire.

ESTREPSÍADES. Así que el ano de los mosquitos es una trompeta. ¡Tres vivas por esta investigación intestinal!


miércoles, 17 de julio de 2019

El obispo apóstata




En “El gran divorcio” C.S. Lewis describe cómo un grupo de personas logra salir provisionalmente del infierno, donde todo es soledad y egoísmo, en un autobús que les deja a las puertas del cielo. Son seres fantasmales, casi inexistentes, aunque encerrados en sí mismos no son capaces de darse cuenta de su condición. Pero tienen una última oportunidad de salvarse y hacer que aquel infierno del que han momentáneamente asomado sea un purgatorio que dejar atrás. Uno de los viajeros es un obispo que se reencuentra con un sacerdote al que conoció en vida y que ha salido a su encuentro en el cielo para tratar de despertar su arrepentimiento y deseo de conversión, de modo que pueda acceder a la presencia de Dios. Pero el obispo no deja de hacer disquisiciones teológicas que se pierden en sí mismas sin cambiar de actitud. Entre otras, se cruzan las siguientes frases (comienza el obispo):


—Bueno, ahora es obvio, verdad, que no tenías toda la razón. ¡Pero, querido muchacho, si habías llegado a creer en la existencia literal de un cielo y un infierno!

—¿Pero no es así?

—Oh, en sentido espiritual, sin duda. Todavía creo, así, en eso. Sigo buscando el reino, mi querido niño. Pero nada supersticioso ni mitológico...

—Perdón. ¿Dónde cree que ha estado?

—Ah, ya veo. Me estás diciendo que la ciudad gris con esa constante esperanza de la mañana (debemos vivir según la esperanza, ¿verdad?), con su campo para el progreso indefinido, es, en cierto sentido, el cielo, si sólo tuviéramos ojos para verlo. Es una hermosa idea.

—No quise decir eso; de ningún modo. ¿Es posible que no sepa dónde ha estado?

—Ahora que lo dices, creo que nunca le dimos un nombre. ¿Cómo la llamas?

—La llamamos infierno.

—No hace falta ser agresivo, muchacho. Puede que no sea muy ortodoxo, en el sentido que das a la palabra, pero me parece que, verdaderamente, estos asuntos se deben exponer con sencillez, seriedad y reverencia.

—¿Hablar reverentemente del infierno? Dije exactamente lo que dije. Usted ha estado en el infierno. Aunque, si no desea regresar, lo puede llamar purgatorio.

—Continúa, querido muchacho, continúa. Esto parece tan de ti. Sin duda me podrás decir por qué, según tú, me enviaron allí. No estoy molesto.

—¿Pero acaso no lo sabe? Lo enviaron allí porque es usted un apóstata.

—¿Hablas en serio, Dick?

—Completamente.

—Esto es peor de lo que creía. ¿Crees, de verdad, que se castiga a la gente por sus opiniones más honestas? Suponiendo, claro, para seguir la conversación, que esas opiniones fueran erróneas.

—¿Acaso no cree usted que hay pecados de la inteligencia?

—Por cierto que sí, Dick. Hay los prejuicios más cerrados, la deshonestidad intelectual, la pusilanimidad, el inmovilismo. Pero las opiniones honestas, que se siguen sin miedo... no son pecado.

—Ya sé que solíamos conversar así. Lo hice hasta el final, cuando me convertí en caso ejemplar de lo que usted llamaría estrechez mental. Y todo depende de lo que llamemos opiniones honestas.

—Las mías lo eran, evidentemente. No sólo eran honestas, sino heroicas. Las afirmé sin miedo. Cuando la doctrina de la Resurrección dejó de satisfacer las facultades críticas con que Dios me dotó, la rechacé abiertamente. Prediqué mi famoso sermón. Desafié a toda la facultad. Corrí todos los riesgos.

—¿Qué riesgos? ¿Qué otra cosa podía resultar de todo ello aparte de lo que efectivamente resultó..., popularidad, ventas para sus libros, invitaciones, un obispado finalmente?

Dick, esto no es digno de ti. ¿Qué estás insinuando?

—Amigo mío, no estoy insinuando nada. Vea usted, ahora sé. Seamos francos. Nuestras opiniones no fueron tan honestas. Nos encontramos, sencillamente, en contacto con una determinada corriente de ideas y nos sumergimos en ella porque nos pareció moderna y exitosa. En la universidad empezamos a escribir automáticamente el tipo de ensayos que servían para obtener buenas calificaciones, diciendo el tipo de cosas que merecerían aplausos. Me parece que nunca, en toda la vida, enfrentamos honestamente, en soledad, la única pregunta en torno a la cual gira todo: ¿ocurre, al cabo, lo sobrenatual? ¿Resistimos alguna vez, realmente, la pérdida de nuestra fe?


El diálogo, que no tiene desperdicio, continúa. Mientras el sacerdote, que brilla intensamente, trata de convencer al vaporoso obispo de su necesidad de conversión, éste sigue jugando con las ideas hasta lanzar una larga perorata con la que concluye el diálogo. Entones el obispo regresa al vehículo del abismo despidiéndose:

“El fantasma saludó con la cabeza y sonrió al espíritu con su sonrisa clerical más brillante —o con la mejor aproximación que sus insustanciales labios podían controlar— y se volvió, entonando para sí mismo "Ciudad de Dios, qué grande y distante".”




sábado, 6 de julio de 2019

Una perspectiva de Villa Borghese

Fotografías de mi pequeña reportera tomadas en Villa Borghese un tórrido mediodía de verano.