martes, 27 de julio de 2010
En vacaciones, déjate sorprender
lunes, 26 de julio de 2010
Coherencia o la difícil armonía entre decir y hacer
Una de las cosas más difíciles de esta vida es ser coherente, o al menos a mí me lo parece. Cuando el toro está lejos, tenemos muy claro cómo hay que lidiarlo. Pero ¡ay amigo!, en cuanto se acerca, nuestros esquemas se tambalean.
Por eso nuestras convicciones tienen que pasar el duro test de la realidad. Las máximas hiperbólicas de nada sirven si luego son inaplicables.
Hay un viejo chiste que cuenta cómo un hombre se fue a afiliar al Partido Comunista. El encargado de rellenar las solicitudes comenzó a formularle una serie de preguntas:
- Camarada, si te tocara la lotería, ¿qué harías?
- Le daría el dinero al Partido.
- Muy bien. Y si tuvieras un barco.
- Se lo daría al Partido.
- Estupendamente. ¿Y si tuvieras un tractor?
- ¡Para ahí!, que el tractor ya lo tengo.
Ciertamente, tendemos a exigir a los demás que se comporten según ciertos principios que nos parecen válidos. Pero cuando los mismos se convierten en una exigencia para nosotros, la cantidad de justificaciones para incumplirlos se multiplica hasta el infinito.
Un monje se pasaba la vida insistiendo en que la fe lo era todo. En cierta ocasión fue a coger agua al pozo del monasterio. Tanto se inclinó para agarrar el cubo, que perdió el equilibrio y se precipitó para adentro. Por fortuna, durante la caída consiguió agarrarse a un manojo de hierbas que asomaba en la pared del pozo. El religioso, mirando aterrorizado para la boca del pozo, gritó:
- ¡Auxilio! ¿Hay alguien ahí arriba?
En ese instante las nubes del cielo se abrieron y una potente voz se dejó escuchar.
- No temas. Suéltate y déjate caer, que yo te cogeré.
El fraile tras un segundo de cabilación, gritó:
- ¿Y hay alguien más?
domingo, 25 de julio de 2010
Importante aviso de peligro
jueves, 22 de julio de 2010
Para ser conductor de primera, de primera, de primera...
miércoles, 21 de julio de 2010
Carta a Friedrich
Querido Friedrich:
Las cosas no han resultado como nos anunciaste. Algo ha salido mal. Tras los leones no vinieron los niños, sino las hienas y los chacales, siguiendo el hedor de la sangre. No hay inocencia, sólo indiferencia y muerte.
Los dioses fueron barridos de los cielos; pero los buitres han ocupado su lugar. Ahora describen círculos escrutando cada rincón en busca del menor atisbo de vida.
Cumplimos fielmente tus normas: “los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se los debe ayudar a perecer”. Mas en vez de erradicar la debilidad, esta se ha expandido como una plaga sobre un mar de cadáveres. El más pequeño soplo resquebraja a los hombres, que temblorosos y confusos, huyen en desbandada, como un rebaño de ovejas asustadas.
¿No deberían reinar los señores, los amos de la vida? ¿Por qué entonces se proscribe a los arrojados y se ensalza la locura y el suicidio?
Friedrich, ¿qué ha fallado? Cumplimos tus mandatos y en lugar de alcanzar cumbres nos hallados sumidos en abismos.
¿Acaso no enterramos a Dios bajo enormes losas de desprecio y soberbia? ¿Es que no nos entregamos a nuestros instintos y desterramos cualquier referencia moral? ¿No sostuvimos que la voluntad había devorado a la verdad? ¿Por qué proclamamos la vida y sólo alumbramos muerte?
Friedrich, las cosas no han resultado como nos anunciaste.
martes, 20 de julio de 2010
Cargado de pinceles "por montes y riberas"
Una tierra ignorada de horizontes abiertos, de luz y de silencio está siendo exterminada sin que nadie haya cantado su belleza ni vaya a llorar su pérdida...
Debemos defender la creación no sólo con vistas a nuestras necesidades sino por ella misma, como un mensaje del Creador, como un don de belleza que es promesa y esperanza.
lunes, 19 de julio de 2010
Amigo caracol
domingo, 18 de julio de 2010
¿Un presidente gótico?
jueves, 15 de julio de 2010
¿Quién pilota la nave?
Polonia se vio conmocionada ayer por su mayor tragedia desde la II Guerra Mundial. El avión Tupolev 154 en el que viajaba el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, se estrelló en la ciudad rusa de Smolensk después de haber intentado aterrizar tres veces en medio de una intensa niebla. Desde la torre de control se le advirtió que debía desistir y tomar tierra en el aeropuerto bielorruso de Minsk. Pero el piloto decidió probar suerte por cuarta vez a las 10.58, dos horas menos en la España peninsular. Fallecieron los 97 ocupantes del aparato.Así rezaba el comienzo del artículo en el que el diario El País informaba del trágico accidente acaecido el 10 de abril de este año. En el mismo murieron varias de las principales autoridades polacas que acudían a participar en un acto de recuerdo a las víctimas de la matanza de Katyn en la II Guerra Mundial.
Ahora se ha sabido gracias a la caja negra del avión, que el piloto, antes de tomar tierra, afirmó: “Si no aterrizo, me mata”. Según algunos rumores de los que la prensa se ha hecho eco, ya en otro viaje el presidente polaco habría obligado al piloto a aterrizar en condiciones metereológicas adversas.
Hablando de otra cuestión, Julián Marías escribía:
El servicio que el piloto tiene que presentar a sus pasajeros no es ciertamente llevar el avión por la ruta y a la altura que ellos propongan.
El papel del piloto es pilotar bien la nave y llevarla a buen puerto, no convocar consultas para que los viajeros tomen las decisiones. De hecho, si se mete en ese fregado, pone en riesgo lo más importante que está en sus manos: la seguridad del pasaje.
El caso del avión polaco resulta casi arquetípico. "El político" da por hecho que sus intereses son prioritarios, e indica al piloto qué debe hacer; el final no puede ser más calamitoso.
Lo triste es que eso sucede en todos los órdenes de la vida. Gran parte de nuestros políticos se empeñan en regular cómo se deben pilotar todas las naves. No se contentan con gobernar bien o mal la propia, sino que desean mandar sobre las demás. Y así consiguen poner en peligro a las personas implicadas en esos “vuelos”. Querrán decir a los médicos cómo hacer su trabajo; o a los farmacéuticos; o a los maestros; o a los jueces; o a los historiadores; o a los esposos de qué modo deben llevar su matrimonio o educar a sus hijos ...
Para muestra, un botón: Estamos asistiendo a un proceso de fusiones de cajas de ahorros sin precedentes en nuestra historia. Hay fusiones a dos, a tres, a cuatro, a siete bandas. Casi todas con financiación del FROP, aunque se sospeche que habrá quien no podrá devolver dichas ayudas. Todos los economistas saben que, en el fondo, son quiebras encubiertas; un modo de evitar el pánico de los ahorradores que conduciría a la quiebra general del sistema.
Pues bien, resulta que en gran medida el origen de este desastre está la injerencia permanente del poder político en las cajas de ahorro, hasta el punto de que los propios partidos políticos causantes del desaguisado han tenido que acordar una reforma de la ley de cajas que restrinja su presencia e influencia. Aunque no la hacen desaparecer, ¡buenos son ellos!
Hay cajas que se han metido en inversiones faraónicas y disparatadas para contentar al partido en el poder y favorecer a sus amigos políticos, ignorando los intereses de los pequeños ahorradores que habían depositado en ellos su confianza. Entidades que han respaldado a promotores de vivienda sospechosos de corrupción. Cajas que han dado préstamos multimillonarios a partidos políticos, para luego condonar dicha deuda, mientras miraban con lupa las operaciones de financiación a trabajadores o pequeñas empresas. Los casos se multiplican por doquier, y algunos alcanzan cifras escandalosas.
Pero los políticos (alguna "honrosa excepción" habrá) no escarmientan, y siguen dando instrucciones a los pilotos de la sanidad, de la justicia, de la educación. Ignoran cualquier recomendación sensata, y se limitan a buscar el refrendo de sus incondicionales. Al final el precio a pagar siempre es el mismo: la colisión.
miércoles, 14 de julio de 2010
Los "mantras" del amor
martes, 13 de julio de 2010
Un oráculo con tentáculo
A lo que iba, el caso es que los oráculos no son algo nuevo. No me resisto a transcribir unos párrafos del libro Empresarios y Samuráis en los que se habla precisamente de un hecho que acaeció a Sócrates y que tiene relación con un oráculo. Este acontecimiento aparentemente simple, condicionaría la historia del pensamiento occidental:
En una ocasión Querofonte, amigo de Sócrates (470-399 a.C.), acudió al templo de Apolo en Delfos. Allí había una pitonisa de la que se servía el dios para comunicarse con los humanos. El caso es que Querofonte le preguntó si había en el mundo alguien más sabio que Sócrates. El oráculo, en trance, le respondió que no. A su
vuelta a Atenas Querofonte comunicó al maestro lo sucedido.
Sócrates, perplejo ante aquella revelación, estuvo tiempo dándole vueltas. Era perfectamente consciente de que desconocía infinidad de cosas. Sabía que no era sabio “ni en lo importante, ni en lo insignificante”. Entonces, ¿por qué razón Apolo había afirmado una cosa así? Un dios no puede mentir, pero su respuesta parecía no corresponderse con la realidad. Sócrates se propuso encontrar a alguien más sabio que él para corroborar sus dudas. Comenzó a preguntar a políticos, poetas y artesanos. Pero estos le defraudan pues aun cuando ni él ni ellos sabían “nada noble y bueno”, los otros afirmaban conocerlo. Ciertamente, eran expertos en cuestiones técnicas de su especialidad, pero precisamente por ello caían en el error de creer que ya lo sabían todo.Fue entonces cuando Sócrates reparó en porqué era el más sabio. Él, siendo ignorante, al menos era capaz de darse cuenta, cosa que no hacían los demás, puesto que ensoberbecidos por sus estrechos conocimientos, creían conocer lo que en realidad ignoraban. De aquí surge su famosa frase: “sólo sé, que no sé nada”.
Es por esto que la didáctica de Sócrates comenzará por demostrar a sus interlocutores que son más ignorantes de lo que creen. Sólo liberándolos de sus ataduras y prejuicios tendrán la disposición de ánimo necesaria para abrirse a nuevos conocimientos.
lunes, 12 de julio de 2010
¡Bien por Chile!
La Cámara de Diputados de Chile acuerda expresar su solidaridad a todas las organizaciones mundiales que luchan contra el aborto, en particular a la ONG española Derecho a Vivir, que ve con horror cómo en España se ha perfeccionado el asesinato más reprochable en contra de un ser indefenso, cual es el cometido en el aborto, cuyas víctimas -por su desamparo legal- no podrán recurrir a los tribunales internacionales reclamando por el derecho humano más básico que no es otro que el derecho a la vida.
El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la
persona.
La ley protege la vida del que está por nacer...
domingo, 11 de julio de 2010
Evasión o victoria
jueves, 8 de julio de 2010
¿Por qué no me interesan las entrevistas a políticos?
Por sistema evito leer la mayor parte de las entrevistas que realizan a políticos. No me interesan por su predecibilidad; porque jamás se salen ni un milímetro del guión, y cuando lo hacen, suena a impostura, a buen rollito, a colegueo barato.
Tienen respuesta para todo. Parecen desconocer la perplejidad que a todos los hombres nos acompaña. ¿Para qué existirá la ciencia y la filosofía si todo está tan claro?
Como lo saben todo, dan lecciones a todos. Nunca yerran, y si alguna vez reconocen cometer errores es a condición de no aludir a ningún hecho concreto, enunciarán un genérico y magnánimo “también yo me equivoco”.
La realidad, según ellos, es blanca o negra. Si se les pilla en una tropelía, automáticamente se convertirán en acusadores del partido contrario, tratando de envolvernos en la falacia de que todos pertenecemos a algún partido y, por tanto, estamos contaminados por sus desmanes.
Cuando visitan a un enfermo, o dan un euro, o colaboran en alguna actividad “solidaria”, se rodean de flashes y micrófonos, para que quede constancia de su gesto fugaz e interesado. Darán dos palmaditas a quienes se la juegan día a día, y ya no se les verá el plumero por aquel lugar.
A mí me resulta interesante la gente que sabe decir “no lo sé”, “perdóname”, “tienes razón, yo estaba equivocado”, “desconozco sobre este tema, así que lo más prudente es que no diga nada al respecto”, “yo tampoco lo entiendo”, "me has convencido". Me gusta estar con personas que se forman en una materia y dedican un tiempo a escuchar y pensar por sí mismas.
En definitiva, me gusta la gente sincera, no que finge sinceridad. Me gusta la gente curiosa y formada, no sabelotodo. Me gusta la gente humilde, no vanidosa ni sectaria. Me gustan las personas, no los secuaces. Por eso me interesan tan poco la mayor parte de los políticos al uso.
miércoles, 7 de julio de 2010
Rebelión en la granja... toledana
Rebelión en la Granja fue publicada por vez primera en agosto de 1945, recién acabada la segunda guerra mundial. En dicha obra George Orwell (1903-1950) hacía una crítica al régimen de terror instaurado por Stalin, pero al presentarla en forma de fábula, la misma quedaba revestida un carácter universal que la hace válida para cualquier forma de totalitarismo.
El libro narra la insurrección de los animales de una granja, que consiguen expulsar a los granjeros e instaurar un sistema igualitario. Sin embargo los cerdos, con Napoleón a la cabeza, se van haciendo con el control de la situación, hasta instaurar una férrea tiranía.
Orwell tuvo serias dificultades para que su obra fuera publicada. La Unión Soviética estaba aliada con Gran Bretaña y gozaba de buena prensa entre la intelectualidad británica.
En 1971 fue hallado un prólogo que finalmente no había sido incorporado al libro y se daba por perdido. En el mismo, Orwell denuncia la complicidad de los intelectuales británicos con la dictadura estalinista, los acusa de hacerse eco de las mentiras que se propalaban desde el poder soviético y de silenciar aquellos hechos que no se adecuaban a la política de Stalin. Y pone un ejemplo:
La BBC celebró el XXV aniversario del Ejército Rojo sin citar para nada a Trotsky, lo cual fue algo así como conmemorar la batalla de Trafalgar sin hablar de Nelson. Y, sin embargo, el hecho no provocó la más mínima protesta por parte de nuestros intelectuales.
Traigo a colación este episodio porque el próximo 19 de julio el Príncipe Felipe va a inaugurar el nuevo Museo del Ejército en el Alcázar de Toledo, que incorpora las exposiciones que hasta ahora se ubicaban en el museo madrileño. Y viene a resultar que en la nueva muestra se ha eliminado escrupulosamente cualquier referencia al sitio que el propio Alcázar sufrió durante la guerra civil española. Episodio que, por encima de cualquier componente ideológico o político, es estudiado en diversas universidades del mundo y forma parte de nuestro patrimonio histórico.
También ha sido suprimida de la muestra la parte referida a la División Azul, que hasta la fecha contaba con una sección en el museo madrileño. Cinco mil divisionarios dejaron la vida en el frente Ruso, y casi 9000 resultaron heridos. A ello hay que añadir aquellos que acabaron en campos de concentración rusos durante más de una década.
En el fondo, son mecanismos totalitarios que pueden perfectamente incardinarse en una democracia adulterándola. Allá donde alguien quiere imponer su criterio sin tener en cuenta a los demás, manipula la realidad para obligar a sus víctimas a ver el mundo según su criterio y a obrar según sus propósitos.
Aquí se ve claro que el principio evangélico según el cual la verdad nos hace libres, tiene su reverso siniestro: la mentira nos somete.
martes, 6 de julio de 2010
La carga
lunes, 5 de julio de 2010
Dos españoles únicos
Este año 2005 se han producido dos efemérides de especial significación: el cincuentenario de la muerte de José Ortega y Gasset, y los veinticinco años del fallecimiento de Félix Rodríguez de la Fuente. La España actual sería incomprensible sin estas dos figuras que nos han dejado una fecunda impronta en sus respectivos ámbitos de actuación, la filosofía y la biología en su más amplio sentido.
Ambos personajes comparten una serie de cualidades que les han permitido llevar a cabo una labor de plenificación en sus áreas de conocimiento que no han tenido parangón en la época contemporánea. ¿Qué cualidades son esas?
Para empezar el entusiasmo por la realidad. Los dos sienten que el mundo es valioso en sí mismo, atractivo, hermoso, amable, digno de ser descubierto y comprendido. Uno se queda extasiado ante la hermosura de una idea iluminadora o frente a los trazos de un cuadro de Velázquez, el otro observa paciente al abejaruco alimentando su ruidosa nidada o al lince ibérico avanzando agazapado hacia su presa.
También comparten un espíritu generoso que les lleva a querer comunicar esos hallazgos, no los acaparan o los reservan para unos pocos “iniciados”. Quieren que el mundo participe de esas inestimables riquezas que ellos van poseyendo. Por eso buscan los medios de darlas a conocer, de enriquecer al mayor número. Pero para llegar a mucha gente deben poner a su alcance conceptos que no siempre son asequibles, por eso tienen que crear un lenguaje que, partiendo del uso común, sea capaz de alumbrar con nuevas reverberaciones las realidades metafísicas o naturales con que se encuentran. De ahí que su tarea fructificadora comience por la del propio idioma. Sabiduría y divulgación son sus estandartes.
Siempre me ha llamado la atención la afirmación de Ortega en La deshumanización del arte según la cual cada época histórica mantiene en todas sus manifestaciones una “sorprendente y misteriosa” solidaridad consigo misma. Pintores, músicos, escritores... todos manifiestan los mismos valores estéticos. A este hecho no son ajenas las dimensiones humanas no artísticas, como puedan ser la filosofía o la biología.
Según Julián Marías la época en la que vivimos comienza con la generación del 98. De su simiente recogemos nuestras cosechas. Nuevos aires oxigenan Europa pero esta vez España decide darse por enterada a tiempo e inicia una de sus épocas más esplendorosas.
En filosofía Husserl (1859-1938) abre una nueva página del conocimiento gracias a su fenomenología. Cuando la madre de las ciencias parecía languidecer bajo las brumas del positivismo y del psicologismo, el pensador austriaco la rescató para abrir sus puertas a nuevas realidades. Había que superar el idealismo que había esterilizando el pensamiento filosófico, había que contemplar cada cosa en su propio ámbito, en su propia realidad, de modo que fuera de veras comprendida. Husserl todavía recelaba de la metafísica, por lo que propone un método que sea exclusivamente descriptivo.
Las ideas de Ortega podían ser leídas y, lo que es más importante, comprendidas por cualquier lector español. Desde las páginas de El Sol o Crisol cualquier ciudadano podía acceder a quehacer filosófico del gran maestro, y así descubrir que el mundo debía ser mirado con nuevos ojos; que no me puedo comprender aislado de mi circunstancia, ya que ella es una parte constitutiva mía; que la realidad humana es narrativa, histórica, dramática.
Pero, ¿qué pasaba en el campo de las ciencias naturales, de la biología? Lo que sucedía es que otro ilustre austriaco, Konrad Lorenz (1904-1989), iba a dar un giro en el modo de comprender el mundo animal empleando como herramienta de trabajo la observación en el medio natural. Su carácter principalmente descriptivo, sería criticado por muchos de los biólogos del momento que entendían que toda investigación debería realizarse en condiciones de laboratorio. Lorenz pone en marcha la “etología” entendida como la ciencia que estudia el comportamiento animal.
Heredero en gran medida de los planteamientos del padre de la etología, Félix Rodríguez de la Fuente iba a ser ante todo un “observador de campo”, o, lo que más tarde se llamó, un naturalista.
En España unos pocos naturalistas dedicaban sus esfuerzos a conocer y proteger nuestro patrimonio natural, pero eran, en el mejor de los casos, raras avis. Félix consiguió, en relativamente pocos años, que un país en el que las leyes defendían lo que se llamaba la “extinción de las alimañas y los animales dañinos” se elaborasen normativas que defendiesen a nuestras especies salvajes, como el lobo o el halcón peregrino. Leyes pioneras en Europa, hay que decir, pues países con mayor tradición proteccionista como Alemania, Gran Bretaña o Francia irían a la zaga de España. Pero ese logro pasó por introducir en los hogares españoles las vidas y costumbres de los más diversos especímenes, así pudimos contemplar la nutria nadando gracilmente por las aguas de un río en busca de pescado o al águila real arrancando de un peñasco a una joven cabra ibérica.
España no es la misma desde que Ortega y Gasset o Félix Rodríguez se sumergieron en sus intensas vocaciones con un grado de autenticidad envidiable. Hagamos fructificar su legado y seamos cada día un poco más sabios y un poco más respetuosos con nuestro medio ambiente.
domingo, 4 de julio de 2010
Dios, historia... nada
Sin entrar en la polémica desatada con este Cisma, el hecho es que los Papas de Aviñón previos al Cisma son sucesores indiscutibles de Pedro, como lo son León XIII, Juan XXIII o Benedicto XVI.
Dado que durante casi todo el siglo XIV Aviñón fue la residencia pontificia, allí se fue levantando la "segunda Roma", atrayendo a los mejores artistas, arquitectos, científicos... de Europa. Benedicto XII (1334-1342) comenzó la construcción del sin igual Palacio de lo Papas (hoy día Patrimonio de la Humanidad), que sería la sede de Clemente VI (1342-1352), Inocencio VI (1352-1362), Urbano V (1362-1370) y Gregorio XI (1370-1378) hasta la marcha de este último a Roma.
Durante la Revolución Francesa, Aviñón y Venaissin, que eran territorios papales, fueron anexionados por Francia, e inaugurando una práctica que se repetiría indefectiblemente en los procesos revolucionarios posteriores, los revolucionarios se dedicaron a saquear y profanar los edificios religiosos. Así, las tumbas de los Papas aviñoneses serían decapitadas. (Lamentablemente las decapitaciones no se limitaron a las estatuas de piedra).
Ahora Miquel Barceló presenta una exposición en el mismísimo Palacio de los Papas que pretende rememorar la que Picasso realizara en ese mismo lugar en 1970. Entre las obras expuestas por el artista mallorquín se encuentran una serie de máscaras de mounstruos que sustituyen a las cabezas decapitadas de los Papas.
jueves, 1 de julio de 2010
Ella
Cuando llevábamos dos años casados ella entró en nuestras vidas. Hasta entonces mi mujer y yo habíamos vivido solos y nos parecía que no nos faltaba nada, nos teníamos el uno al otro y eso era suficiente. Pero ella lo cambió todo, se instaló en nuestro hogar y desde bien temprano comprendimos que nada volvería a ser igual.
Yo estaba deseando regresar del trabajo para verla, necesitaba estar con ella, mirarla, atender a lo que decía, me abría tantos horizontes insospechados. Si por cualquier razón me faltaba me invadía un profundo desasosiego que sólo ella podía calmar.
Es cierto que hizo mella en nuestro matrimonio pero, qué quieren que les diga, uno no es de piedra. A menudo sucedía que mi mujer me quería contar algo y yo le mandaba callar porque prefería atenderla a ella.
Sí, ella era la primera. Aunque soltase la más infame ordinariez eso me daba igual. Lo que a otro jamás le hubiera consentido decir en mi casa a ella se lo permitía sin problemas, y es que era el centro del hogar, nuestras vidas giraban en torno a ella.
Cuando nacieron las niñas la encontraron ya conviviendo con nosotros, pronto se convirtió en una segunda madre (y para no pocas cosas en la primera). Si con su madre natural eran capaces de reñir y discutir, con ella jamás lo hicieron, nunca cuestionaron nada de lo que les decía, todo lo que de ella venía les parecía maravilloso.
Un día mi mujer se disgustó especialmente; comentó que estaba harta; en nuestro hogar ya nadie hablaba, sólo nuestra inquilina podía hacerlo y era a la única a la que se atendía. Así que nos dio un ultimátum: la “intrusa” (así la llamó) debía salir de casa antes del fin de semana. Con gran dolor de corazón nos tuvimos que despedir de quien hasta entonces había sido la protagonista de nuestra existencia. Fue como si nos arrancaran las entrañas. Durante los siguientes diez días la tensión familiar se acrecentó, luego, poco a poco, las aguas volvieron a su curso. La charla reapareció en las comidas, volvimos a compartir experiencias y anhelos, y las risas y ocurrencias aparecieron donde antes sólo había mutismo. Las niñas llenaron su tiempo de ocio con juegos e incluso mejoraron sus calificaciones. Yo retomé la lectura y el deporte y empecé a frecuentar viejas amistades. ¡Qué decir de mi mujer!, la felicidad renació en su rostro, volvíamos a ser una familia.
¿Qué quién era ella? Bueno, en la caja en que llegó creo que decía que se trataba de una Thomson de treinta pulgadas, aunque tampoco estoy muy seguro. Sólo les pido una cosa, si la ven por ahí no la traigan a mi casa, vivimos mucho mejor sin ella.