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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

miércoles, 9 de julio de 2025

Kant al alcance de los niños

 Me he lanzado a una miniseria (¿dos? ¿tres vídeos?) para intentar explicar a Kant de forma que se pueda entender.


No sé si lo conseguiré, pero de momento ahí va el primer vídeo.




domingo, 29 de junio de 2025

¿Salida? Siga el desagüe




Occidente sigue entusiasmo en su autoextinción. La castracción autoinfligida; las voces de alarma ahogadas en nombre de la libertad; la carne picada como derecho; las fábricas de ansiolíticos multiplicando la producción mientras colgamos la foto del último postre en nuestra red social.


La verdad no vende. Cerrado por jubilación.



martes, 24 de junio de 2025

"El loco de Dios en el fin del mundo" de Javier Cercas

 Si Cristo no resucitó vana es nuestra fe. Así de claro se muestra San Pablo y así de claro se muestra Javier Cercas en su libro El loco de Dios en el fin del mundo. De esa obra va el presente vídeo de Polizón y Náufrago.




sábado, 14 de junio de 2025

"Filosofía breve de la vida" de Higinio Marín

 "Cuando menos lo esperas salta la liebre". Así reza un dicho popular.


Igual pasa aquí: cuando no esperas ningun vídeo aparece uno nuevo.


Recomendación lectora para este verano: Filosofía breve de la vida, de Higinio Marín.


¡Adentro vídeo!




viernes, 13 de junio de 2025

El soborno rechazado

 Eran principios de los noventa. Los escándalos de corrupción se sucedían imparables convirtiéndose en paisaje informativo.


El partido en el gobierno había desembarcado casi desde el principio en las instituciones y procuraba extender su poder desbordando los límites del Estado.


Por entonces había un programa radiofónico de bromas telefónicas que yo escuchaba disfrutando de la malicia ingeniosa de su fabulador. El día al que me voy a referir se iba a celebrar en enésimo "partido del siglo" entre el Real Madrid y el Barça. La expectación era máxima y la demanda de entradas colosal. Entonces se produjo "el acontecimiento". El bromista radiofónico telefoneó a uno de los hombres que atendía las taquillas del Bernabéu; el empleado tenía voz de hombre maduro, recio. El locutor oculto habló de buen rollo y le dijo que necesitaba un par de entradas sin hacer cola y que, lógicamente le gratificaría generosamente por su ayuda. El empleado se indignó y cuanto más le ofrecían más crecía su enojo hasta que mandó al sobornador a hacer gárgaras y le colgó.


No pude dejar de pensar en el mísero sueldo que cobraba aquel hombre en comparación con los cuantiosos emonumentos que percibía la pandilla de corruptos que campaba a sus anchas por las instituciones. Me alegré, naturalmente, y pensé que con gente así hay esperanza; y al menos hay un espejo en el que tratar de mirarse.

martes, 10 de junio de 2025

El desconsuelo

 Cuando algo, o más bien alguien te importa de verdad, haber hecho "lo posible" por su bien no es consuelo. Sólo su bien es consuelo.


Esto lo he experimentado desde siempre con mis seres queridos. Si las cosas no iban como me hubiera gustado, si se torcían y ellos se echaban a perder o, sencillamente, no estaban a la altura de sí mismos, personas cercanas trataban de reconfortarme diciendo: "Tú has hecho lo que has podido. No se te puede pedir más". Pero esa limitación de mis posibilidades, de mi saber, de mi capacidad no me reconforta, sólo muestra el muro de mi impotencia.


Supongo que eso es amar, querer la plenitud del ser amado hasta que duela, "quien lo probó lo sabe".



martes, 15 de abril de 2025

La desnudez desollada





 "Todo es mentira", repite de vez en cuando mi amiga Adi.


La gran tentación de la filosofía contemporánea ha sido la suspicacia irredenta; llevar el afán de desvelamiento a tal extremo que lejos de contentarse con poner a la luz la verdad desnuda acabe por dejarla hecha jirones.


A este propósito escribía Pierre Bayle en su Dictionnarie historique et critique (1697): "Puede compararse a la Filosofía con unos polvos tan corrosivos que, tras haber consumido las carnes purulentas de una llaga, royeran la carne viva y corroyeran los huesos, horadándolos hasta los tuétanos. La Filosofía refuta, de entrada, los errores, pero si no es detenida en ese punto, ataca a las verdades y cuando se la deja actuar a su fantasía, va tan lejos que ya no se sabe ni dónde está ni cómo detenerse".


La psiquiatría, una de las hijas genuinas de la Filosofía, a menudo ha caído en la misma deriva criminal de su madre; de ahí que Viktor Frankl nos advierta:


"Mis ataques se dirigen de forma intencionalmente unilateral hacia el cinismo, que debemos agradecer a los nihilistas, y al nihilismo, que debemenos agradecer a los cínicos. Se trata de un círculo vicioso que generan el adoctrinamiento nihilista y la motivación cínica. Y para romper este círculo vicioso es necesario desenmascarar a los que desenmascaran. El desenmascaramiento de una psicología profunda unilateral que se comprende y se describe a sí misma como «psicología desenmascaradora». Sigmund Freud nos ha mostrado la importancia del desenmascaramiento. Pero considero que en algún momento hay que detenerse, en el momendo justamente en el que el «psicólogo desenmascarador» se enfrenta a algo que ya no puede desenmascarar, por la simple razón de que es verdadero. El psicólogo que tampoco puede parar de desenmascarar en estos momentos, desenmascara tan solo su propia e inconsciente tendencia a desvalorizar lo verdadero y lo humano del ser humano". (Lo que no está escrito en mis libros. Herder)


Recuerdo una anécdota que me contaba mi amigo Javier C. De joven, Javier fue monitor en unas colonias urbanas para niños sin recursos. Uno de aquellos monitores en tono de escriba bíblico lanzaba al que los dirigía la siguiente insinuación:


- Si eres honesto contigo mismo reconocerás que no estás aquí por generosidad ni porque te importen estos chiquillos, sino porque creer que los ayudas apacigua tu conciencia y eleva tu autoestima.


Es decir, ante el evidente desprendimiento del otro, ante la verdad de su altruísmo, de su bonhomía, el escudriñador de  almas esgrimía su estilete para trizar su alma en busca de las "verdaderas" razones que lo conducían a ser... bueno.


Como escribía Viktor Frankl, desenmascaraba tan solo su propia e inconsciente tendencia a desvalorizar lo verdadero y lo humano del ser humano.