Occidente sigue entusiasmo en su autoextinción. La castracción autoinfligida; las voces de alarma ahogadas en nombre de la libertad; la carne picada como derecho; las fábricas de ansiolíticos multiplicando la producción mientras colgamos la foto del último postre en nuestra red social.
La verdad no vende. Cerrado por jubilación.
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