Duermo mal y sueño mucho. Eso
hace que en mis despertares, a menudo, me acuerde de lo último que he soñado. A
menudo, a poco de abrir los ojos se desvanece. Pero hay ocasiones en que sí
perdura en mi recuerdo, como hoy. Soñaba que se cumplía un aniversario redondo
de mi servicio militar. Google había cambiado mi foto de perfil por otra en la
que aparecía yo sonriente con uniforme militar. Me daba cuenta de que no era
original pues la gorra que lucía no era la que empleé para mi servicio patrio.
Luego me veía cerca del canal de Aragón, creo. Había tanques aparcados y
puestos callejeros por medio.
Cuando he despertado he
tenido la curiosidad de calcular el tiempo que ha pasado desde que me incorporé
al servicio militar, y son justo ¡treinta años! Qué barbaridad. Y eso que a
base de prórrogas la hice talludito. Fueron “sólo” nueves meses que a mí, en
aquel entonces, se me hicieron larguísimos. Siempre he tenido un especial
apetito de libertad, y verme sujeto a las “Reales Ordenanzas” y, sobre todo, al
“cautiverio” del cuartel se me hacía penoso.
Alguien me dijo cuando me iba
a incorporar a filas: “lo mejor que se saca de la mili son los amigos”; y a
ello me puse, a tratar de pasar ese periodo de la forma más amistosa que supe.
Ahora la mayoría son rostros de otro tiempo congelados en una fotografía.
Treinta años... y parece un sueño.
Entrañable imagen.
ResponderEliminarEs bonito recordar otros tiempos. Te hace ver lo rápido que pasa la vida.
Un abrazo.
Curiosamente, veo con simpatía esas fotos. ¡Si me lo llegan a contar a mí entonces...!
EliminarUn abrazo, Amalia
"Rostros de otro tiempo congelados en una fotografía" ... cumplir años es ver materializarse tu frase, que parece a la vez el primer verso de una canción y una maldición de dioses crueles. Yo no hice el servicio militar hice la objeción y estuve muy solo metiendo datos en un ordenador 8 meses y uno de "vacaciones".cuando empecé eran 13 meses pero el gobierno lo redujo. Cuando dlguien critica a aquel presidente siempre respondo que yo ni pongo ni quito rey pero a mi regaló cuatro meses de libertad....
ResponderEliminarTe regaló cuatro meses de libertad... y un curso de mecanografía ;)
EliminarUn gran abrazo, Joaquín
También hace treinta años en mi caso, llegando allí tras agotas prórrogas, y también hice nueve meses. Se me hizo corto y fue ameno, lo que hace la nostalgia de aquello sea notable.
ResponderEliminarQué bueno. Mis buenos recuerdos de ese periodo van ligados a la gente que conocí en un ambiente tan ajeno al que yo vivía. Eso sí, fui consciente de que la disciplina no estaba hecha para mí, al menos en ese nivel.
EliminarSaludos cordiales.
Agotar prórrogas, quise decir.
ResponderEliminar