Conmovido por la imagen de Cristo generada por una inteligencia artificial a partir de la Sábana Santa de Turín; la cual, por cierto, vuelve a confirmar su autenticidad con nuevos estudios.
Veinte siglos de andar "a ciegas", por pura fe, abrazados a la tradición, fiándose de lo que otros vieron y nosotros no, de lo que otros dijeron. Repitiendo una iconografía en la que Jesús era representado rebasaba las modas de cada época y se mantenía con el cabello largo, barba y bigote oscuros, vigor físico.
Y ahora, nosotros, los escépticos, los rompedores, los sinraíces, podemos ver lo que tantos añoraron:
"Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo oyeron" (Lc 10:24)
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