Me ha parecido tan bonito este vídeo que me han hecho llegar, que lo comparto con vosotros.
¡Feliz Navidad!
Me ha parecido tan bonito este vídeo que me han hecho llegar, que lo comparto con vosotros.
¡Feliz Navidad!
El Logos por aquí; el Logos por allá. Tanto Logos, tanto Logos. ¡Pero qué es el Logos!
Decía Cervantes en su Viaje al Parnaso aquello de "con poco me contento, aunque deseo mucho". Pues eso me pasa a mí.
Esta tarde hemos celebrado la presentación de Arturo, un astronauta con futuro en Zaragoza, ciudad natal de la ilustradora -Marta Boza- y de su autor -un servidor-. Vamos, que jugábamos en casa.
¿Qué tal ha ido? Pues la verdad es que en relación a otras presentaciones hemos estado poquitos, muy bien avenidos, pero poquitos.
En lo que a mí respecta, el crecimiento de mis hijas y las dichosas restricciones del Covid que impiden a los padres entrar en los colegios y ver los anuncios creo que han jugado en nuestra contra. Para el próximo cuento encogeré a mis hijas y confinaré a los papás en los colegios (ahora que nos han acostumbrado) para que vean los carteles. Si a alguien se le ocurre alguna fórmula mejor que la comparta.
Sea como fuere, Arturo ya ha despegado en su cohete de hojalata dispuesto a conquistar el corazón de los niños. Confío en que lo consiga.
Y, por supuesto, muchísimas gracias al equipo de la Librería Troa por su hospitalidad y a todos y cada uno de los que habéis acudido. Os quiero.
Arturo sueña con ser astronauta. Se pregunta cómo será viajar al espacio y contemplar un paisaje desde Saturno, si habrá vida inteligente en otros mundos o fuentes de agua en las grutas de Marte.
Arturo no puede esperar a hacerse mayor para averiguarlo, así que decide construir un cohete y lanzarse rumbo a las estrellas.
¿Qué más se puede decir de Arturo? Pues que es el protagonista del libro que se presentará este próximo sábado (11/12/2021) a las 16:30 en la librería TROA de Zaragoza (calle San Miguel 31). La entrada será libre hasta completar aforo.
El libro cuenta con las excelentes ilustraciones de Marta Boza, y además ha obtenido el Premio Elia Barceló patrocinado por la Editorial Premium.
Por cierto, no sé si he comentado que lo he escrito yo.
José Ramón Ayllón, profesor, divulgador de filosofía y autor de más de cuarenta libros se somete a nuestra Entrevista para Náufragos.
Sea bienvenido.
¿Sirven para algo las Humanidades? Ese es el tema que trato de plantear con toda la honestidad del mundo en el último vídeo del canal.
El otro día pregunté a unos jóvenes con un brillante expediente académico qué les decían algunos nombres de personajes históricos de primera línea. La mayor parte les eran desconocidos; alguno les sonaba, y trataron de decir algo de ellos equivocadamente; por ejemplo, que Alfonso I El Batallador luchó contra los carlistas. Sólo de un par sabían quiénes eran colocándoles únicamente una etiqueta: uno como dictador, y el otro como rey.
Sinceramente, con tanta ley de memoria histórica me parece que nos está entrando la amnesia.
Los chavales desconocen el marco histórico en que un hecho o un personaje se desenvuelven. No digamos ya su correlación con otros acontecimientos. De modo que con toda la alegría pueden juzgar el pasado con los cánones del presente y entregarse en brazos de los ideólogos y los iconoclastas.
Varios divulgadores de filosofía habíamos quedado en grabar un vídeo reivindicando la filosofía frente a la penalización que sufre en los planes de estudio, pero me parece que lo voy a centrar en las Humanidades en general.
Qué pena.
Empecemos por una batallita. Nos tenemos que remontar a 1986, año en que yo iba mucho al cine. De hecho todas las semanas. Mi amigo Miguel Ángel y yo nos tragamos casi todos los estrenos juveniles aprovechando el descuento que ofrecía la Tarjeta Guía, precedente del actual Carné Joven.
Una de aquellas "joyas ochenteras" pasadas a mejor vida se titulada Hardvard, movida americana (Soul Man en versión original). Con ese nombre ya se puede uno imaginar que no era precisamente El Séptimo Sello de Ingmar Bergman.
Se trataba de una comedia en la cual un niño bien al que su padre millonario no quiere pagar la carrera en Hardvard, se hace pasar por negro para conseguir una beca específica para gente de color.
Para complicarlo todo se enamora de una humilde estudiante negra que ha perdido la beca por usurparla él.
Lo sustancioso viene al final de la película, cuando todo se destapa y mantiene una conversación con un profesor (negro), particularmente exigente y sensibilizado con la discriminación racial. El chico le muestra su arrepentimiento y se compromete a empeñar su vida en ayudar a la comunidad negra. El profesor se congratula de que haya aprendido cómo se vive siendo negro, pero el estudiante lo corrige. No, en realidad él no sabe cómo se siente uno siendo negro pues podía dejar de serlo cuando quisiera.
Pienso que si se sabe aprovechar, un adulto medio en España (no sé en otras partes) puede ver remotamente (casi en lontananza) lo que tuvo que suponer para un judío europeo la irrupción del nazismo. ¿Cómo degustarlo? Sencillamente, queriendo llevar una vida social normal no estando vacunado contra la Covid.
¡Qué exageración! Dirá alguno. Ciertamente. Para empezar, como sucede al protagonista de Hardvard, movida americana, uno sabe que en cualquier momento puede engrosar las filas de los puros y ponerse a salvo. Basta con remangarse y decir: proceda, pinche aquí.
Asomémonos al editorial del lunes 22 de noviembre en El Español de don Pedro J. Ramírez. No tiene desperdicio: Explica que en torno al 10% de los españoles mayores de 12 años están sin vacunar contra la Covid. Lo cual, sostiene, pone en peligro a todos (se acabaron los rebaños, pero quién se acuerda de eso). Para "persuadir" a los remisos pide que las autoridades impongan el certificado Covid. "Es hora... de que se exija y naturalice en cualquier espacio público", y entre otros, señala "los autobuses" y los "puestos de trabajo".
Más adelante el editorial aclara que no exigen "decisiones drásticas" como las de Austria.
Pues nadie lo diría. Si no dejas a uno subirse al transporte público ni entrar en su trabajo tú dirás.
El párrafo final ya es colosal: "Somos contrarios a la obligatoriedad de la vacuna... Pero el derecho a la irresponsabilidad no puede salir gratis".
No, desde luego; uno pierde sus derechos civiles y lo dejas sin trabajo pero vamos, libertad toda la que quieras y más. Mira, ahí tienes el monte.
Decía Julián Marías que el primer paso antes de que un conflicto estalle es que la mentira se adueñe del discurso público. Pues parece que no anda lejos.
Uno puede comprender (y compartir) los temores ante una enfermedad que se ha llevado por delante a no se sabe cuántos miles de personas sólo en España. En el mundo al parecer van más de cinco millones.
Es encomiable que se busquen soluciones, empezando por las médicas, para acabar con ella. Lo que no tiene justificación es el engaño y la creación de un estado de opinión que, apoyado en el miedo, envilece a las personas hasta el punto de crear chivos expiatorios, romper amistades o crear discriminaciones injustificadas.
Cuidado en qué lógica educamos el pensamiento de la gente. Cualquier día se vuelve contra uno y entonces, ¡ay!, ya es demasiado tarde.
¿Cuál es el fin de la prensa?
Informar. Se supone.
¿Y cual el objetivo de la propaganda?
Según la RAE: atraer adeptos, propagar doctrinas, opiniones, etc.
Decía Marx que para él la misión de la filosofía ya no era simplemente conocer el mundo, sino cambiarlo; y vive Dios que lo cambió. Si no que se lo pregunten a los que quedaron atrapados más allá del muro de Berlín.
La tentación de la prensa es, ha sido, y será no centrarse en informar, sino en transformar; no dar noticias, sino fabricarlas; no dar elementos de juicio, sino ofrecer máximas.
A cuenta de las medidas "anticovid" la mayor parte de los grandes medios se ha lanzado por esta pendiente a velocidad crucero. Algunos con una impudicia escalofriante. Titular principal de El Español de hoy (bien por Pedro J. y su equipo; han descubierto quién hundió en Maine. ¡Es la guerra!):
Cuatro millones de adultos sin vacunar contra la Covid amenazan al resto de España ante la Navidad.
El enemigo está marcado con el dedo acusador. Ya sabemos quién encarna el mal.
DWNoticias: Alemania: mueren adultos mayores en contacto con personal no vacunado. En el reportaje, con destreza maquiavélica, se da a entender que dieciséis ancianos vacunados en una residencia murieron por culpa de algún trabajador no vacunado. ¿Nadie encuentra nada raro en este planteamiento? Repito: los vacunados se contagiaron de la enfermedad (luego estando vacunados se convirtieron en portadores), pero el informador ya sabe que quienes la introdujeron en el hospital fueron no vacunados. ¿Por qué diantres no pudo ser un vacunado el portador? No es tan inusual, y a casos concretos que conozco de primera mano me remito. Otra cosa es que se mire para otro lado y se les ahorren cuarentenas y controles como si aquí no pasara nada. Teniendo un chivo expiatorio para qué complicarse.
Titular de El Confidencial del 10 de agosto del presente: El enigma del covid en sanitarios andaluces: el 97% vacunados y liderando los contagios.
No hace tanto, si alcanzábamos un 70% de la población vacunada nos decían que obtendríamos la inmunidad de rebaño (el presi dixit). Y resultó que no. Teníamos que ser más rebaño.
¿Qué hacer? Subamos el listón hasta el 80%. Sigamos el ejemplo de Israel que es líder de vacunación. Al poco el Estado hebreo batía récords de contagios y empezaban a trabajar con la hipótesis de una ¡cuarta vacuna! Y lo que te rondaré, morena.
En España están vacunados más del 90% de los adultos y seguimos temblando.
No pretendo desanimar a nadie a vacunarse. Ni de lejos. Somos mayorcitos. A mí no sólo me parece lícito, sino que en muchos casos puede ser lo más recomendable. Todo apunta a que el porcentaje de casos graves en vacunados es menor que en no vacunados, aunque siga habiéndolos, y aunque no sea raro que vacunados se conviertan en transmisores asintomáticos, insisto. Pero de ahí a iniciar una caza de brujas y un sometimiento de toda opción discrepante media un abismo.
Son vacunas en fase experimental, ¡que ojalá funcionen! Insisto: ¡Ojalá funcionen! Pero valore cada quien pros y contras.
Lo que no tiene nombre son declaraciones como las del virólogo del CSID Luis Enjuanes en Radio Nacional: "Si usted no se vacuna, no puede ir a centros públicos y la Seguridad Social española no debería hacerse cargo de su tratamiento si el virus le ocasiona problemas de salud".
Entiendo que el doctor Enjuanes abogará porque los fumadores no sean tratados de cáncer, los obesos de apneas, infartos, varices..., la gente que hace deporte de lesiones causadas haciendo ejercicio; de los suicidas y los toxicómanos ya ni hablemos... En fin, que la función del médico ya no va a ser sanar, sino antes que nada convertirse en juez que dictamine si ese paciente merece ser salvado o no.
Hipócrates ha muerto. ¡Viva el súperhombre!
"Austria empieza a confinar a dos millones de ciudadanos sin vacunar". Un titular que llevaría a un hombre despierto (si eso aún existiese) a frotarse los ojos once mil veces para asegurarse de que no está teniendo una pesadilla, pero que los medios de comunicación, otrora tan comprometidos con la defensa de "las libertades", nos cuentan sin pestañear; posiblemente a modo de restriego de algodón en la nalga antes de que nos la claven a nosotros.
"Porcentaje vergonzoso", reza uno de los apartados de la noticia. Lo vergonzoso no es que haya volado por los aires la libertad del ciudadano sometido a un poder político impúdicamente desenfrenado, lo vergonzoso, por lo visto, es que la población no obedezca ciegamente las consignas. Es por tu bien, que diría un déspota ilustrado. Estate tranquilo, si no te mueves no te dolerá.
Se anuncia que posiblemente detrás vaya Alemania. Europa ha muerto, cantaba Ilegales. "No hay valses en Viena..."
Nosotros llevamos a la espalda dos estados de alarma. En ambos se aplicaron medidas declaradas inconstitucionales por el Tribunal Constitucional (que a buenas horas). Y eso que se trata de un Tribunal hijo de pactos sellados a la luz de una vela quitada del candelero para ocultarla bajo la cama. Tela.
¿Y el principal partido de la ¿¿¿oposición???? Guarda silencio, como el Ebro al pasar junto al Pilar, no vaya a ser que alguien despierte y nos recuerde cómo bendijo aquellos estados de alarma con el hisopo de su complicidad.
El presidente de Es-pa-naa ya ha dicho que volvería a hacerlo. ¡Con dos Kinder Sorpresa! Normal, le ha salido gratis. No es de extrañar que a los del golpe de Cataluña les haya aplicado un Black Friday a la primera oportunidad que ha tenido. La Constitución pasada por el arco de triunfo amarrada al carro de nuestra resignación, que es la que parece haber triunfado.
(¿Todavía hay que aclara que no todo el mundo es igual de vulnerable? ¿Que antes de inocular un medicamento en fase experimental (sin descartarlo) habría que valorar en cada caso pros y contras? ¿Que los vacunados también pueden ser transmisores del covid? Etc, etc, etc...)
Creo que fue en un libro de Benedicto XVI titulado Jesús de Nazaret donde leí que el Cielo es el lugar donde está Dios. No es que el Cielo albergue a Dios, sino que la presencia misma de Dios es la que establece en tal parte el Cielo.
En mi descomunal ignorancia, pensaba que aquella era una aportación del Papa alemán, pero un amigo sabio me ha hecho ver que ya Santa Teresa de Jesús afirmaba tal cosa en su Camino de Perfección:
"Ya sabéis que Dios está en todas partes. Pues claro está que adonde está el rey, allí está la corte. En fin, que adonde está Dios, es el cielo". (Cap. 28)
Con esta localización, la santa avilesa puede continuar de esta manera:
"Sin duda lo podéis creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria. Pues mirad que dice San Agustín que le buscaba en muchas partes y que le vino a hallar dentro de sí mismo. ¿Pensáis que importa poco para un alma derramada entender esta verdad y ver que no ha menester para hablar con su Padre Eterno ir al cielo, ni para regalarse con El, ni ha menester hablar a voces? Por paso que hable, está tan cerca que nos oirá. Ni ha menester alas para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí y no extrañarse de tan buen huésped; sino con gran humildad hablarle como a padre, pedirle como a padre, contarle sus trabajos, pedirle remedio para ellos, entendiendo que no es digna de ser su hija".
La actualidad se muestra cíclica. Lo que ayer estaba de moda pronto queda caduco para recobrar vigencia a la vuelta de la esquina más inesperada.
Al alma atenta estos vaivenes históricos le producen una inquietante sensación de déjà vu. Esto ya lo había visto yo antes...
Recientemente he vuelto a ver una película de Paco Martínez Soria (en casa siempre hemos sido muy fans de nuestro paisano) que no veía desde hacía al menos dos décadas. Me estoy refiriendo a Se armó el Belén, de 1970.
En la misma nos muestran los calamitosos intentos de un anciano cura de barrio por "acomodarse" a los nuevos tiempos. Sus superiores le explican que Iglesia tiene que ser más enrollada, más yeyé y abierta al debate, a lo "actual", y el pater, que sólo sabe de salvar almas, en su intento de modernización no hace más que darse de bruces con la tozuda realidad. Por ganar lo que no alcanza punto está de echar a perder lo poco que conservaba.
Si bien el planteamiento del largometraje se enmarca dentro del contexto posconcilar (el Vaticano II concluyó en 1965), lo cierto que ha cobrado una actualidad apabullante.
Y lo más llamativo de todo es que con la perspectiva que da el tiempo vemos cómo las modas caducan con mayor velocidad que aquello que pretenden superar.
Un consejo: no se la pierdan. Si les sucede como a mí, descubrirán que la película goza de mayor lozanía hoy que hace quince o veinte años, y ese es un atributo reservado únicamente a los clásicos.
¿Qué es la ilustración?
Kant responde a esta pregunta con una sentencia: Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
En este último vídeo repasamos las reflexiones del ilustrado Kant a propósito de dicha cuestión.
Cuando España estaba presente en todas partes y de las cosas que de ese ímpetu han devenido hasta nuestros días. Así más o menos habría titulado un hombre del siglo XVI la película que vi el pasado domingo.
Se trata de un documental español totalmente atípico, y más en el cine. El mismo expone qué supuso el descubrimiento del Nuevo Mundo y cómo fue la presencia omniabarcante de España desde aquel momento hasta principios del siglo XIX en que la inmensa construcción político-social de las Españas se vino abajo. Por supuesto se habla de la exitosa maquinaria propagandística armada por sus enemigos y que perdura hasta hoy.
¿Me ha gustado? Sí. ¿Vale la pena? Sin duda.
El modo en que calibro estas dos cuestiones es preguntarme si dentro de un tiempo la volvería a ver. La respuesta es afirmativa en ambos casos.
No se esperen grandes originalidades fílmicas ni efectos especiales deslumbrantes, sólo historia de la mayor empresa que ha conocido la humanidad al menos desde el Imperio romano, y ello a través de explicaciones de gentes de la talla de María Elvira Roca Barea, Fernando García de Cortázar o Carmen Iglesias entre otros.
Vayan a verla antes de que esta rara avis desaparezca.
Cuando un país honra su nombre.
El caso de El Salvador. Más allá del color político:
"Propuesta para despenalizar parcialmente el aborto obtiene un solo voto en el Parlamento de El Salvador".
En España la tasa de fallecimientos por Covid-19 en niños que previamente no presentaran enfermedades graves es de CERO. Ningún caso.
¿Importa esto ante un prejucio? No. ¿Desde cuando la verdad importa ante un prejuicio?
El Parlamento de Cataluña ha aprobado que las escuelas puedan acceder a la información médica confidencial de sus alumnos en lo que respecta a la vacunación. También a la de los docentes y personal laboral.
La privacidad médica ha muerto. Bienvenidos a la tiranía. ¡Bienvenidos a Gattaca!
Lamentablemente Youtube ha censurado el último vídeo que publiqué en el canal.
A día de hoy sigo sin conocer la razón de tal medida. En la revolución francesa uno podía ser condenado por una acusación tan vaga como la de ser un "enemigo del pueblo". Aquí sucede igual, aunque afortunadamente la guillotina sólo corta conexiones de internet.
Aquí aporto algunas reflexiones a propósito de este hecho.
Saludos cordiales.
Comparto algunas reflexiones a propósito de las medidas de excepción que se vienen tomando a cuenta de una enfermedad (el dichoso Covid-19) y de la inquietante deriva que tienen algunas de ellas.
Es mi granito de arena a la reflexión sobre le particular.
Nuevo vídeo en el canal de Youtube. (Ya tocaba. No tengo vergüenza).
Después de Qué es la filosofía en un minuto y Qué es la epistemología en un minuto quedaba pendiente hablar de la ontología... ¡en un minuto! Así que deuda cumplida.
Espero que os guste, aunque entiendo que no se entienda, porque meterse en semejantes berenjenales en un minuto no se le ocurre ni al más pirado.
Hoy. Feria del Libro. Madrid. Una visita inesperada y enormemente grata: Amalia; amiga de este blog casi desde sus albores.
Esta entrada va dedicada a ti. Ya tocaba. Muchas gracias.
Por fin nos hemos visto cara a cara. Como diría Rick en Casablanca, presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad.
Con Jesús Moracho, editor de Premium, y con Marta Boza, la ilustradora de Arturo, un astronauta con futuro, nuestra criatura.
El domingo 26 de septiembre, a las 12:15 a 13:00 estaré firmando ejemplares de Arturo, un astronauta con futuro en la caseta 159 de la Feria del Libro de Madrid.
La ilustradora, Marta Boza, también andará por esos pagos de 11:15 a 12:00.
Si algún despistado se deja caer por allí será bienvenido.
Comedia francesa que arranca cuando los miembros de una familia intercambian accidentalmente sus mentes.
La idea la habíamos visto antes en el cine, sólo que limitada a padre-hijo, madre-hija y similares. Ahora la trama se hace más compleja creando con ello situaciones más disparatadas.
La interpretación de los actores es sobresaliente, destacando por su corta edad la de la niña (la actriz Rose de Kervenoaël), convertida durante la mayor parte de la película en madre de tan singular familia.
Hasta aquí la botella medio llena. La sombra comienza a mitad de la trama, cuando ésta deja de moverse en clave de cine familiar para convertirse en una historia de humor sexual frívolo, con el agravante de que dada la continuidad de la historia se presenta bajo el formato de película "inocente". Este giro de guion ni la hace más graciosa ni consigue mayor complicidad del público adulto, más bien echa a perder la ocasión de compartir en familia de una película en la que todos tenían cabida.
La editorial Premium ha celebrado su I Premio de Álbum Ilustrado de Fantasía y Ciencia Ficción Elia Barceló. El caso es que resulta que Marta Boza (quien ya ilustrara Crispín y el dragón Agamenón) y yo lo hemos ganado con el cuento Arturo, un astronauta con futuro.
Hoy ha llegado a mis manos el libro vivito y coleando; y qué queréis que os diga; que yo tan contento.
Ojalá lo lean muchos niños y les guste una barbaridad. Ese sería mi mayor trofeo.
Película danesa subtitulada. ¡Madre del amor hermoso, qué ladrillo tiene que ser! Pues mira, no. Jinetes de la justicia me ha parecido una gran película que no dejo de recomendar a quien me quiere escuchar.
El drama se desencadena a raíz del fallecimiento de una mujer que viaja con su hija en un tren. El mismo sufre un accidente que deja huérfana a la muchacha y obliga a su padre, militar, a regresar a casa y hacerse cargo de la joven. Si la trama no fuera más allá se quedaría en un melodrama familiar, pero es aquí donde entran en juego dos peculiares matemáticos que, apoyados en su ciencia, descubren indicios de que el accidente no ha sido tal, sino un crimen. Ello desencadenará una espiral de hechos en que se entreveran magistralmente humor, acción y tragedia.
Lo más relevante, sin duda, es el drama humano de los protagonistas, y ahí reside el interés de cualquier historia que se precie. Pero por debajo de ello y alimentándolo todo se plantea la cuestión del azar, el destino y la providencia. ¿Tienen sentido todos los sucesos de nuestra vida, obedecen a algún plan, o sencillamente hemos de asumir el sinsentido de los hechos más relevantes de nuestra existencia?
El hombre es un ser necesitado de sentido. Pero esa necesidad, ¿procede de que la realidad lo tiene o es una anomalía que resulta perturbadora cuando descubrimos su falta de fundamento?
Sea cual fuere la respuesta, la película merece la pena. De hecho pertenece a ese exclusivo grupo que forman aquellas que no me importaría volver a ver dentro de un tiempo.
El mundo asiste atónito a la toma de poder de los talibanes en Afganistán. Veinte años para levantar... ¡nada!
Un desenlace con los peores ingredientes del género: El presidente huido y las gentes de a pie que quieren escapar, atrapadas. Los máximos responsables de la Administración norteamericana más preocupados en justificarse que en reconocer los hechos. Y algunos (/as) periodistas pidiendo "el apoyo a las mujeres afganas" como si sus manifiestos se sostuvieran por el valor de sus buenas intenciones de espalda a la realidad de los hechos.
En cuanto al dichoso covid, no remite la plaga del miedo y la desinformación.
Por lo que parece, en general los vacunados padecen la enfermedad con menor intensidad pero son igual de transmisores que los no vacunados. Sin embargo a los primeros se les permite el libre acceso sin control mientras a los no vacunados se les van imponiendo las más severas restricciones. Esto ha llevado a que el alcalde de Calatayud, que es médico, haya pedido que periódicamente se hagan test a todos los trabajadores de las residencias sin distinción. Lamentablemente no es la pauta general centrada en demonizar y proscribir a los no vacunados.
En cuanto a los efectos secundarios que puedan estar causando las vacunas son minimizados por la prensa, cuando no directamente silenciados, pero haberlos haylos, que diría aquel. ¿Cuál es su alcance? Ni idea, pero hay quien ya no puede contarlo. Si no que se lo pregunten a mi amigo Pepe enterrado tres días después de ponerle la vacuna.
De los no vacunados se ha hecho un "hombre de paja" según el cual son una panda de "negacionistas" y "antivacunas", etiquetas que no se corresponden con la realidad, pero basta encontrar algunos iluminados que se ajusten a esta caricatura para darles proyección pública y dejar en evidencia al conjunto.
El tiempo irá quitando y poniendo razones. De momento la apisonadora del Estado y de los medios de comunicación de masas va imponiendo su dinámica.
Por mi parte, ojalá que funcionen las vacunas, y ojalá que recobremos la libertad perdida.
Bernard-Henri Lévy a hombros de gigantes; es decir, de sí mismo (yo, mí, conmigo).
(Fotos del blog de Ignacio Ruiz Quintano, Salmonetes ya no nos quedan)
El profesor Juan Guillermo Delgado está desarrollando una labora de recopilación del pensamiento de Julián Marías a través de su canal A hombros de gigantes.
Ha tenido la generosidad de invitarme a una entrevista para charlar precisamente sobre este filósofo y su interpretación de la muerte, que fue el tema de mi tesis doctoral.
La comparto por si alguien tuviera interés en el tema.
Después de muchos años he vuelto a ver El exorcista (1973).
Más allá de constatar que la película no ha perdido su fuerza original, lo que más me ha llamado la atención es la exaltación de la dignidad humana en el proceso del exorcismo.
Si uno no se deja deslumbrar por lo turbador de las imágenes que se suceden, puede escuchar al exorcista clamando porque se libere a la posesa para restituirla a su condición de criatura hecha a imagen de Dios y llamada a la plenitud.
De hecho cuando el exorcista veterano instruye al padre Karras le alerta sobre cómo el demonio va a tratar de convencerles de que son algo ínfimo, indigno, asimilable al barro del que surgió Adán, lo contrario a su condición de hijos de Dios.
No sé si la generalidad del mundo católico vive esta visión. Me cuesta creerlo y me cuesta experimentarlo a mí mismo más allá de un conocimiento "teórico". ¿Podríamos conciliar el sueño sabiendo la miríada de embriones congelados que duermen el sueño de los justos y cuyo número no deja de crecer? ¿Veríamos con tanta serenidad la muerte de cientos de personas en su intento por cruzar las aguas del Mediterráneo?
Me he lanzado a un nuevo proyecto audiovisual en compañía de mi mujer con el que estoy disfrutando de lo lindo. Es completamente ajeno a la filosofía y a Polizón y Náufrago, de modo que no sé si será o no oportuno recogerlo en este blog cuando lo lancemos. Ya se verá.
Es modesto (en consonancia con nuestros recursos y con la paz del alma) y esperanzador, pues está dirigido a los más pequeños. Precisamente son ellos quienes tendrán que darnos su aprobación cuando llegue el momento.
Algo que agradezco es que a mí no se me ve. Nadie lo diría pero mostrarme es algo que nunca he apetecido. De hecho la primera vez que me decidí a aparecer en este blog (por aquel entonces no se me pasaba por la imaginación abrir un canal en Youtube) retoqué mi rostro con el programa paint para quedar irreconocible. Fue con ocasión de un cuento que narré en clase de la menor de mis hijas y que tiempo después acabó en formato de libro. ¡De eso hace más de diez años!
Me siento identificado con aquella frase de Cervantes que decía: "Con poco me contento, aunque deseo mucho". Ojalá vaya todo bien en esta nueva aventura. De momento haberla comenzado ya resulta estimulante.
El detective Risco no es precisamente el tipo de persona a quien uno confiaría su gatito, sin embargo su tenacidad como sabueso raya en lo obsesivo, ahí reside su virtud. Este elemento que odia con igual virulencia las palabrotas y a sus semejantes es el protagonista de la última novela de Guillermo Sancho titulada El método morelliano.
No soy demasiado aficionado a la novela negra, sin embargo el inteligente uso de la prosa, la agilidad narrativa, el arte para crear personajes singulares, y ese plus que es la facilidad para extraer comicidad a las situaciones más comprometidas han hecho que la disfrute de principio a fin.
¿La recomendaría? Sin ninguna duda. Como recomendaría a su autor que siga escribiendo, novela negra o lo que le venga en gana, porque tiene don para las palabras y las situaciones, y los talentos, ya lo dice la parábola, se tonifican con su uso.
En uno de mis habituales despertares nocturnos me ha venido el siguiente pensamiento a la cabeza: ¿Sócrates supuso un beneficio o un perjuicio para Atenas? ¿Fortaleció o debilitó a su comunidad?
Me he dicho que esta pregunta se la tengo que formular a alguien que conoce a fondo al personaje, Gregorio Luri.
Expondré los términos de mi inquietud.
A la hora de actuar uno de nuestros mayores enemigos es la duda. Si uno va a salvar una sima, librar un combate o cortejar a una dama, dejarse invadir por la duda es sacar todos los boletos para fracasar. Quizá por eso los budistas dicen que la duda es el peor demonio.
Sócrates era el maestro de la duda. En los diálogos de Platón y Jenofonte lo encontramos preguntando a sus conciudadanos y sumiéndolos en la perplejidad. Bien es cierto que el fin no es dejarlos perdidos en la oscuridad, sino superar los prejuicios e iluminar la verdad. Pero no debemos olvidar que con su método los privaba de sus certezas sin asegurarles llegar a otras nuevas. Además, aquellas certezas a que se llega no acostumbran a tener la solidez de las anteriores. Ahí está la aguda distinción de Ortega entre creencias e ideas; en las primeras se está, mientras que las segundas las tenemos. Son, sin duda, las creencias, más firmes, pues nos son tan evidentes que no nos percatamos ni siquiera de su consistencia.
A Sócrates lo vemos protagonizando algunos momentos heroicos. Así cuando combate en Potidea, en Delio o en Anfípolis. O cuando se enfrenta a sus conciudadanos en el juicio a los estrategos de las Arginusas o en el que lo acaba condenando a muerte a él mismo. También muestra una admirable serenidad en el modo de encarar su propia muerte. Pero en todos esos sucesos se apoya en unas seguridades: la que le confiere pertenecer a su polis, o actuar en justicia, o poseer un alma perdurable. Ahí no hay cavilaciones en él.
Incluso cuando interroga a sus iguales lo hace en la confianza de que Apolo le ha encomendado esa misión. Sin embargo, al hacerlo, está moviendo la tierra bajo los pies de sus interlocutores. Les priva de la confianza que tenían en sus propias convicciones sin ofrecerles un credo nuevo (al menos en teoría), no les propone una receta distinta que les sirva de soporte, pues parte de reconocer que no la tiene, que su única habilidad es descubrir las contradicciones de los otros y ponerlas al descubierto. ¿Y qué no es contradictorio en esta vida? ¿Qué aguantará la prueba de lo indubitable?
Decía Julián Marías que la auténtica filosofía surge en situaciones de desorientación; cuando una persona o una sociedad necesitan saber a qué atenerse. Sin embargo, ¿hasta qué punto, en determinadas ocasiones, el propio filosofar no ahonda en esa desorientación?
Esas cosas me planteaba a eso de las tres de la madrugada. ¿Cómo va a descansar uno con estas ideas danzándole en la cabeza?