jueves, 2 de enero de 2020

España no es negociable



En un tiempo en que unos pocos actúan como si la nación tuviera un carácter patrimonial propio; como si un resultado electoral contingente los facultara para decidir su continuidad o su fractura; que están dispuestos a fijar normas sobre cuestiones que competen al ámbito privado de las personas, no está de más recordar estas palabras de Julián Marías:


"Los sistemas electorales, que son muy varios, pueden ser muy malos. Por ejemplo en España está muy mal. En España tenemos un sistema electoral que consiste en las listas cerradas y bloqueadas. Cada partido presenta una lista de candidatos puestos por orden, y es la administración del partido la que determina el orden, con lo cual el que está en los primeros puestos probablemente va a ser diputado y los que están más abajo saben que no van a salir; por supuesto.

Hay que votar una lista de partido. Y no se pueden mezclar candidaturas ni se puede siquiera tachar un nombre. Yo a veces diría: yo a este señor no lo votaría por nada. (...)
Cuando se vota a personas uno tiene representantes, porque ha votado por ellos. Y ellos tienen responsabilidades también personales. Si se vota a una lista entonces nadie es responsable; y no se siente responsable ante los electores. (...) Entonces eso corrompe la democracia.

Por otra parte, la democracia a mí me parece el único régimen legítimo, adecuado para nuestra época. (...) Pero con una condición, que esté inspirada por el liberalismo. Si la democracia no es liberal se convierte en un instrumento de opresión, como cualquier otro. (...) De modo que, en definitiva, la libertad se extingue.

Hay otro aspecto: un partido gana unas elecciones. Tiene derecho a gobernar; quiero decir, a ejercer el mando. Lo que no puede hacer es asumir la gestión total del país, porque no tiene capacidad para ello. Los miembros de un partido en general son muy pocos, y además no tienen porqué tener capacidad para todo.

Una democracia liberal es una democracia en la cual el poder se limita a sí mismo. Sabe que no puede intervenir por ejemplo en la vida privada, en la vida de las personas, en la unidad de un país. La política se refiere a las normas generales de la convivencia y nada más. (...)

La democracia liberal es la democracia que limita el poder a los asuntos rigurosamente políticos. Yo a veces pongo un ejemplo muy trivial: supongamos que el gobierno español, el gobierno más legítimo que se quiera (...) quisiera superar la situación económica mala vendiendo el Museo del Prado. Naturalmente con eso la economía se sanearía. ¿Es que se puede hacer? No. ¿Por qué? Porque el Museo del Prado no le pertenece a nadie. Ni siquiera a los españoles todos vivos. Le pertenece a los españoles pasados y a los españoles futuros, a los que van a nacer. Y por tanto ningún gobierno podría vender el Museo del Prado. (...)

La democracia liberal se pone límites a sí misma y respeta a las minorías. Y las minorías tienen que aceptar lo que las mayorías disponen, con el derecho a convertirse en mayorías también, y a que les dejen convertirse en mayorías si pueden. Entonces la democracia es el único régimen decente, el único régimen legítimo en nuestra época. Si no se convierte en un despotismo, en una dictadura legal."

Si se quiere ver lo recogido en el texto directamente, a partir del minuto 6:00:



6 comentarios:

  1. viendo por enésima vez este video compartido, me viene la rfase d que la moda pasa pero el estilo queda.... qué capacidad de articular pensamientos plenamente actuales

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    1. Así es. Claridad comprensiva y comunicativa. Se le echa de menos.

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  2. Qué maravilla!!.
    Así da gusto escuchar una entrevista.
    Un fuerte abrazo.

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