La etimología de la palabra procede de "ran", caos, y "dori", agarrar, tomar, controlar. "Randori" puede entenderse como agarrar con libertad, pero también como sujetar el caos, dominarlo. ¿Acaso no es eso lo que hace la razón? ¿Y no es lo que busca la filosofía? Ordenar el caos; dotar de armonía lo que era desorden; gobernarse y gobernar.
Randori, el orden frente al caos.
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