miércoles, 23 de marzo de 2016

Gente, desconcierto, se hace el silencio... Un hombre distinto




Mas viendo Jesús a todo este gentío se subió a un monte, donde habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos; y abriendo su boca los adoctrinaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos y humildes, porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los que tienen puro su corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos seréis cuando los hombres por mi causa os maldijeren, y os persiguieren, y dijeren con mentira toda suerte de mal contra vosotros.


Alegraos entonces y regocijaos, porque es muy grande la recompensa que os aguarda en los cielos. Del mismo modo persiguieron a los profetas que ha habido antes de vosotros.





11 comentarios:

  1. Ese discurso o sermón de la montaña, más conocido como el de las bienaventuranzas, es el más hermoso de cuantos Jesús dijo a las gentes que entonces le escuchaban. Cuando era crío, en el ejemplar de la BAC de los "Evangelios", escribí una regla nemotécnica para recordarlos "po-man-llo-ham-mi-li-pa-pa". El "li" es por "limpios de corazón", tú pones "puro el corazón", pero solo son variantes textuales.

    ¡Me gusta mucho que lo traigas aquí!

    Con respecto a la pintada, seguro que es obra de algún descerebrado que o no conoce la historia o quiere repetirla, lo cual sería infinitamente peor y más peligroso. En cualquier caso, además de injusto, porque desconoce la labor que lleva a cabo la Iglesia para socorrer a los necesitados, lo suspenderemos en gramática, ya que no pone los acentos que necesitan las palabras.

    Un abrazo solidario, Javier.

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    1. Tienes razón, es un texto hermoso, pero también inquietante. Al menos a mí me lo parece.

      En cuanto al de la pintada y coreógrafos varios, habría tanto que decir, que no voy a decir nada.

      Un abrazo para ti, Javier.

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  2. Leyendo tu reflexión me viene a la mente :"Nada te turbe,
    nada te espante,
    todo se pasa,
    Dios no se muda,
    la paciencia
    todo lo alcanza.
    Quien a Dios tiene
    nada le falta.
    ¡Sólo Dios basta!"

    Nada que añadir, bueno sí...¡Un gran abrazo!

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    1. Más quisiera yo que poderme aplicar el poema teresiano. Eso sí, como termómetro de la situación de uno, no tiene precio.

      Otro abrazo para ti.

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  3. Excelente reflexión . Invita a meditar.

    Un fuerte abrazo.

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  4. Este es el punto!!! Entramos en las Bienaventuranzas!!! El mejor sermon hecho carne en nuestro Señor y en el estamos todos!! Sentirse bienaventurado cuando se sufre...un tesoro!!! Y una Alegria indescriptible

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  5. ¿Cabe la posibilidad, (y esto es sólo una conjetura personal) que ante los prácticamente casi nulos datos históricos, a día de hoy que avalen y respalden la existencia de una hipotética figura "histórica" en la persona de Jesús, occidente se encuentre en realidad ante la evolución, a lo largo de dos complejos milenios de su historia, ante la creación y la recreación de la figura de un Jesús, mítico pero en última instancia irreal, que ha ofrecido una gran utilidad como símbolo de identidad cultural y de civilización a occidente?

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    1. FR, la duda no tiene fronteras, se la puede llevar tan lejos como se desee. Hume llegó a plantear la duda sobre su propia existencia, a lo cual no se había atrevido ni siquiera Descartes con su duda metódica.

      Dicho lo cual, si lo que queremos es tener seguridades hasta donde la historiografía lo permite, parece que afirma la existencia de Jesús de Nazaret desde criterios netamente históricos no ofrece ningún problema. De hecho las primeras fuentes de que disponemos están muy cercanas a su vida, varias dentro del propio siglo I. Si cuestionamos eso, con más razón deberíamos dudar de la existencia de Sócrates, Platón o Aristóteles (por citar algunos) cuyas referencias aparecen en escritos varios siglos posteriores a su existencia.

      Que Jesucristo ha condicionado la vida de Occidente, no cabe duda. De hecho es uno de sus pilares. Lo que no significa que el cristianismo tenga que ser occidental, sino más bien que el occidental apoya sus pies sobre fundamentos cristianos.

      Dicho esto, para un cristiano lo que cuenta es el encuentro personal con Jesús. No el interés por una figura histórica atractiva, sino la transformación personal en vista de dicho encuentro.

      Decía Pablo de Tarso que si Jesús no resucitó vana es nuestra fe. Ahí está la piedra de toque de la fe cristiana, en la muerte y resurrección de un galileo del siglo I. No Dios de muertos, sino de vivos.

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